El Merval y los ADRs argentinos en Wall Street finalizaron con subas de más de 5%

El mercado argentino vivió ese miércoles otra rueda marcada por el optimismo en acciones y la cautela en la deuda soberana. Mientras el índice Merval extendió las alzas con subas generalizadas, los bonos en dólares exhibieron una tibia recuperación que reflejó la tensión entre expectativas positivas y datos macroeconómicos que encendieron alertas.
En la Bolsa porteña, el índice Merval registró un incremento del 1,6% y consolidó su buen momento. Entre las acciones líderes, sobresalieron Transener, que avanzó 5,3%, y Ternium, con una mejora del 4,6%. También se destacaron Banco de Valores (+4,1%), Pampa Energía (+3,1%) y Transportadora de Gas del Norte (+3%).
Los ADRs argentinos que cotizaron en Nueva York también mostraron mayoría de subas. Ternium encabezó los avances con un alza de 5,2%, seguida por Tenaris (+4,8%), YPF (+1,9%), Pampa Energía (+1,9%) y Cresud (+1,5%). Estas mejoras reflejaron una búsqueda selectiva de oportunidades en papeles argentinos, pese al deterioro de algunos indicadores externos.
Pese a un comienzo pesado, los bonos soberanos nominados en dólares operaron en alza en toda la curva. El Bonar lideró las subas con un incremento de 0,7%, mientras que el Bonar 29 ganó un 0,5%. No obstante, los analistas explicaron que el mercado de deuda todavía reflejó la cautela sobre la capacidad de financiamiento del país y la evolución de la cuenta corriente.
Acciones con impulso propio en medio de la incertidumbre
El buen desempeño de las acciones locales no logra disipar todas las dudas sobre la economía argentina. Aunque el rally bursátil se alimenta de expectativas de reformas y cierta mejora en la percepción de riesgo, el segmento de renta fija sigue mostrando señales de escepticismo.
El Banco Central anuncia que hoy se lleva adelante una nueva licitación de Bopreal Serie IV, luego de colocar 810 millones de dólares en la última subasta del 18 de junio. Según detalla la autoridad monetaria, aún restan u$s2.190 millones por colocar. Esta colocación forma parte de la estrategia oficial para absorber pesos del sistema financiero y recomponer reservas, en un contexto de creciente presión sobre las cuentas externas.
En paralelo, los bonos en pesos ajustados por CER exhiben un comportamiento más firme. El título TX26 encabeza las subas con un avance de hasta 0,4%. Los inversores locales mantienen posiciones selectivas en estos instrumentos, con la expectativa de que sigan actuando como cobertura frente a eventuales repuntes inflacionarios.
Sin embargo, el optimismo bursátil se enfrenta a datos macroeconómicos que limitan la euforia. Según un reciente informe de Barclays, la cuenta corriente argentina muestra en el primer trimestre de 2025 un déficit de 5.000 millones de dólares, tras cuatro trimestres consecutivos de superávit. Este resultado contrasta con la dinámica de 2024 y plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de la recuperación.
La advertencia de Barclays: déficit en aumento pero sin riesgo inmediato
El documento de Barclays profundizó en el deterioro de la balanza de pagos. La entidad británica señaló que el déficit de cuenta corriente previsto para todo 2025 alcanzaría el 2,1% del Producto Bruto Interno, por encima del 1% que estima el consenso de analistas. La proyección supone un empeoramiento de más de tres puntos porcentuales frente al superávit de 1% del PBI registrado en 2024.
La principal explicación está en la evolución del comercio exterior. El informe remarca que el intercambio de bienes pasó de un aporte positivo a uno negativo en apenas un año. Aunque los servicios y las rentas primarias mantuvieron una contribución negativa moderada, el desbalance comercial fue determinante.
Pese a esta dinámica, Barclays aclaró que no percibe un riesgo inminente de crisis. En su análisis, el escenario actual no es comparable al de 2018, cuando un déficit externo amplio derivó en un “sudden stop”, una contracción severa de la actividad y un regreso de políticas populistas. No obstante, la entidad consideró que un tipo de cambio real más alto ayudaría a recomponer la competitividad.
El reporte detalló que, de mantenerse la tendencia, la balanza comercial seguiría deteriorándose en los próximos trimestres. Aun así, el banco británico reafirmó que su escenario base no contempla un ajuste abrupto de la cuenta corriente ni una crisis de balanza de pagos en el corto plazo.
Wall Street mixto y señales de enfriamiento laboral
Mientras tanto, los mercados internacionales tuvieron una jornada dispar. En Estados Unidos, el Dow Jones Industrial Average cayó marginalmente un 0,02%, mientras que el S&P 500 subió 0,47% y se mantuvo cerca de máximos históricos. El Nasdaq avanzó 0,94%, impulsado por la recuperación de Tesla y un nuevo impulso de Apple tras una mejora de recomendación de Jefferies.
El dato más relevante del día fue el informe de ADP, que mostró la primera pérdida de empleo en el sector privado en más de dos años. Según el reporte, las empresas estadounidenses recortaron 33.000 puestos en junio, muy por debajo de las expectativas que apuntaban a una creación de 98.000 empleos. Este resultado alimenta la especulación sobre un recorte de tasas de interés por parte de la Reserva Federal antes de fin de año.
De hecho, los operadores descuentan que un recorte podría llegar en septiembre. Los futuros de tasas muestran que un 23% del mercado apuesta a dos bajas antes de esa fecha. El mercado aguarda ahora el reporte oficial de empleo que se conocerá este jueves, clave para definir el rumbo de la política monetaria.
En paralelo, persisten las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y sus principales socios. Inversores siguen atentos a la evolución de las tratativas con la Unión Europea y Japón antes de que el 9 de julio se levante la pausa sobre los aranceles “recíprocos” impulsados por Donald Trump. La incertidumbre sobre los costos que implicarían nuevas tarifas mantiene la cautela en Wall Street.