Ganó USMA con una bomba que explotó sobre el final
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Cuando el 0- 0 se imponía, USMA lo ganó con un golazo de Facundo Aburto cuando se jugaba tiempo extra. De perder un partido en el final, a revertir con un triunfo emotivo. El local se recuperó para seguir trepando en la tabla.
El festejo de Facundo Aburto luego de hacer un golazo.
El duelo fue de fuerzas parejas. USMA montó su habitual estructura de volantes corredores, aptos para la presión intensiva y Sarmiento, acomodó sus variantes para utilizar las bandas como arma, dejando a Méndez como único punta de lanza.
El local encontró algo más de fluidez por la irrupción de Maidana y porque Antignir se esforzó para prosperar en la búsqueda de espacios. Con la pelota en su poder por un mayor lapso de tiempo, el Depo pareció acomodarse en un trámite sin dueño, aunque sin generar chances claras. USMA tampoco llegó a inquietar. Y solo dispuso de una tijera imperfecta de Mercado para alterar -poco- la tranquila tarde de Agustín Soriani.
El juego no levantó. El segundo tiempo pareció una fotocopia, el local casi no visitó el área rival pese al desgaste físico de Antignir y Mercado. En Sarmiento, la búsqueda pasó casi siempre por Renzo Baiz y las apariciones discontinuas de Márquez, una opción para contribuir a la causa futbolística.
Así, el 0- 0 parecía irrompible.
No pudo Arian Castillo con un tiro libre que viajó directamente al travesaño y el mismo jugador no logró conectar un cabezazo en el área chica. Los únicos aciertos, un anticipo de Antignir tras centro de Flores y una entrada de Méndez que dio en el travesaño, tuvieron en el offside a un denominador común.
USMA volvió a tener a favor un remate desde afuera de Olivera que atajó abajo Soriani y en el cierre, pareció que los cambios le dieron más profundidad y le permitieron adelantarse en el campo.
Tras un rebote a los 48’ Facundo Aburto sacó de la galera, un derechazo asesino que se hizo inalcanzable para el arquero y le terminó dando los tres puntos al Patricio. Un gol de otro partido que, en éste caso, tiene el sabor de una lección bien aprendida. Para Sarmiento, el resultado suena a castigo quizás excesivo.
