Un freno al cientificidio: “La tormenta avanza, la resistencia también” | La comunidad científica calienta motores para la movilización de este miércoles

El cientificidio del gobierno avanza y la resistencia de los científicos y las científicas hace lo propio. Este miércoles a partir de las 13, se reunirán en el Polo Científico Tecnológico, en el barrio porteño de Palermo, para denunciar los efectos del desfinanciamiento. El evento, que tendrá réplicas en las principales ciudades del país, será para denunciar el vaciamiento orquestado por la administración libertaria. Aunque hay muchos datos, apenas uno alcanza de muestra: en el presente, la asignación de recursos por parte del Estado es menor a la de 2002. Hoy se invierte el 0.15 por ciento del PBI y en aquel momento el 0.17. El poder adquisitivo de los salarios y las becas se redujo un 40 por ciento, y alcanza cifras comparables a 2001. Como si fuera poco, según un informe difundido por el Centro Iberoamericano de Investigación en Ciencia, Tecnología e Innovación (Ciicti), desde que asumió Javier Milei, 4.148 personas que se desempeñaban en el sistema científico perdieron su empleo.
Esta vez, las agrupaciones de científicos apelarán a consignas viralizadas a partir del éxito de El Eternauta. “Nadie se salva solo”; “La ciencia y la universidad bajo la amenaza de algo tóxico”; “La tormenta avanza, la resistencia también”; #Cientificidio “Una nieve tóxica contra la ciencia y la universidad” constituyen algunos de los disparadores que acompañan los flyers e invitaciones a la reunión.
Entre otras organizaciones que realizan la convocatoria, se destaca la RAICyT, es decir, la Red de Autoridades de Institutos de Ciencia y Técnica. Jorge Geffner, director del Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y SIDA del Conicet, y referente del evento dice a Página 12: “Esperamos una convocatoria muy grande y representativa de todo lo que es el sector científico y técnico. Tendrá el foco en Conicet, aunque vendrán grupos del INTI, el INTA, de la Comisión Nacional de Energía Atómica y del Hospital Garrahan incluso”.
Y continúa: “Articularemos un programa de medidas de acción para tratar de enfrentar la política de cientificidio. Entre jubilaciones y renuncias, el Conicet, por ejemplo, ha perdido cerca de 1500 agentes y no hay una sola alta. Se trata de una sangría demasiado importante como para mirar para el costado”.
Que la sociedad acompañe
En una carta firmada por el biólogo molecular e investigador Alberto Kornblihtt, los científicos llaman a la sociedad argentina a movilizarse contra el impactante ajuste del gobierno nacional de Javier Milei en Ciencia y Técnica. El prestigioso investigador lo explica en una línea: “Necesitamos que quienes no hacen ciencia participen también de la movilización“. La resistencia tendrá sentido si aquellas personas que no pertenecen al ámbito científico pueden sumarse al reclamo de los hombres y las mujeres de laboratorio. Se debe comprender, instan los organizadores de la movilización, que la única vía para poder salir del modelo agroexportador es la inversión en conocimiento.
La situación es calamitosa: a los despidos y a la reducción notable en el presupuesto disponible y aplicado (a fines de mayo, solo se ejecutó el 15 por ciento de los fondos), se suman la suspensión de los ingresos a la carrera del Conicet para nuevos investigadores; y la discontinuación de los Programas Equipar y Construir Ciencia para gestionar equipos e infraestructura. Asimismo, la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i) –espacio fundamental de financiamiento durante gobiernos anteriores– dejó de realizar convocatorias para apoyar proyectos y no se ejecutan los subsidios que habían sido asignados a diversos grupos.
Aunque el campo científico cuenta con una ley (sancionada en 2021) que garantiza el financiamiento más allá de los gobiernos de turno (asegura inversiones plurianuales por parte del Estado hasta llegar al 1 por ciento del PBI en 2032), en la práctica no se cumple. Lo que aún significa más: no solo dejó de garantizar el aumento correspondiente para 2025 (0.45 por ciento del PBI), sino que también profundizó el retroceso (0.15 por ciento del PBI).
Para que el futuro no se vaya
Ante esta realidad, sin posibilidades en el ámbito doméstico, lo más natural es que se consolide el éxodo de jóvenes investigadores. Precisamente en el momento en que están preparados para devolver toda la formación que recibieron de las instituciones públicas, son forzados a marchar por falta de chances. Fuga que, de hecho, ya está sucediendo en otros organismos. La semana pasada circuló la carta escrita por Sebastián Bonnin, un investigador del INTA, que contó los motivos de su renuncia al Instituto.
Geffner lo explica de este modo: “Hay un éxodo masivo de investigadores jóvenes que no tienen perspectivas de trabajo en el país. Se van luego de años de formación. La parálisis del Conicet se acompaña de la virtual desaparición de las entidades que financian la investigación científica en Argentina. Me refiero a la Agencia I+D+i, que hoy es apenas un sello, al igual que la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología. Estamos decididos a enfrentar esta situación porque creemos que sin conocimiento científico no hay futuro para el país”.
Hay profesionales que, incluso, fueron seleccionados para ingresar a la Carrera del Investigador Científico y, pese a haber atravesado todas las instancias de evaluación, no se les permite el ingreso. No son pocas, de hecho, todo lo contrario: son más de 800 personas.
El gobierno libertario quiere un país sin ciencia y sin universidades. Si no quieren periodistas que amaguen con alguna repregunta, mucho menos querrán instituciones que estimulen el pensamiento crítico. La coherencia avanza; el desastre también.