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Esto es lo que le pasa al cuerpo si no se consumen harinas por un mes



Las harinas son un factor indispensable en las dietas de muchos países del mundo. No obstante, su consumo en exceso es señalado como un factor que puede influir en problemas como el incremento de peso, los desequilibrios energéticos y ciertas afecciones metabólicas.

Por este motivo, cada vez son más las personas que optan por eliminar este ingrediente de su alimentación durante un período prolongado para evaluar sus efectos en el cuerpo, incluso sin padecer enfermedades como la celiaquía. 

Y, si bien cada organismo responde de manera única, los cambios pueden impactar desde el nivel de energía hasta el estado de la piel o el sistema digestivo. Por lo tanto, este desafío alimenticio genera curiosidad, pero también es importante comprender los posibles beneficios y riesgos antes de adoptarlo.

Qué cambios ocasiona en el cuerpo no consumir harinas por un mes

En los primeros días sin consumir harinas es probable que se experimente una disminución de los niveles de energía. Esto se debe a que los carbohidratos son la principal fuente de energía para el cuerpo, por lo que su ausencia inicial puede causar fatiga y letargo.

Sin embargo, a medida que pasan los días, es posible que se noten mejoras en la digestión, ya que, como se dijo, las harinas refinadas carecen de fibra, y al eliminarlas, el sistema digestivo puede funcionar de manera más eficiente, reduciendo la hinchazón y el malestar abdominal.

En cuanto al peso, es probable que se vea una ligera pérdida de peso con sólo unas pocas semanas sin harinas, ya que su eliminación puede reducir la ingesta de calorías vacías y provocar una disminución en la retención de agua.

A su vez, es posible que se experimente una mayor estabilidad en los niveles de azúcar en sangre, lo que puede ayudar a controlar los antojos de comida y prevenir picos de insulina.

Los principales efectos de dejar de consumir harina

Una de las primeras consecuencias de una alimentación sin harinas sin dudas es el descenso de peso, ya que al eliminar de la dieta todo este tipo de alimentos, se reduce de forma considerable el aporte de carbohidratos.

A su vez, por extraño que parezca, las personas experimentan una mayor sensación de saciedad y reducción del apetito, debido a las fibras que contienen las harinas sin refinar, que ayudan a que el hambre tarde más en aparecer. A largo plazo, la disminución o restricción en el consumo de almidones previene el riesgo de desarrollar diabetes, según una investigación realizada por el Hospital Universitario Miguel Cervet, en Zaragoza, España.

Asimismo, los niveles de triglicéridos disminuirán, ya que el hígado dejará de crear la grasa que se genera a partir del exceso de glucosa, que aportan estos carbohidratos. Por ende, también se regulan los valores de presión arterial, que junto con los factores antes mencionados (diabetes, obesidad, síndrome metabólico, etc) incrementan el riesgo de padecer problemas cardiovasculares.

Qué consecuencias trae tomar gaseosas en exceso

Otro de los problemas a la hora de iniciar hábitos saludables está en la ingesta de calorías vacías, en especial las que tienen alto contenido de azúcar, En ese escenario, especialistas resaltan algunos de los riesgos que tiene tomar gaseosas en exceso.

  • Aumento de peso y riesgo de obesidad: las gaseosas están cargados de calorías vacías y azúcares añadidos, lo que puede contribuir significativamente al aumento de peso y al riesgo de obesidad
  • Problemas dentales: el ácido y el azúcar presentes en estas bebidas pueden erosionar el esmalte dental, aumentando el riesgo de caries y deterioro dental
  • Mayor riesgo de enfermedades crónicas: el consumo frecuente de bebidas azucaradas se ha relacionado con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2 y enfermedades cardíacas
  • Resistencia a la insulina y diabetes: el exceso de azúcar en las bebidas puede provocar resistencia a la insulina, lo que aumenta el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2
  • Enfermedad del hígado graso no alcohólico: el consumo regular de gaseosas puede contribuir al desarrollo de enfermedades del hígado, como el hígado graso no alcohólico
  • Problemas de memoria y demencia: estudios recientes han sugerido que el consumo excesivo de azúcar puede afectar la memoria y la capacidad de aprendizaje, aumentando el riesgo de demencia en etapas posteriores de la vida

De esta forma, al eliminar el consumo de calorías vacías, al igual que harinas refinadas, se notarán mejoras en la salud, además de prevenir enfermedades a futuro.





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