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El plan de Cristina Kirchner que complica a Axel Kicillof en la interna peronista



La pulseada interna entre Cristina Kirchner y el gobernador Axel Kicillof está en una tregua por el inicio de la prisión domiciliaria de la expresidenta, pero frágil, debido a que La Cámpora y los dirigentes de paladar negro “cristinista” intentan poner en marcha desde la sede del PJ una especie de conducción “desde el exilio”, a tono con la historia y la mística del peronismo, para marcar la estrategia electoral y condicionar al bonaerense.

Kicillof cerró filas detrás de la exmandataria sin dudarlo tras la decisión de la Corte Suprema que dejó firme su condena. Este miércoles participó de la multitudinaria movilización a Plaza de Mayo que organizó el peronismo, con La Cámpora a la cabeza. No obstante, la disputa que mantiene con la agrupación liderada por el diputado Máximo Kirchner se mantiene e incluso tuvo un reflejo en la marcha.

El gobernador bonaerense estuvo bastante al margen de la organización, que fue dirigida por Máximo Kirchner y los dirigentes más cercanos a la expresidenta desde la sede nacional del PJ en la calle Matheu. Además, a la hora de la movilización, su Movimiento Derecho al Futuro (MDF) participó con una columna propia, que partió desde 9 de Julio y la Avenida Independencia.

Si bien parece ser un detalle menor en el marco de una convocatoria tan amplia, fue una señal más de que hay una clara división de aguas entre Kicillof y el sector más cercano a la expresidenta que Máximo Kirchner, que le cuestiona su intento de ganar autonomía para construir un nuevo liderazgo y la decisión de desdoblar las elecciones de la provincia de Buenos Aires.

¿Puede Cristina Kirchner liderar el PJ desde el arresto?: la idea que complica a Axel Kicillof

Ciertamente, Kicillof al igual que Máximo Kirchner, Sergio Massa y otros referentes del peronismo dejaron las diferencias momentáneamente de lado y se mostraron juntos sobre el escenario que se montó en Plaza de Mayo para escuchar el mensaje grabado y luego el saludo en directo que envió Cristina Kirchner desde el departamento de Constitución donde cumple su condena.

Sin embargo, a casi un mes del cierre de listas para las elecciones legislativas del 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires -para las que Cristina se había lanzado- la tensión sigue latente y uno de los motivos se dejó ver en los últimos días, con la detención de la expresidenta como telón de fondo y las definiciones de los dirigentes más cercanos a ella y a Máximo Kirchner.

“Cristina no va a estar fuera de la cancha, va a seguir conduciendo”, remarcó la senadora Anabel Fernández Sagasti, cuadro de La Cámpora y una de las espadas más afiladas de la expresidenta en el Congreso. “Algunos van a fingir nostalgia, pero por lo bajo van a estar contentos porque van a pensar que ahora es su tiempo, y no llegó el tiempo de nadie”, agregó, sugerente.

En la misma línea se expresó la también senadora Juliana Di Tullio, al afirmar que Cristina Kirchner “va a seguir conduciendo, no importa dónde la quieran meter presa”. Esta idea fue alimentada por otros dirigentes en los días sucesivos, en paralelo a la organización de la marcha que fue, en rigor, una demostración de fuerza política por parte de la exmandataria y su entorno.

Ambas dirigentes visitaron varias veces a la expresidenta en los días posteriores al fallo de la Corte y frecuentaron la sede del PJ, al igual que Máximo Kirchner, Mayra Mendoza, Juan Grabois, y los dirigentes sindicales más K de gremios como la SMATA, UOM y La Bancaria. Con el partido ahora a cargo de José Mayans, otro senador de probada lealtad a Cristina Kirchner, todos se pusieron desde allí al frente de la convocatoria para la movilización.

¿Qué puede cambiar en el peronismo de cara al armado electoral con la prisión de Cristina Kirchner?

