La infusión mágica que la gran mayoría toma y pocos saben que ayuda a combatir el hígado graso

Investigadores descubrieron que una de las bebidas más consumidas en el mundo podría tener un efecto clave en el tratamiento de esta enfermedad silenciosa.
Las infusionesforman parte de nuestra rutina diaria, es más, algunas se consumen por costumbre, otras por placer, y muchas por sus beneficios medicinales. Desde hace siglos, distintas culturas recurren a hierbas y plantas específicas para tratar o aliviar enfermedades, convirtiéndolas en aliadas naturales de la salud. Entre ellas se encuentra una que contiene propiedades esenciales, esté es el té verde.
Entre los diagnósticos más frecuentes en las consultas clínicas aparece el hígado graso, una enfermedad que avanza en silencio y afecta cada vez a más personas en el mundo. Se trata de una acumulación excesiva de grasa en las células hepáticas que, de no tratarse, puede derivar en complicaciones mayores como cirrosis o inflamación hepática crónica.
Sus síntomas suelen ser poco evidentes cómo la sensación de fatiga constante, dolor leve en el costado derecho del abdomen, digestiones lentas o incluso pérdida de apetito. Si bien el tratamiento principal apunta a modificar los hábitos alimentarios y la actividad física, algunas infusiones naturales también pueden cumplir un rol importante en el proceso de recuperación.
Cómo ayuda el té verde a combatir el hígado graso
Uno de los componentes más estudiados del té verde es la epigalocatequina-3-galato (EGCG), una catequina con potentes efectos antioxidantes. Según investigaciones recientes de los Institutos Nacionales de Salud, este compuesto podría ser clave para contrarrestar el daño hepático asociado al estrés oxidativo, una de las causas centrales del hígado graso no alcohólico.
Además de su capacidad para reducir la inflamación en el organismo, el té verde también ayuda a disminuir los niveles de grasa acumulada en el hígado. Esto se debe a sus propiedades antilipidémicas, es decir, su efecto regulador sobre los lípidos en sangre. El consumo regular de esta infusión puede mejorar el metabolismo de las grasas y prevenir la progresión de la enfermedad.
Las catequinas presentes en el té verde vienen siendo objeto de estudio desde hace más de dos décadas, con resultados alentadores en personas que padecen hígado graso. Su inclusión como complemento dentro de un tratamiento médico supervisado ofrece una alternativa accesible y natural, respaldada por la comunidad científica.
Otros beneficios del té verde
Más allá del impacto positivo sobre el hígado, el té verde cuenta con múltiples beneficios para la salud en general. Entre ellos se destacan:
- Su acción antiinflamatoria, que ayuda a reducir procesos crónicos causados por el estrés, el sobrepeso o una dieta poco equilibrada.
- Sus efectos antioxidantes, que protegen las células del cuerpo frente al envejecimiento prematuro.
- Su potencial neuroprotector, útil en la prevención del deterioro cognitivo.
- Propiedades antibacterianas y antivirales, que fortalecen el sistema inmune.
- Contribuye al control de la glucemia, siendo útil en pacientes con diabetes.
- Favorece la circulación sanguínea y puede disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.