Los porteños votan legisladores en unas elecciones que podrían redefinir el mapa de alianzas de la política

Los porteños votarán mañana para renovar la mitad de las bancas de la Legislatura de la Ciudad, en unos comicios que podrían redefinir el mapa de alianzas de la política y poner en riesgo la supervivencia de espacios como el PRO.
En lo formal se trata de una elección de medio término pero, en los hechos, el resultado podría potenciar a los libertarios, posicionar al peronismo y dejar muy debilitado al PRO en el territorio que lo vio nacer.
Un combo que le otorga una trascendencia inédita a la elección: no por nada los propios Javier Milei y Mauricio Macri decidieron ponerle el cuerpo a la campaña para apoyar a sus respectivos candidatos.
El espacio que resulte vencedor de ese duelo dentro de la compulsa mayor quedará en mejores condiciones para negociar un eventual armado electoral en la provincia de Buenos Aires, donde tanto La Libertad Avanza (LLA) como el PRO se preparan para enfrentar al peronismo.
En la Ciudad, la lista del PRO la encabeza Silvia Lospennato, la diputada nacional que redirigió sus esfuerzos a la Ciudad en un intento del partido amarillo de volver a las fuentes en medio del desperfilamiento al que lo sometió la irrupción de la ola libertaria.
Desde ese último rincón, el vocero presidencial Manuel Adorni hará su debut como candidato con el apoyo de Milei y toda la primera plana de LLA, que decidió plebiscitar la gestión nacional en unos comicios municipales.
Por el lado del peronismo, el candidato Leandro Santoro se muestra como emergente de un armado más amplio que confronte directamente con ambas terminales, con la mirada puesta en las elecciones para jefe de Gobierno de 2027.
Pero el techo que el candidato “panperonista” podría tener en el distrito no es el mismo de Adorni o Lospennato, que pueden “robarse” mutuamente por la necesidad del voto útil del porteño medio y el electorado antiperonista.
Como “outsiders”, el ex jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta y Ramiro Marra, ambos alejados de sus espacios de origen -el PRO y LLA, respectivamente- darán pelea para recuperar la confianza de sus viejos votantes.