conocé las diferencias entre las visas Work and Travel y Working Holiday

El sueño de trabajar en Europa atrae cada vez a más jóvenes que buscan combinar aventura, experiencia laboral y crecimiento personal. Entre las opciones disponibles para los que piensan emigrar, dos programas suelen generar confusión: Work and Travel y Working Holiday.
Ambas alternativas permiten vivir y trabajar en el exterior por un tiempo determinado, pero tienen objetivos, requisitos y beneficios distintos. Conocer esas diferencias es clave para elegir el camino que mejor se ajuste a cada perfil y plan de viaje.
Los detalles para mudarte a Europa con la visa Work and Travel
El programa Work and Travel está orientado a estudiantes universitarios que quieren ganar experiencia en el extranjero mientras perfeccionan un idioma. Requiere estar cursando una carrera y tener conocimientos previos de la lengua del país de destino.
Para acceder, es necesario contratar un paquete a través de una agencia autorizada, que se encarga de vincular al participante con un empleador antes de viajar. El trabajo no es opcional: forma parte del acuerdo que mantiene activa la visa.
Los destinos más frecuentes para Work and Travel son Estados Unidos e Inglaterra, y la duración ronda entre 3 y 4 meses, coincidiendo con el receso académico. Además, el viajero no elige libremente el momento del viaje: está atado al calendario universitario.
El trámite de visa lo gestiona el propio aplicante, aunque la agencia acompaña el proceso. No hay garantía de aprobación, y el paquete no incluye el costo del visado. Esto convierte al programa en una experiencia planificada y con estructura cerrada.
Working Holiday: cuáles son las principales diferencias
La visa Working Holiday se dirige a jóvenes de entre 18 y 30 o 35 años, según el país. No exige estudios universitarios ni dominio del idioma. El principal requisito es contar con fondos para solventar los primeros meses de estadía.
A diferencia del Work and Travel, no hay necesidad de tener trabajo asignado. Cada viajero elige si quiere trabajar, viajar o ambas cosas. Además, se puede cambiar de ciudad, rubro o empleador cuantas veces se desee.
El trámite se realiza de forma personal, sin intermediarios. Dependiendo del destino, puede gestionarse online o en embajadas. La visa suele durar 12 meses y algunos países ofrecen extensiones si se cumplen ciertos requisitos.
Entre los destinos más elegidos por quienes aplican a Working Holiday aparecen Nueva Zelanda, Australia, Dinamarca y Suecia. Esta opción otorga mayor libertad y flexibilidad para quienes buscan una experiencia abierta y menos estructurada.