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Italia restringe el acceso a la ciudadanía para descendientes: claves del cambio legal



El gobierno de Giorgia Meloni avanza con una reforma que modificará sustancialmente el acceso a la ciudadanía italiana por descendencia. El proyecto, que ya recibió media sanción en el Senado italiano con 81 votos a favor contra 37, busca limitar el principio de ius sanguinis que durante décadas permitió a millones de argentinos obtener el pasaporte europeo.

El decreto-ley 3.625 establece que sólo podrán acceder a la ciudadanía italiana quienes tengan padres o abuelos nacidos en Italia, excluyendo así a bisnietos y tataranietos. Se mantendrán los trámites iniciados antes del 27 de marzo de 2025 bajo la normativa anterior, y se abre un plazo de un año para regularizar actas de nacimiento de hijos no registrados o procesos de adopción.

El senador Mario Borghese, único representante argentino en el Parlamento italiano, explicó al medio Cadena 3 que esta medida afectará potencialmente a más de 20 millones de argentinos. “La gran mayoría son de tercera y cuarta generación, y no podrán transmitir la ciudadanía“, señaló el legislador de origen cordobés.

Las enmiendas logradas y las controversias

Durante el debate parlamentario se incorporaron cuatro enmiendas para atenuar el impacto de la reforma. La llamada “enmienda Borghese” garantiza que los actuales ciudadanos italianos -como los 150.000 registrados en Córdoba- puedan seguir transmitiendo la nacionalidad a sus hijos y nietos. También se protegen los trámites con turno asignado antes de la fecha límite.

Sin embargo, Borghese advirtió sobre situaciones desiguales que podrían generarse: “Si uno tiene un hijo mayor de 18 años y uno menor, el menor será ciudadano porque abrimos una ventana para presentar actas de nacimiento, pero el mayor no”.

Los motivos detrás de la reforma

La iniciativa responde a varios factores. Por un lado, las presiones geopolíticas, ya que el pasaporte italiano permite el ingreso sin visa a países como Estados Unidos y dentro de la Unión Europea. Por otro, la saturación del sistema consular, particularmente en países con gran demanda como Argentina. Además, se buscaba resolver el problema de los “ciudadanos sin vínculo efectivo” con Italia.

“Italia fabricaba ciudadanos que no se quedaban ni en su territorio ni en Europa. Era un combo muy difícil de resolver”, admitió Borghese sobre la situación que motivó los cambios.

Impacto en Argentina y posibles alternativas

Argentina alberga la red consular italiana más grande del mundo, con nueve consulados, dos institutos de cultura y cuatro cámaras de comercio. Borghese criticó que la decisión se tomó precipitadamente, pero expresó esperanzas de que futuras reformas puedan recuperar derechos para generaciones más lejanas.

Como alternativas, recordó que la ciudadanía por matrimonio sigue vigente, aunque ahora requiere un certificado de italiano nivel B1. También destacó que Italia es uno de los pocos países que permite a sus ciudadanos en el exterior votar y ser representados en el Parlamento, un derecho consagrado en 2006.

El proyecto ahora pasa a la Cámara de Diputados, donde el oficialismo cuenta con mayoría, por lo que se espera su aprobación definitiva en los próximos días.

La nueva normativa marcará un punto de inflexión en el histórico vínculo migratorio entre Italia y Argentina. ¿La muy buena relación entre Meloni y Milei tendrá impacto positivo en futuras reformas? Habrá que esperar para averiguarlo.

 

 

 

Redactado en base a información del periodista Miguel Clariá para el medio Cadena 3.





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