Antes de empezar a cumplir con la domiciliaria, Cristina Kirchner les dejó dicho a los dirigentes más cercanos que mantuvieran abierto y activo el PJ. Así lo hicieron hasta ahora. Su hijo es, además de diputado nacional, titular del Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires, un lugar de preponderancia para pulsear con el gobernador por el armado electoral.

Con ese título, tuvo una activa presencia en la sede partidaria para organizar la movilización con la que se intentó reforzar esa idea de un liderazgo de Cristina Krichner para el peronismo desde su lugar de arresto, en la cual Kicillof tuvo escasa participación.

A eso se le suma un detalle: dado que la expresidenta debe presentar a la Justicia una lista de visitantes que se circunscribe a abogados, médicos, custodios y “grupo familiar”, Máximo Kirchner podría ser uno de los pocos dirigentes políticos de contacto directo con Cristina, junto con la senadora Alicia Kirchner. Esto le daría aún más relevancia en la puja por la estrategia electoral, sobre todo en Buenos Aires.

Los movimientos del kirchnerismo apuntan así a condicionar a Kicillof mediante la lógica del “líder proscripto” en el armado electoral y también en la aspiración de conducirlo y convertirse en algo más parecido a un par de Cristina Kirchner que a un delegado. En ese aspecto, ya hubo un intento de presionarlo para que diera marcha atrás con el desdoblamiento electoral.

En la Provincia señalan que por el momento ven eso como algo “imposible”, según supo iProfesional, especialmente por las boletas distintas que se usarán para la elección local y la nacional de octubre.

Las elecciones y la discusión pendiente entre el kirchnerismo y Axel Kicillof

De hecho, esa decisión de Kicillof también fue mencionada Fernández Sagasti como un factor que influyó en la precipitación de la condena contra Cristina Kirchner, al afirmar que al “desdoblar la provincia de Buenos Aires, ella quedó sola en esta batalla”. Esto incluso generó un breve cruce con el ministro de Infraestructura bonaerense, Gabriel Katopodis. “Lo que no hay que hacer ahora es boludear con este tema, no hay lugar para boludeces“, afirmó el dirigente cercano al gobernador.

No obstante, la presión para dar marcha atrás con el desdoblamiento parece haber quedado por ahora en suspenso por la conmoción frente al inicio del arresto domiciliario de CFK y la organización de la marcha. Pero también quedó en suspenso la mesa política que trataron de armar para acordar una estrategia electoral de unidad.

Nadie en el peronismo quiere romper, pero las reglas para la convivencia aún parecen lejos. La tensión entre el kirchnerismo y el gobernador bonaerense no cedió ni siquiera en las horas decisivas de la condena judicial para Cristina Kirchner.

Poco antes de que se conociera el fallo de la Corte, Kicillof estuvo con ella en la sede del PJ por apenas 15 minutos. Fuentes del partido confirmaron a este medio que la recepción que le dieron los alineados con Máximo Kirchner fue “bastante fría”. Al día siguiente no fue invitado a la reunión que resultó en una foto de unidad donde estuvieron Sergio Massa, Juan Grabois, Guillermo Moreno y el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela.

Kicillof buscó, igualmente, mantener la tregua y evitar cualquier declaración o gesto de su espacio que pudiera ser interpretado como un movimiento político dirigido a la interna, mucho menos un desapego frente a la situación de su otrora líder política. Según supo este medio, el día anterior a la marcha a Plaza de Mayo le pidió a sus dirigentes de confianza en el MDF mostrar un apoyo contundente a Cristina Kirchner.

No obstante, Axel Kicillof quedó en una situación incómoda y todo indica que la pulseada con el sector de Cristina Kirchner y Máximo por el armado electoral en Buenos Aires no solo no está resuelta, sino que continuará a medida que pase la conmoción inicial por el arresto de la expresidenta y se acerque el momento de cerrar las listas de candidatos, donde el kirchnerismo ya echa a correr nombres, entre ellos el del mismo líder de La Cámpora, en otra muestra de que la disputa por el liderazgo está en marcha.



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