La historia de las cuatro mujeres que cumplieron el sueño de ser colectiveras

En este día especial para las mujeres trabajadoras, Crónica trae el testimonio de las choferes que se convirtieron por primera vez en las mujeres al frente del transporte de pasajeros urbano en la ciudad de Comodoro Rivadavia.
Las entrevistadas coinciden en que el afecto de la gente fue motivante en este proceso: “Un día que estaba lleno el colectivo, una de las pasajeras pide un aplauso para la chofer y se convirtió en una sensación hermosa e inolvidable ver a todos aplaudiendo”.
En charla exclusiva con este diario, cada una de las colectiveras expresó sus sensaciones de este momento bisagra que marca el transporte público de la ciudad; a lo largo de esta entrevista también se refirieron a la llegada de ese día esperado en donde compartieron las distintas experiencias, previo a cumplir el anhelo de estar frente al volante del colectivo.
En primer lugar, Carol Levien indicó por su parte como fue su camino: “Llegó la oportunidad en realidad porque fui a dejar un currículum hace tres años para chofer, porque ya había hecho mi carnet y esa parte ya estaba hecha, aunque no había manejado este tipo de vehículo de transportes. Me habían llamado en ese momento para cubrir una licencia en el lavadero, si bien no me enfocaba en eso realmente, pero necesitaba trabajar, así que empecé en el lavadero”.
“Estaba muy feliz porque sabía que era ahora o nunca”, dijo Carol
Al respecto, explicó cómo logró concretar esta oportunidad: “Estuve cubriendo las vacaciones y al vencerse mi contrato, luego de un tiempo volví a insistir y con un poco más de trato de mi último paso, me volvieron a llamar para el lavadero y volví a trabajar allí”.
“Al poco tiempo de este segundo paso por la empresa, me llaman para una prueba de manejo. Estaba muy feliz porque sabía que era ahora o nunca, fui a hacer la prueba, y el informe al cual me sometí para rendir dio correcto y me autorizaron a manejarlo primero dentro del predio”, explicó.
A la hora de hablar de la rutina diaria consideró: “La adaptación no fue fácil, es mucha responsabilidad. Con los compañeros hubo mucho machismo que perduró en muchos con actitudes cortantes, pero en otros colegas sí hubo una actitud positiva. Mientras que la gente en general muy feliz, con aplausos y alientos de todo tipo nos hicieron sentir su agasajo”.
De esta forma, Carol expresa: “Es muy importante lo que logré, porque siempre me gustó manejar, siempre apunté para manejar algún vehículo de transporte, porque cuando era joven practicaba manejar en el camión de mi papá”.
En izquierda Soledad Huentequeo, Carol Levien en el medio y en la derecha Analía Vega.
“Los pasajeros estaban sorprendidos y emocionados de vernos, nos saludaban y felicitaban constantemente”, dijo Soledad
Por otro lado, Soledad Huentequeo recuerda cómo se enteró de esta convocatoria. “A través de comentarios de compañeras me enteré de que la empresa Patagonia iba a incorporar choferes femeninos. Es ahí cuando me puse en campaña de sumar la categoría profesional para el carnet de conducir, siendo la primera vez con un vehículo de tal porte”.
“La adaptación fue progresiva, mis compañeros en gran mayoría me acompañaron, en el caso de los pasajeros estaban sorprendidos y emocionados de vernos. Nos saludaban y felicitaban constantemente”, sostuvo.
Al referirse a este presente, Soledad consideró: “Esto significó un aprendizaje para mí, me permitió darme cuenta lo que uno puede lograr cuando se propone algo. Fue todo tan fugaz que sinceramente no tuve tiempo para pensar si me animaba o no y progresivamente me fui afianzando en esta tarea que requiere de gran responsabilidad”.
“Al enterarme no pude más de la intriga y me subí al colectivo para ver cómo era, ya comenzaba a imaginar cómo era manejar”, dijo Analía
En palabras de Analía Vega comparte su experiencia personal en este camino. “La oportunidad de trabajar en el transporte público llegó después de un año de insistir e insistir, y jamás desistir”.
La entrevistada hizo alusión a la convocatoria y continuó describiendo las emociones de esa primera vez. “El día que me llamaron para la prueba de manejo no lo podía creer. Al enterarme no pude más de la intriga y me subí al colectivo para ver cómo era. Ya comenzaba a imaginar cómo era manejar uno de ellos”.
Hay que tener en cuenta que la convicción por concretar esto logró imponerse. “De muy chica era muy intrusa, hasta que no lo lograba, no paraba. Después de un tiempo comencé a practicar en el camión de un amigo, muy emocionada, soñando poder encontrar algo mejor para mí y mis hijos”.
También recordó una etapa laboral previa que confirmó aún más su vocación. “Tuve una experiencia de dos años en transporte escolar, trabajando con chicos de capacidades diferentes, otra hermosa experiencia. Hasta que apareció esto, siendo la primera vez para manejar un colectivo de transporte público, pero al momento de las pruebas pudimos cumplir con todas”.
Al hablar de una de las jornadas más emotivas, Analía recordó uno de sus viajes. “Un día que el colectivo estaba lleno, una de las pasajeras pide un aplauso para la chofer y se convirtió en una sensación hermosa e inolvidable ver a todos aplaudir”.
“Esto fue lo mejor que me pudo haber pasado en la vida, es un cable a tierra que me da mucha alegría”, dijo Alejandra
En el caso de Alejandra Sánchez, al llegar su oportunidad describe: “Esto fue luego de presentar currículum en distintas partes. Se decía que en algún momento iban a tomar mujeres en el transporte público, así que por eso me decidí en dejar mi CV aquí en Patagonia Argentina”.
Sobre su preparación previa señala: “Pude practicar bastante con los camiones e inclusive con acoplado, y pude contar con la ayuda de mi marido que es camionero. Al ya haber manejado vehículos de gran porte no dudé en animarme, entendiendo que al llevar personas esto es otro compromiso, más allá de que siempre fui muy decidida para trabajar”.
Para finalizar, Alejandra se expresó con gran emoción al llevar adelante este desafío. “Esto fue lo mejor que me pudo haber pasado en la vida, es un cable a tierra que me da mucha alegría”.