24DigitalWeb

Publicidad y Comunicación

Quién es Marco Rubio, el hombre que lidera el duro modelo de diplomacia de Trump


Dos veces vetado por China, negociador con Rusia y promotor de la anexión de Groenlandia. Marco Rubio, el nuevo secretario de Estado de la Administración Trump, ha abierto más frentes diplomáticos en cuatro semanas de los que sus predecesores han conseguido en años. El senador por Florida, nombrado jefe de la diplomacia estadounidense el 21 de enero de 2025, comenzó su mandato con una serie de movimientos que han redefinido la posición de Estados Unidos en el tablero internacional.

Quién es Marco Rubio

El nuevo jefe de la diplomacia estadounidense encarna la parábola de la inmigración cubana en Florida. Nacido en Miami en 1971 de padres que huyeron de la isla en 1956, durante la dictadura de Batista, Rubio construyó su ascenso político sobre una narrativa del sueño americano. Una narrativa que sufrió una reacción violenta en 2011, cuando el Washington Post reveló que sus padres habían llegado a EE UU antes de la llegada de Castro y no como exiliados del régimen comunista.

Su carrera política comenzó en la legislatura de Florida, donde en 2006 se convirtió en el primer presidente de origen cubano en la historia del estado. En 2010, fue elegido senador federal en Washington como exponente del ‘Tea Party’, el movimiento opositor a la presidencia de Obama. En 2016 se presentó a las primarias republicanas, pero fue derrotado por Donald Trump, de quien se convirtió luego en un estrecho aliado. En el Senado destaca por sus posiciones anticastristas, contra el régimen venezolano de Maduro y por su línea dura con China, que en 2020 le incluyó en la lista de personalidades estadounidenses indeseables. Promotor de la ley contra los trabajos forzados de los uigures, en 2021 se convirtió en el principal opositor de Pekín en el Congreso de EE UU. Es Secretario de Estado desde el 20 de enero de 2025.

Primeros movimientos de Marco Rubio como Secretario de Estado

La nueva política exterior estadounidense lleva claramente el sello de Donald Trump, pero es Marco Rubio, como secretario de Estado, quien la traduce en hechos, flanqueado por Michael Waltz, consejero de Seguridad Nacional, y Steve Witkoff, enviado especial para las negociaciones internacionales. En pocas semanas, la nueva administración ha redefinido las prioridades globales de Washington, con decisiones rápidas que a menudo rompen con el enfoque anterior.

Uno de los primeros actos de Rubio fue la congelación de la ayuda exterior. El 24 de enero, firmó una orden ejecutiva que suspendía su desembolso durante 90 días, excepto para emergencias humanitarias. Pocos días después, el 3 de febrero, asumió también ad interim la dirección de USAID, la agencia que gestiona los programas de ayuda internacional, consolidando así su control sobre los recursos financieros destinados al exterior. En el ámbito interno, Rubio impuso nuevas restricciones burocráticas y migratorias. El 22 de enero, bloqueó las solicitudes de pasaportes con el marcador de género “X”, mientras que poco después suspendió los visados para estudiantes chinos matriculados en universidades estadounidenses que realizaran investigaciones en campos sensibles.

La confrontación con China surgió inmediatamente como uno de los asuntos más delicados para el nuevo secretario. El 21 de enero, Rubio convocó a los ministros de Asuntos Exteriores del Diálogo de Seguridad Cuadrilateral, también conocido como Quad, la alianza entre EEUU, Australia, India y Japón, para reafirmar la importancia del eje Indo-Pacífico.

Diez días después, relanzó un viejo caballo de batalla de la administración Trump, declarando que la adquisición de Groenlandia es”de interés nacional para Estados Unidos” y sin excluir, esta vez, el uso de la fuerza militar. Las relaciones con Oriente Próximo también se aceleraron. El 6 de febrero, hablando de Gaza, Rubio declaró que Estados Unidos está dispuesto a “hacerla hermosa de nuevo”, haciéndose eco del eslogan de campaña de Trump. Con El Salvador, cerró un acuerdo para trasladar a los presos expulsados de Estados Unidos a la nueva cárcel de máxima seguridad que quiere el presidente Nayib Bukele.

El último movimiento se produjo esta semana con la primera reunión cara a cara entre Washington y Moscú. El martes 18 de febrero, en Riad, Rubio se reunió con Sergei Lavrov en una conversación de cuatro horas centrada íntegramente en la guerra de Ucrania. Al margen de la reunión, reiteró su clara opinión sobre la cuestión: “Donald Trump es el único líder del mundo capaz de iniciar un posible proceso de paz“.

Artículo originalmente publicado en WIRED Italia. Adaptado por Mauricio Serfatty Godoy.



ES.WIRED

Copyright © All rights reserved. | Newsphere by AF themes.