Detectan misteriosas señales bajo el hielo antártico y crece el enigma científico

Las emisiones registradas desde ángulos inusuales podrían estar vinculadas a partículas subatómicas aún no comprendidas.
ANITA está formado por una matriz de antenas a bordo de un globo que vuela a unos 40 kilómetros de altitud sobre el continente
Un experimento científico llevado a cabo en la Antártida detectó señales de radio provenientes de ángulos extremadamente inclinados bajo el hielo, un fenómeno que desconcierta a la comunidad científica.
Las observaciones fueron realizadas por el equipo de la Antena Antártica de Impulso Transitivo (ANITA), que opera desde un globo a unos 40 km de altura, y sugieren trayectorias que desafían las leyes conocidas del comportamiento de partículas.
Las señales no eran simples reflejos, sino pulsos que llegaban desde debajo del horizonte, como si surgieran del interior de la Tierra. “Detectamos ondas de radio que venían desde 30 grados por debajo de la superficie del hielo. Eso implicaría que atravesaron miles de kilómetros de roca sólida sin desaparecer”, explicó Stephanie Wissel, investigadora de Penn State y miembro del equipo de ANITA.
Una de las hipótesis más analizadas es que se trate de neutrinos tau, partículas subatómicas casi imposibles de detectar, pero muy abundantes en el universo. Sin embargo, los datos no terminan de respaldar esa teoría.
Para profundizar la investigación, el equipo de ANITA se alió con el Observatorio Pierre Auger, ubicado en Mendoza, Argentina. Utilizando 15 años de datos y simulaciones computarizadas, buscaron señales similares a las detectadas en la Antártida. Pero tras un riguroso análisis, solo encontraron un evento compatible, cuya probabilidad es tan baja que podría deberse a ruido de fondo.
El artículo, publicado en Physical Review Letters, concluye que los impulsos observados no pueden explicarse con partículas conocidas ni por el modelo estándar de la física. El fenómeno, aseguran, requeriría condiciones no contempladas actualmente.
Mientras tanto, el equipo trabaja en un nuevo detector más sensible, también montado en globo, con el objetivo de captar más anomalías y avanzar en la comprensión de estas misteriosas señales. “Podríamos detectar neutrinos o quizá algo que ni siquiera imaginamos aún”, señaló Wissel con entusiasmo.
Con información de Infobae