Uno de los atracos más resonantes de “Chucky” en Comodoro: en una bicicletería de avenida Polonia
“Me apuntó a la cabeza y me gritaba que le dé la plata”, había relatado el damnificado.
Cristian “Chucky” Molsalvo, como se dijo, perpetró innumerables hechos delictivos, algunos cargados de mucha violencia, a lo largo de su extensa vida delictiva. Su historial criminal traspasó las fronteras de su ciudad de origen, extendiendo la serie de hechos delictivos en ciudades vecinas, tanto en Chubut, como en la provincia de Santa Cruz.
Uno de los hechos más resonantes del que participó en Comodoro, fue el asalto a la bicicletería Saidmar, sobre avenida Polonia, en barrio Pueyrredón. Ocurrió el 1 de marzo de 2018 a la mañana, cuando junto a un cómplice ingresaron armados al comercio y luego de reducir a los dueños, robaron un maletín con una suma cercana a los 160 mil pesos de esa época.
Es una zona muy transitada, sin embargo, los delincuentes ingresaron al local comercial y a punta de pistola, redujeron al dueño, su esposa y sus padres, para luego escapar con el botín.
No obstante, el rápido accionar policial permitió la detención a escasos metros de Cristian Alejandro Monsalvo, “Chucky”, y Bruno Misael Bustamante, quienes fueron imputados. Ambos habían sido condenados por robo agravado, y uso de armas de fuego, con 6 años de prisión y 3 años y cuatro meses, respectivamente.
El asalto en bicicletería Saidmar de Avda, Polonia, en marzo de 2018, fue uno de los atracos armados más resonantes en el historial criminal de “Chucky” Monsalvo en Comodoro. Allí, junto a un cómplice, habían reducido a los dueños apoderándose del dinero. Escaparon, pero el rápido accionar policial permitió la detención de ambos a pocos metros.
“Me apuntó a la cabeza y me gritaba que le dé la plata”
Fabián, el propietario de la bicicletería, una empresa familiar en la que trabajaban desde hace 40 años. En aquella ocasión, pocos minutos después del hecho, explicaba a Crónica: “Estaba detrás de la caja cuando escuché el timbre de la puerta y veo a dos muchachos, uno más grande y otro chiquitito. Yo no me di cuenta en el momento, pero cuando ese más chico entró se dio vuelta y se tapó la cabeza con la capucha. Vino corriendo y me puso el arma en la cabeza y gritándome dame toda la plata, tiráte al piso. Me asusté, me gritaba que no los mire. Al otro más grande lo reconozco porque vino estos días al negocio a preguntar cosas”.
“Mi señora estaba detrás en la oficina, mi mamá y mi papá estaban acá al lado, donde está su casa y arriba había un empleado en el primer piso. Yo sigo en el piso y el grandote fue atrás y redujo a mi señora, ella alcanzó a guardar una chequera y en ese momento salió mi papá y lo redujeron también. Él se iba para el banco y tenía una carterita que le sacaron”.
“Fue el peor momento”
Fabián relató: “Fue el peor momento, nos asaltaron una vez, a mi papá le pusieron un cuchillo en el cuello; otra vez nos tiraron gas pimienta, pero nunca con esta violencia”.
“Mi papá trataba de tranquilizarlos, porque estaban locos, violentos, no nos resistimos, les dijimos que se lleven todo. Yo tenía miedo por mi mamá porque le empezaron a pegar aún después de que ya tenían la plata”.
