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¿El alfajor más polémico del país? Identifica a una ciudad con un ingrediente particular


En Rosario, un emprendimiento artesanal lanzó una versión inédita de una de las golosinas argentinas por excelencia y despertó polémica en las redes

30/05/2025 – 15:25hs


El alfajor es más que una golosina; es un ícono de la identidad argentina, un dulce que trasciende fronteras y que, en sus infinitas versiones, siempre encuentra la forma de sorprender. Desde el clásico marplatense hasta innovaciones recientes como el furor del alfajor de Havanna con sal marina, el universo de este dulce está en constante evolución. Y en Rosario, una propuesta artesanal acaba de encender la polémica en redes sociales al fusionar este emblema nacional con uno de los sabores más queridos y particulares de la ciudad, creando una combinación tan inédita como audaz.

Un emprendimiento local lanzó un alfajor que rinde homenaje a uno de los íconos gastronómicos más arraigados de la ciudad: el carlito. Sí, leíste bien. Se trata de una creación dulce que busca encapsular el sabor del mítico sándwich de miga rosarino, caracterizado por su indispensable toque de ketchup, jamón y queso, que es patrimonio cultural de la ciudad desde hace más de una década.

Alfajor con ketchup: el homenaje al carlito de Rosario

El emprendimiento detrás de esta inusual creación es Saboreé Rosario, liderado por su creadora, Carolina Almaraz. La idea de un alfajor con identidad rosarina surgió de la propia Carolina, quien decidió apelar a la sabiduría colectiva de sus seguidores en redes sociales para encontrar ese “sabor” que mejor representara a la ciudad. Y la respuesta no tardó en llegar: un seguidor propuso el carlito, y con él, el desafío de incorporar su ingrediente más distintivo.

“Todo arrancó porque quería un alfajor que identificara a Rosario, entonces a través de redes empecé a preguntarle a los seguidores qué sabor podía ser”, cuenta Carolina. La sugerencia del carlito fue el punto de partida para una experimentación culinaria que sorprendió incluso a ella misma. “Uno de los mensajes que me llegó fue el sabor a carlitos. En realidad, hice uno para probar el ketchup con una galletita de chocolate y la verdad que me gustó, me sorprendió el sabor”, confiesa.

El alfajor de ketchup, la nueva golosina que nació en Rosario

El alfajor de ketchup, la nueva golosina que nació en Rosario

El ingrediente más emblemático del carlito, el ketchup, es la estrella de este nuevo alfajor. “Hubo un par de intentos hasta llegar al alfajor definitivo, fui tomando algunas opiniones y formé un combo y dije bueno, vamos por acá”, aseguró la dueña del emprendimiento. El resultado es una golosina de un particular color anaranjado, rellena con una ganache de chocolate blanco y salsa ketchup. Y así salió este particular alfajor tan comentado en redes, por estas dos claves:

  1. Sabor inesperado: La descripción del emprendimiento detalla que “se puede notar una liviana presencia saborizada” del ketchup, que “destella en la degustación con tonos muy suaves en boca”. Lejos de ser salado o picante, la clave es un equilibrio que sorprende al paladar.
  2. Textura y presentación: El relleno se complementa con unas “tiernas galletas” y una cobertura de chocolate blanco. Carolina incluso experimentó con una versión bañada en chocolate negro, que según ella, “intensifica un poco más el sabor”, ofreciendo ahora ambas opciones a los clientes.

Alfajor de ketchup: qué se dijo en Rosario del homenaje al carlito

Como era de esperar, la noticia del alfajor de carlito generó una ola de comentarios y opiniones encontradas en las redes sociales. Desde la incredulidad hasta la curiosidad, el debate se encendió entre quienes no conciben la combinación de ketchup y dulce, y aquellos dispuestos a probar esta audaz propuesta.

“Al decir ketchup, hasta dan ganas de no probarlo, pero después se sorprenden. No es salado ni picante”, asegura Carolina Almaraz, invitando a superar el prejuicio inicial y dejarse llevar por una experiencia diferente. La idea detrás de este alfajor va más allá del simple gusto: busca un producto que hable de la identidad rosarina, una ciudad que se prepara para cumplir 300 años y que, a través de estas iniciativas gastronómicas, también celebra su cultura y sus particularidades.

Este alfajor de carlito no solo es una golosina; es un experimento cultural que pone a prueba la flexibilidad de los paladares y celebra la creatividad en la gastronomía local. ¿Te animás a probarlo y sumarte a la polémica?





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