Hallazgo macabro en México: el rancho del horror y la búsqueda de justicia

El horror ha vuelto a sacudir a Jalisco. En Teuchitlán, un pequeño pueblo de aproximadamente 9000 habitantes a hora y media de Guadalajara, las familias de desaparecidos han descubierto un escenario dantesco: restos óseos calcinados, ropa, juguetes y un pasado marcado por el terror en el rancho Izaguirre. México enfrenta una crisis humanitaria con más de 114 000 personas desaparecidas, una cifra que sigue en aumento.
Todo comenzó con el testimonio de un joven que aseguró haber sido rehén en el lugar, víctima de un grupo criminal que operaba impunemente. Según él, allí se cometieron asesinatos y desapariciones masivas. La información alertó a los colectivos de búsqueda, quienes, escoltados por la Guardia Nacional, ingresaron al rancho el pasado 5 de marzo, Miércoles de Ceniza. Lo que encontraron fue estremecedor.
Fragmentos óseos salían de la tierra con cada paletada, diminutos y quemados, desafiando cualquier posibilidad de identificación mediante ADN. En las edificaciones del rancho, hallaron pilas de ropa, zapatillas, mochilas y juguetes, dejando abierta la pregunta más temida: ¿hubo niños entre las víctimas?
El caso ha causado indignación no solo por la brutalidad del hallazgo, sino por la negligencia de las autoridades. La Fiscalía de Jalisco había intervenido el predio en septiembre pasado tras la detención de 10 personas y el rescate de dos víctimas, pero no detectó los restos humanos ni las evidencias de lo ocurrido. La presidenta, Claudia Sheinbaum, calificó el hecho como “terrible” y exigió explicaciones.
El fiscal general, Alejandro Gertz Manero, afirmó en conferencia de prensa que aunque “no hay todavía un dictamen concluyente”, sí se encontraron restos.
Gertz señaló: “Seis meses después, los servicios periciales del estado de Jalisco aún no cuentan con un dictamen definitivo en el que se establece con precisión la antigüedad y la identidad de los restos encontrados. Así como tampoco cuenta con los análisis físicos y químicos, que en forma directa vinculen a diversas zanjas con la posibilidad de actividades crematorias, que debieron haber estado sometidas a temperaturas de entre 800 y 1200 grados, lo cual es necesariamente una muestra de pruebas que tienen que estar periciadas en ese momento”.
Jalisco es el estado con el mayor número de personas desaparecidas en México, con más de 15 000 casos registrados oficialmente. Sin embargo, la falta de acción por parte de las autoridades ha generado una crisis de confianza en las instituciones de seguridad y justicia.
Teuchitlán, conocido por sus pirámides circulares y sus tradiciones, ahora enfrenta una realidad aterradora. Vecinos y el propio sacerdote del pueblo afirman que nunca notaron nada sospechoso. El rancho, rodeado de cañaverales, parecía invisible a la mirada cotidiana. Pero los agujeros de bala en sus paredes y los vestigios de un centro de entrenamiento clandestino revelan otra historia.
Entre los familiares de desaparecidos, un hombre revisa la lista de prendas recuperadas. Busca una camiseta azul de los Dodgers, jeans y Vans negras: la última ropa que vistió su hijo antes de desaparecer en 2017. La incertidumbre lo consume, pero la esperanza de hallarlo, aunque sea en los restos de un pasado sin justicia, lo mantiene en pie.
Mientras tanto, colectivos en todo México han convocado concentraciones exigiendo respuestas. La crisis de desapariciones en México se agrava día a día, mientras miles de familias continúan buscando a sus seres queridos en una lucha incansable contra el olvido.