“Fue poco a poco aumentando el número de personas que vienen al comedor”, dicen desde PROCAP

“No solo vienen hombres, vienen también mujeres, a veces con su pareja y otras veces la mamá sola con los hijos; todos son bienvenidos”, expresó Eugenia Borobio.
El Centro Barrial PROCAP, dependiente de la Diócesis de Comodoro Rivadavia y de la Federación de Hogares de Cristo, continúa desarrollando solidarias en beneficio de las personas en situación de vulnerabilidad a través de su comedor comunitario y diversos talleres.
Eugenia Borobio, referente de PROCAP, conversó con Crónica y ofreció un balance de lo realizado durante este año, destacando especialmente el trabajo del comedor, que funciona los martes y jueves, y la entrega de viandas en horario nocturno.
“Fue poco a poco aumentando el número de personas que vienen al comedor. Nosotros los invitamos a que vengan y que pasen a comer acá. Entonces hoy contamos con un comedor de aproximadamente 50 personas, algunos van rotando, se van unos y entran otros”, expresó Borobio y agregó que “no solo vienen hombres, vienen también mujeres, a veces con su pareja y otras veces la mamá sola con los hijos; todos son bienvenidos”.
El trabajo del comedor es posible gracias a la dedicación de aproximadamente 15 voluntarios, quienes colaboran en tareas como la preparación de alimentos, el servicio en las mesas y la organización general. Además del comedor, las personas en situación de vulnerabilidad tienen acceso a espacios para lavar ropa y asearse.
En cuanto a las viandas nocturnas, Borobio explicó que se distribuyen los martes y jueves por la noche a quienes más lo necesitan. “En la calle hay mucha gente. Tratamos de entregar a los que están trabajando en las esquinas oa quienes ya conocemos y sabemos dónde pasan la noche”. Las viandas, que incluyen un plato principal y un postre como fruta, alfajores o galletas, son repartidas por dos voluntarios que entregan alrededor de 50 viandas en total, por jornada.
Señaló que este último tiempo, se está comenzando a ver un poco más de trabajo informal y transitorio: trabajos de limpieza, de ayudante de cocina, limpieza de patios, es decir, no trabajos fijos, sino changas. “Hubo un poquitito más en este último mes sí, pero la realidad es que acá tocan el timbre y la pregunta es qué necesitas: leche para sus hijos, algunas galletas para la merienda, yerba, azúcar, siempre se van con las manos con algo , con lo que podemos dar”.
Borobio agradeció el apoyo del Municipio, que aporta insumos frescos como carne y verduras, además de recursos económicos provenientes de Cáritas Diocesana, la Familia Grande Hogar de Cristo y Sedronar. “Esto nos permite sostener el centro barrial, que funciona como una casa de mediodía o de paso”, detalló.
Durante el receso de enero y hasta mediados de febrero, el comedor y la entrega de viandas estarán en pausa para dar descanso a los voluntarios. Sin embargo, el centro permanecerá abierto los martes y jueves de 9 a 12 horas para atender urgencias, como el uso de las instalaciones para baños o lavado de ropa.
Finalmente, Borobio reconoció el valioso apoyo de los voluntarios, resaltando el espíritu solidario que los impulsa. “Cuando uno abraza esta cuestión de ser servicial y generoso, es un círculo: doy y recibo. En el Hogar de Cristo también decimos que Jesús es nuestro ejemplo, nuestro maestro en ese sentido”, concluyó.