Revelan que el Ejército de Estados Unidos prepara un costoso desfile militar para el día de cumpleaños de Donald Trump

El evento ya contemplaba actividades como competencias físicas, exhibiciones con vehículos blindados, helicópteros y un muro de escalada.
El Ejército de los Estados Unidos afina los detalles de un imponente desfile militar previsto para el 14 de junio, día en que coinciden su 250º aniversario y el cumpleaños número 79 del presidente Donald Trump. El desfile militar no estaba en los planes originales del festival y comenzó a discutirse recientemente.
La agencia Associated Press accedió a documentos internos fechados el 29 y 30 de abril que detallan la magnitud del evento: más de 6.600 soldados, al menos 150 vehículos, 50 helicópteros, siete bandas militares y miles de civiles.
Lo que dice la AP es claro: “El festival se venía planificando desde hace más de un año, pero el desfile comenzó a considerarse recién el mes pasado”. No se afirma que sea por Trump, pero tampoco se niega que su cumpleaños haya influido en la inclusión del desfile. Los documentos filtrados no mencionan motivos políticos, pero la noticia despertó suspicacias.
Aunque aún no hay confirmación oficial, los preparativos están en marcha y, de concretarse, el desfile implicaría un despliegue logístico de escala nacional. “Queremos que sea un evento que toda la nación pueda celebrar con nosotros”, dijo el coronel Dave Butler. “Queremos que los estadounidenses conozcan a su Ejército y a sus soldados. Un desfile podría ser parte de eso, y creemos que sería una excelente adición a lo ya planeado”.
Los costos no figuran en los documentos, pero se estima que el traslado y alojamiento de tropas, equipos y aeronaves desde distintos puntos del país demandaría decenas de millones de dólares.
El recuerdo del intento fallido de 2018 no es menor: aquel desfile, impulsado por Trump tras su visita al desfile del Día de la Bastilla en París, fue cancelado ante un cálculo preliminar de 92 millones de dólares y fuertes objeciones de funcionarios locales por el impacto que los tanques tendrían en la infraestructura vial.
A diferencia de aquella vez, el nuevo plan forma parte de un festival por los 250 años del Ejército, cuyo eje sería una celebración pública en el National Mall, en Washington. El evento ya contemplaba actividades como competencias físicas, exhibiciones con vehículos blindados, helicópteros y un muro de escalada.
Sin embargo, la inclusión del desfile -aún sin aprobación formal- expandiría la participación militar: se prevé la presencia de soldados de al menos 11 cuerpos y divisiones, lo que incluye batallones de tanques, artillería Paladin, vehículos Bradley y unidades de infantería.
Según los documentos, 6.300 soldados participarían del desfile propiamente dicho, mientras que el resto cumpliría funciones de apoyo. También habría un salto en paracaídas de los Golden Knights y participación civil mediante vehículos históricos, bandas y representantes de organizaciones de veteranos, academias militares y grupos de recreación histórica.
El desfile se clasificaría como “evento nacional de seguridad especial” -categoría que implica medidas de protección excepcionales- y su aprobación está bajo revisión del Servicio de Parques Nacionales.
Desde el Pentágono, aún no definieron qué unidades estarían disponibles. El portavoz del Ejército, Steve Warren, confirmó que “no se tomaron decisiones finales”.
La alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, confirmó en abril que la administración federal se contactó con la ciudad para discutir el trazado del desfile, que iría desde Arlington, Virginia -donde se encuentran el Pentágono y el Cementerio Nacional- hasta el centro de la capital. “No sé si se lo está caracterizando como un desfile militar”, dijo Bowser, pero advirtió que “los tanques rodando por las calles de la ciudad no serían una buena idea”.
Bowser fue clara: “Si se usan tanques militares, deberían venir acompañados de muchos millones de dólares para reparar las calles”.
Por ahora, la Casa Blanca no respondió al pedido de comentarios de la agencia. Los planes están sujetos a cambios, pero lo cierto es que el Ejército ya comenzó a mover sus piezas para un acto que, aunque presentado como institucional, carga con el simbolismo de una celebración personal para el presidente.