retroceso de las bolsas y del dólar mientras se intensifican los conflictos bélicos y arancelarios

“Justo cuando pensábamos que el ruido en torno a los aranceles se estaba calmando, los últimos eventos muestran que los inversores no deberían dar nada por sentado hasta que esté firmado y sellado”, dijo Daniel Murray, CEO de EFG Asset Management en Zúrich.
Aunque la volatilidad vuelve a repuntar por las últimas tensiones, estrategas creen que no alcanzará los niveles vistos tras el anuncio arancelario del 2 de abril. Los operadores ahora ven cada vez más estas medidas como tácticas de negociación para lograr términos más favorables.
“La sensibilidad de los inversores y operadores frente a las noticias arancelarias probablemente esté disminuyendo”, dijo Max Kettner, estratega jefe de activos múltiples de HSBC, a Bloomberg TV. “Es, ante todo, una herramienta de negociación. No tengo que incorporar un impacto persistente en las ganancias”.
El dólar estadounidense
El dólar cotiza cerca de su nivel más bajo desde 2023 tras ampliar sus pérdidas del año al 7,6%. Según estrategas de Morgan Stanley, la desaceleración del crecimiento en EE. UU. y los recortes de tasas seguirán empujando al dólar hacia niveles no vistos desde la pandemia.
El índice del dólar (.DXY) cayó a su nivel más bajo en seis semanas al comenzar junio, reavivadas las preocupaciones por los aranceles tras la confusión legal de la semana pasada y el aumento de las tensiones militares a nivel global. El euro lideró el repunte, sin verse afectado por la posibilidad de un nuevo recorte de tasas del Banco Central Europeo (BCE) este jueves. El nuevo canciller alemán, Friedrich Merz, viajará a Washington para reunirse con Trump mientras se observan de cerca las negociaciones comerciales entre Europa y EEUU.
Con los mercados aún nerviosos por elementos del proyecto fiscal estadounidense que permitirían gravar empresas e inversores de países con “impuestos extranjeros injustos”, el dólar es vulnerable ante temores de fuga de capitales.Pero la atención del lunes volvió a centrarse en los aranceles, con la presunción de que Trump los impondrá de una forma u otra, pese a los obstáculos legales de la semana pasada.
El dólar se debilitó luego de que Trump anunciara durante el fin de semana que duplicará los aranceles al acero y aluminio importados al 50% a partir del miércoles. Pekín respondió rechazando acusaciones de violar acuerdos sobre minerales críticos.
También fue un fin de semana marcado por importantes tensiones geopolíticas y advertencias belicosas. El oro subió levemente.
El secretario de Defensa de EEUU, Pete Hegseth, advirtió el sábado que la amenaza de China era real y potencialmente inminente, instando a sus aliados del Indo-Pacífico a invertir más en defensa. La guerra entre Ucrania y Rusia continúa, con drones ucranianos atacando decenas de bombarderos rusos en territorio ruso. El conflicto en Gaza tampoco muestra señales de ceder.
Los principales países aceleran su carrera armamentista. Reino Unido anunció que ampliará su flota de submarinos nucleares como parte de una revisión de defensa para prepararse para una guerra moderna y contrarrestar la amenaza rusa. Los precios del petróleo subieron alrededor del 3% el lunes, luego de que el grupo OPEP+ mantuviera sin cambios el aumento de producción para julio.
En una semana clave para los datos del mercado laboral de EE. UU., hubo cierto alivio respecto a las tasas de interés. El gobernador de la Reserva Federal, Christopher Waller, afirmó el lunes que los recortes siguen siendo posibles en la segunda mitad del año. Dado que las presiones inflacionarias derivadas de los aranceles no parecen persistentes, “apoyo ignorar los efectos de los aranceles en la inflación a corto plazo al fijar la tasa de política monetaria”, dijo Waller en un evento en Corea del Sur.
El BCE enfrenta el enigma del euro en alza
A pesar de que el Banco Central Europeo continúa bajando las tasas de interés, el euro no deja de fortalecerse. Una reversión del flujo de capitales transatlántico está trastocando los diferenciales de tasas y podría forzar al BCE a una relajación monetaria aún mayor.
Se espera que el BCE reduzca el jueves su tasa principal al 2%, la mitad de su nivel máximo hace un año y por debajo de la tasa equivalente de la Reserva Federal. Esta tasa se ubicaría en el nivel “neutral”, que ni estimula ni frena la economía. Las tasas reales (ajustadas por inflación) volverían a cero por primera vez en casi dos años.
Lo notable es que, tras ocho recortes consecutivos del BCE, y pese a la perspectiva de tasas reales negativas, el euro se ha apreciado más del 10% frente al dólar en solo cuatro meses y un 5% frente a una cesta de monedas de sus principales socios comerciales.
Este fortalecimiento se da sin que haya cambios en el diferencial de los bonos a dos años entre EEUU y Europa, normalmente un buen predictor de la relación euro/dólar. Las causas de esta tendencia son claras: las guerras arancelarias de Trump, el temor a la fuga de capitales desde activos en dólares por preocupaciones sobre las políticas y las instituciones de EE. UU., y el impulso fiscal histórico de Alemania.
Si se confirma que parte del capital europeo invertido en EE. UU. está regresando, el BCE enfrenta un dilema. ¿Cómo manejar los efectos desinflacionarios de un euro fuerte, junto con el posible estímulo a la demanda interna?
La caída de tasas, y la expectativa de más recortes, parecen tener poco efecto en la moneda única. La mayoría de los analistas prevé uno o dos recortes más tras el de esta semana, y el mercado apuesta por una tasa terminal en torno al 1,75%, el rango inferior del nivel “neutral” estimado por el BCE.
La posibilidad de mayores emisiones de deuda por parte de Alemania y del resto de Europa podría sostener los retornos de renta fija a largo plazo y ampliar la base de inversiones seguras.
El “momento global del euro”
El BCE podría criticar la “excesiva” apreciación del euro, pero su impacto sería limitado salvo que respalde sus palabras con acciones concretas, lo que podría incluso ser contraproducente.
De hecho, el BCE parece estar fomentando este giro inversor y el papel del euro como moneda de reserva, en parte para financiar sus necesidades de capital en defensa, digitalización y transición energética.
En un discurso reciente en Berlín, Christine Lagarde dijo que se abría una oportunidad para un “momento global del euro”, donde la moneda europea pueda competir con el dólar si los gobiernos refuerzan la arquitectura financiera y de seguridad del bloque.
Aunque pueda parecer un problema menor, los países exportadores del bloque no verán con buenos ojos un euro tan fuerte en plena guerra comercial.
Los halcones y palomas del BCE también deberán debatir si seguir relajando la política monetaria para contrarrestar los riesgos cambiarios podría acabar alimentando la inflación doméstica a mediano plazo, especialmente con el impulso fiscal previsto para 2026.
Según Morgan Stanley, incluso si el BCE ajusta al alza sus previsiones de inflación subyacente, su nueva proyección podría mostrar que la inflación general quedará por debajo del 2% desde mediados de 2025 hasta 2027, incluso si mejora el crecimiento del PIB para 2025.