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así la pegó esta startup


Con más de 250.000 colchones vendidos desde su fundación en 2019, Calm es Simple transformó la industria del descanso y dio un paso clave hacia la sustentabilidad: acaba de certificar como Empresa B con una puntuación de 81,9. Diferenciada por sus colchones compactados y enviados en cajas, la firma optimiza la logística, reduce emisiones de gases de efecto invernadero y promueve la economía circular reacondicionando productos devueltos.

Calm fue creada por Matías Burstein y Patricio Fiaschi, dos ingenieros industriales que detectaron un vacío en la experiencia de compra de colchones online. “Un amigo me preguntó dónde podía comprar un colchón sin pasar por un vendedor ni esperar 60 días de entrega, y no supe qué contestarle. Ahí me di cuenta de que había una oportunidad enorme”, relata en exclusiva a iProfesional, Burstein, CEO de la empresa.

Hasta ese momento, elegir un colchón implicaba enfrentarse a decenas de modelos, precios altos por flete, demora en la entrega y costos extra por piso por escalera si el colchón no cabía en el ascensor.

Calm decidió simplificarlo todo: un solo modelo adaptable al 99% de las personas, envío gratuito en el día, entrega compactada en caja y 30 noches de prueba con devolución sin costo.

El sistema de compresión al vacío de Calm permite que sus colchones se envíen enrollados en una caja de apenas 40×40 centímetros por 1,50 metros de alto, pesando unos 20 kilos. ¿El impacto? En un flete donde antes entraban cinco colchones tradicionales, ahora entran, entre 15 y 20. Esto optimiza la logística y reduce significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero. Que el colchón llegue enrollado, asegura Burstein, no lo daña ni afecta la durabilidad.

La producción de sus colchones está tercerizada en una red de proveedores locales. “Por suerte la industria del colchón en Argentina es muy buena, con buena tecnología y sin necesidad de importaciones”, subraya Burstein. En cambio, los muebles, sommiers y bases son ensamblados directamente por Calm, bajo un modelo que apunta al control de calidad.

Hoy la marca ofrece más de 30 productos —colchones, almohadas, ropa de cama, muebles, bases, sommiers— siempre bajo la misma consigna: que puedan ser despachados en caja, incluso camas y sofás cama.

Con 25.000 reseñas de 5 estrellas, gestionan unos 15.000 pedidos mes

Aunque nació como una marca digital, los socios de Calm entendieron que debían acompañar a sus clientes también en el mundo físico. Hoy cuenta con cuatro locales propios en Buenos Aires, pero el 80% de sus ventas siguen siendo online, un fenómeno que va a contramano de la industria tradicional.

“Somos una empresa que siempre escucha a sus clientes, y los puntos de venta responden a eso, a que nos lo pedían. Primero con un showroom, y luego permitiendo la compra”, explica Burstein. Además, asegura que contar con locales físicos potenció su canal online: “Le da tranquilidad a la gente saber que hay un lugar físico y una persona con quien hablar si pasa algo”. Y agrega otro dato contundente: Calm acumula más de 25.000 reseñas de cinco estrellas, y el 20% de las ventas de colchones provienen de recomendaciones.

Unas de las decisiones más disruptivas es la prueba de 30 noches. Si el colchón no convence, lo retiran sin cargo y devuelven el dinero. “Los productos en el local se conocen y se prueban durmiendo. Por eso damos 30 días de prueba, entendemos que no alcanza con tocarlo y recostarte un minuto para un colchón que vas a usar durante los próximos cinco o diez años”, explica Burstein.

En los locales de Calm los colchones se conocen y se prueban usándolos por 30 días

Solo el 1% de los colchones son devueltos. “Y aunque la logística inversa implica un costo extra, preferimos asumir el costo porque fortalece la confianza en nuestra marca”, asegura Burstein. Esta política, que comenzó como un experimento de una semana, además aumentó las conversiones un 30%, y hoy es una marca registrada de la empresa.

Incluso idearon un “Siestario” en su local de Chacarita, donde cualquiera puede reservar un turno y dormir 45 minutos gratis en un espacio preparado para el descanso: pantuflas, pijama, música suave, sus colchones y cero presiones comerciales.

Al momento de reservar, se solicita una tarjeta como garantía y se cobra un seguro de cancelación: si asistís, no se cobra nada; pero si cancelás con menos de 24 horas de anticipación o no te presentás, se debita un monto de $2.000. El concepto tuvo tanto éxito que lograron expandirse a espacios de coworking como el Workplace del Polo Dot. 

“La mitad de los que fueron al siestario terminaron en algún momento comprando un colchón Calm”, revela orgulloso Burstein.

A nivel ambiental, Calm también apuesta por la economía circular: reacondiciona y revende a mitad de precio los productos devueltos o donados, logrando colocar más de 10.000 unidades reacondicionadas en el mercado

Calm también cruzó fronteras. En 2023 desembarcó en Brasil, donde replicaron su modelo, desarrollando una red de proveedores locales y adaptando su propuesta al nuevo mercado. Entre los dos países, hoy la compañía emplea a más de 120 personas.

Con tres modelos de colchones, Calm desembarcó en Brasil en 2023

Con tres modelos de colchones, a fines de 2023 Calm desembarcó en Brasil

Por ahora, no tienen previsto desembarcar en otros países. El foco está puesto en seguir creciendo en Argentina —donde ya concentran entre el 2 y el 4% del mercado— y consolidarse en Brasil. “Somos una compañía que crece de manera sólida. Nunca hemos levantado capital. Entonces no es que vamos a hacer una expansión a 10 países en simultáneo para ver qué pasa. Vamos a ir dando pasos sólidos y en todo caso, cuando creamos que podemos hacerlo, lo vamos a hacer”.

Por mes, Calm gestiona unos 15.000 pedidos entre todos sus productos, y su crecimiento interanual ronda el 100%, impulsado por la ampliación de su catálogo y la integración de múltiples canales de venta. Para este año, están trabajando en la implementación de nuevas tecnologías, desde inteligencia artificial hasta realidad aumentada, con el objetivo de mejorar la experiencia de compra y personalizar la elección del colchón.

“Llegamos para vitalizar un sector que era demasiado tradicional”, concluye Burstein. Calm es Simple consolidó un modelo innovador que transformó la industria del descanso con sus colchones compactados, enviados en cajas, y una experiencia de compra ágil y sin fricciones.





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