cinco cavas imperdibles en Buenos Aires para amantes del vino

Desde su mirada, la diversidad de la cava convive con una cocina que encuentra su mejor maridaje en blancos y tintos ligeros. Así, entre las etiquetas que definen la identidad líquida de Casa Cavia, el Cavalleri Blanc de Blancs ocupa un lugar especial. Delvis explica que es el primer vino que la casa exporta como parte del proyecto Mezcla Vinos del Mundo y representa la elegancia pura de un Franciacorta DOCG de Lombardía, Italia, elaborado 100% con Chardonnay y más de 24 meses sobre lías.
Un espumoso fresco, cítrico y con notas sutiles de brioche y frutos secos, que la sommelier sugiere acompañar con un plato fresco y espaciado como los langostinos curados con yema cremosa y chilli oil.
Otro de sus destacados es el Finca Las Cuchillas 2021 de Zuccardi, un Chardonnay de altura, austero y vertical, ideal para pedir con la pesca al vapor con shiso en tempura. Y, entre los tintos, menciona el profundo Cavas de Weinert 1997, blend de Cabernet Sauvignon y Malbec con aromas terciarios, perfecto para maridar con la porchetta de cerdo y manzana asada.
Puraltura
En Puraltura, la experiencia gira en torno al maridaje, con una carta de más de 80 etiquetas argentinas curada por el sommelier y socio del proyecto, Alejandro Mesa Rubio.
Formado en la Escuela Argentina de Sommeliers (EAS), Alejandro propone una mirada abierta, accesible y didáctica sobre el mundo del vino. “Armé esta selección para todos los gustos, llevando la intensidad de menor a mayor”, explica.
El recorrido comienza con el Blanco de Blancas de Sarapura (Valle de Uco), un blend de Sauvignon Blanc, Semillón y un toque de Chardonnay, fresco, aromático y con buena untuosidad, ideal para acompañar con la pesca blanca o la tabla de quesos de la carta.
Le sigue el Etcétera Rosado de Malbec (Tunuyán), de partida limitada y viñedo orgánico, brillante y notas a fruta roja, que va muy bien con los langostinos grillados con manteca, peperoncino y pangrattato. En tercer lugar, el Pinot Noir de Pulenta Estate (Tupungato), suave y elegante, marida a la perfección con los tagliatelle con langostinos.
Luego, el Malbec Cadus Appellation (Gualtallary), de gran volumen y acidez marcada, es el compañero idóneo del bife de chorizo con papines. El cierre llega con el Cactus Tannat de Altura (Quebrada de Humahuaca), potente, especiado y de 15.8% de alcohol perfectamente integrado tras 24 meses de crianza. Va con platos intensos, como el bife de chorizo con chimichurri.
“No es lo mismo comer un bife de chorizo con un Malbec mendocino que con uno de Jujuy”, comenta Alejandro, que invita a experimentar cómo el vino transforma la percepción del plato. Esta selección resume la diversidad, la potencia y el carácter del vino argentino, en un espacio pensado para descubrir, compartir y dejarse sorprender copa a copa.
Puraltura está ubicado en Gorriti 3856, Palermo Viejo.
Mago
En Mago, la gastronomía no sólo gira en torno a sus cortes a la leña, sino que involucra a su cava de vinos, una selección cuidadosamente curada por la sommelier Marcela Rienzo, presidenta de la Asociación Argentina de Sommeliers.
Con su expertise y sensibilidad para el maridaje, ha reunido una colección que abarca etiquetas de las 18 provincias productoras del país, logrando una variedad enológica única que acompaña a la perfección cada plato. Según sus propias palabras, “para mí todos los vinos tienen algo especial o algo distinto, y me cuesta mucho poner uno por sobre otros”.
“Tenemos íconos de bodegas, como el Miguel Escorihuela Gascón Single Vineyard, y vinos de bodegas muy grandes, como Rutini o el Malbec Argentino de Catena, pero además contamos con vinos de productores chiquitos y especiales, que nos gustan por su historia”.
Entre estos pequeños productores resalta, por ejemplo, el Cédula Real, elaborado en Amaicha del Valle, Tucumán, por una comunidad de pueblos originarios, o el Tanat de Los Aromitos, de Entre Ríos, producido por una familia apasionada por el vino.
También forman parte de la cava etiquetas distintivas como el Chardonnay de Contracorriente, un proyecto de Chubut que resalta por su carácter único. Cada elección ha sido pensada para potenciar la experiencia en la parrilla, con tintos robustos que maridan a la perfección con los cortes de carne y blancos frescos que resaltan el sabor de achuras, mollejas y provoleta, logrando una propuesta enológica equilibrada y excepcional.
Mago está ubicado en Monroe y Montañeses, Belgrano.
Mishiguene Restaurante
En Mishiguene, el restaurante de alta cocina judía ubicado en el corazón de Palermo, la experiencia gastronómica se complementa con una carta de vinos curada con precisión por Paula Scapuccio, head sommelier del local desde hace tres años, y cuyo recorrido profesional comenzó en el servicio, pasó por la barra y encontró en el mundo del vino su verdadera vocación, que la llevó a formarse en la Escuela Argentina de Vinos.
