Alemania: Merz fue investido canciller tras una segunda votación | Un debut con tropiezos

El líder conservador, Friedrich Merz, fue elegido este martes como nuevo canciller federal de Alemania, tras superar una reñida segunda vuelta de votación en el Bundestag. Merz logró los 325 votos necesarios para alcanzar la llamada “mayoría del canciller“, después de un primer intento fallido por la mañana, en el que obtuvo solo 310 apoyos, seis por debajo del umbral requerido, lo que evidenció fisuras dentro de la “gran coalición” entre conservadores y socialdemócratas.
A pesar de contar con 289 votos en contra, una abstención y tres votos nulos, Merz fue finalmente investido canciller por el Parlamento alemán. El acuerdo de gobierno entre la Unión Demócrata Cristiana (CDU), su aliada bávara CSU y el Partido Socialdemócrata (SPD) dio así sus primeros pasos, no libres de tropiezos: al menos 18 parlamentarios de la coalición se desmarcaron del pacto, ya sea votando en contra o absteniéndose, alimentando rumores de disidencias internas.
Sobre la tarde, el conservador recibió el cargo formalmente del ex canciller socialdemócrata, Olaf Scholz. Merz prestó juramento con la mano derecha alzada ante el texto original de la Ley Fundamental (Constitución) alemana, sostenido por la presidenta del Bundestag, Julia Klöckner. Eligió la fórmula tradicional con invocación religiosa: “Con la ayuda de Dios”.
Poco antes, había sido nombrado oficialmente por el presidente federal, Frank-Walter Steinmeier, en una ceremonia celebrada en el Palacio de Bellevue. “Es en interés de nuestro país que ustedes tengan éxito”, le dijo Steinmeier, deseándole “una mano afortunada”.
Comienzo en falso
La elección de Merz marca un hecho inédito en la historia reciente de Alemania: por primera vez, un canciller no es elegido en la primera vuelta. Tras el anuncio de la primera votación, la prensa internacional, como The Washington Post, habló de “derrota impactante” y de “crisis política”. Incluso Merz, que planeaba celebrar su investidura con un barril de cerveza de 10 litros traído desde su región natal de Sauerland, debió posponer el festejo.
El ajustado resultado deja en evidencia la fragilidad del nuevo gobierno, que asume en un contexto interno marcado por el avance de la ultraderecha y una creciente presión internacional por parte de Washington y las tensiones en Europa. Aun así, Merz podrá iniciar su agenda exterior este miércoles, con visitas a París y Varsovia.
“Les agradezco su confianza y acepto la elección”, expresó Merz tras ser investido, entre aplausos de una Cámara que respiró aliviada luego de haber rozado una crisis institucional. El traspié obligó a revisar de urgencia los plazos y mecanismos establecidos en la Constitución para la elección del canciller.
Aunque la investidura evitó una crisis mayor, persiste una pregunta clave: ¿quiénes fueron los disidentes? Según el portal Der Spiegel, dentro del SPD “nadie quiere asumir la responsabilidad” del fracaso inicial. Una fuente interna sugirió que los votos en contra no fueron necesariamente contra Merz, sino contra Lars Klingbeil, nuevo co-líder socialdemócrata. Stephan Weil, primer ministro de Baja Sajonia, admitió que hubiera preferido un desenlace menos tenso: “Podría haber sido menos dramático”, dijo desde Hannover. Y añadió: “Este día me ha recordado lo vulnerable que es hoy la estabilidad política en nuestro país. Eso no es bueno para la democracia”.
Tensiones
Merz llega al poder tras la caída del gobierno de Scholz en noviembre, con la promesa de reactivar la economía alemana y europea. Pero su liderazgo arranca debilitado: enfrenta críticas de sectores conservadores por haber flexibilizado las reglas fiscales para aumentar el gasto militar y modernizar infraestructuras.
Después del voto fallido, Carsten Linnemann, secretario general de la CSU, alertó sobre la urgencia del momento: “Europa necesita una Alemania fuerte, y no podemos esperar días para resolver esto”. Scholz, por su parte, calificó lo ocurrido como “absurdo” y recordó que la votación del canciller “no es un juego”. El líder conservador de la CSU, Markus Soder, apeló a la calma: “Todo puede resolverse, todo puede sanar”, dijo antes de la segunda votación.
Alternativa para Alemania (AfD), segundo partido en las elecciones de febrero con un 20 por ciento de los votos, aprovechó el revés de Merz para pedir elecciones anticipadas. “Este gobierno nace débil”, dijo el jefe parlamentario del partido, Bernd Baumann, mientras su copresidenta, la ultraderechista Alice Weidel, exigió la renuncia inmediata del nuevo canciller. Esto ocurre pese a que su partido fue clasificado recientemente como partido extremista por los servicios de inteligencia alemanes, lo que podría derivar en su prohibición bajo la Constitución.
En sus primeras declaraciones, Merz prometió liderazgo renovado en Europa, apoyo firme a Ucrania y una política migratoria más estricta para contener el crecimiento del partido ultraderechista. Su éxito dependerá también de la relación con sus socios socialdemócratas. El nuevo gabinete tendrá 17 ministros (nueve hombres y ocho mujeres): diez carteras para los conservadores y siete para el SPD. La CDU controlará siete ministerios, incluida la Cancillería y, por primera vez en más de seis décadas, Asuntos Exteriores. La CSU tendrá tres carteras, incluida Interior. El SPD gestionará Finanzas, a cargo de Klingbeil, y mantendrá Defensa, con Boris Pistorius.
Los mensajes de felicitación llegaron pronto. Desde Bruselas, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, describió a Merz como “un amigo declarado y conocedor de Europa”. También lo felicitaron los mandatarios de España, Italia y Francia.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, celebró su nombramiento y dijo esperar “más liderazgo alemán” tanto en Europa como en la relación con Estados Unidos, afirmando que “el futuro del continente está en juego”.