En este fine dining, creado por el reconocido chef Tomás Kalika hace más de una década, Paula gestiona una cava con aproximadamente 180 etiquetas, con foco en proyectos pequeños y medianos de distintas provincias argentinas (desde los Valles Calchaquíes hasta la Patagonia) con el objetivo de mostrar la diversidad y vitalidad del vino local.
Aunque por ahora la carta se concentra en etiquetas nacionales, ya se proyecta incorporar selecciones importadas. Cada recomendación parte del diálogo entre el plato y el vino, atendiendo a ingredientes clave de la cocina de Mishiguene como especias intensas, cocciones prolongadas, texturas marcadas y notas ácidas.
Para entradas frías y calientes como hummus, labneh o latkes, sugiere blancos con acidez y cuerpo, como un Semillón con crianza o un naranjo de Torrontés. El pastrón (uno de los íconos de la casa) encuentra su mejor versión junto a un Pinot Noir jugoso o un Cabernet Franc equilibrado.
En principales como el guefilte fish o el jraime, el maridaje ideal puede ser un Pet Nat, un Moscatel seco o un Chardonnay sin madera, mientras que los cortes braseados, como el brisket o el cordero, se acompañan con Malbecs de altura o blends con Garnacha. Para preparaciones más suaves, como kugel o varenikes, la sommelier opta por blancos untuosos sin paso por madera, o rosados estructurados que acompañen sin opacar.
Mishiguene está ubicado en Lafinur 3368, Palermo.
Enero
En la costanera porteña, frente al río, Enero se impone como un restaurante que combina naturaleza y elegancia, con una culinaria inspirada en la tradición ítalo-argentina y una carta de vinos cuidadosamente curada. Andrea Benedetti, más conocido como “el Tano”, es el responsable de “La Cava del Tano”, un apartado especial dentro de la carta dedicado a vinos que, en sus palabras, “representan de forma integral el suelo argentino”.
La selección incluye etiquetas provenientes de regiones vitivinícolas destacadas como el Valle de Uco y Luján de Cuyo en Mendoza, Cachi y Cafayate en Salta, Humahuaca en Jujuy y el Valle Azul en Río Negro.
Además de contar con grandes casas como Catena Zapata, Salentein, Chandon, Norton y Rutini, también suma bodegas boutique y líneas orgánicas, entre ellas Atilia, que incluso forma parte de su propuesta de vino por copa. Para Benedetti, cada vino tiene su lugar: “No hay un vino mejor que otro, hay vinos bien hechos y paladares que merecen ser respetados”.
Por eso, la carta fue pensada para ofrecer opciones versátiles que acompañen los distintos pasos del menú: blancos minerales y con estructura, rosados frescos y tintos intensos, ideales para maridar platos como pastas caseras, carnes maduradas o pescados de río.
En Enero, la experiencia enológica es tan protagonista como la gastronómica y está diseñada para acompañar al comensal de principio a fin, respetando sus preferencias y celebrando la diversidad del vino argentino.
Enero está ubicado en Avenida Rafael Obligado 7180, CABA.
Madre Rojas
Madre Rojas es un restaurante de carnes y vinos, que pone en valor el terroir para contar la gastronomía argentina, desde sus suelos y geografía hasta el clima. Bajo la mirada atenta de su equipo de cocina, su carta recorre algunos cortes clásicos, con el wagyu como el más representativo del lugar, elegidos por productores locales que favorecen el bienestar animal y la biodiversidad.
Con la curaduría del head sommelier del salón, Elías Aguilar Ruiz, Madre Rojas comparte una propuesta enológica de primera línea, en sintonía con una selección precisa de cortes de autor, recetas con vueltas innovadoras y bodegas que expresan la diversidad del suelo argentino.
Disponen de una carta versátil, que se acopla a los sabores y texturas de cada plato, con etiquetas de diferentes regiones del país, como por ejemplo Mendoza, San Juan y Salta, y numerosas variantes, como los tintos ligeros a cuerpo medio, espumantes, rosados y claretes.
Para escapar a las convenciones, Madre Rojas propone que maridar blancos con carnes es posible. Y bajo esta afirmación, su sommelier guía a los comensales con algunas recomendaciones de la casa: Ción Chardonnay, un chardonnay con velo producido por Fabián Viccario en La Consulta, al sur de Valle de Uco, 35.Cinco Polaco, un torrontés sanjuanino con un poco de pieles y madera, de buena textura y volumen.
Lo produce Simón Tornello con uvas de un viñedo antiguo de Paraje Hilario, en Calingasta, San Juan. Por último, se encuentra Credo Semillón, “probablemente el gran semillón del vino argentino”, resalta Elías. Un blanco de la talla de los grandes blancos del mundo: su productor es Germán Masera, desde un viñedo antiguo de El Peral, al norte de Valle de Uco.
Madre Rojas, ubicado en Rojas 1600, Villa Crespo.
Celebrar el Día del Sommelier es mucho más que levantar una copa: es reconocer el conocimiento de quienes dedican su vida a elegir el vino perfecto para cada momento. En estas cinco propuestas, la experiencia está guiada por expertos que traducen sabores en relatos y convierten cada servicio en un viaje inolvidable.