Abhijata Iyengar: “El yoga te hace ver quién sos” | En el Día Mundial del Yoga, entrevista a una de la mayores referentes de esa disciplina

“Internet nos puede dar toda la información, pero no nos puede tocar el corazón. No hay alternativa al amor. No hay inteligencia artificial que pueda sustituir esa emoción genuina de la amabilidad, del amor, de la amistad. Aquí el rol del yoga es profundo”. Las palabras son de Abhijata Iyengar, nieta de BKS Iyengar, el fundador del yoga que lleva su nombre y uno de los más populares en el mundo.
Abhijata estuvo en Buenos Aires en la Convención Anual Yoga Iyengar en Argentina, que se llevó a cabo en el Hotel Sheraton de la ciudad, organizada por la Asociación Argentina de Yoga Iyengar.
Abhijata comenzó su estudio y práctica de yoga a los 16 años, con su abuelo y maestro B.K.S Iyengar (Guruji), su tía, Geeta y su tío, Prasant. Estudió Zoología y tiene un master en Bioinformática. Estaba por comenzar un doctorado para seguir con su camino científico cuando comenzó a tomar y luego a dar clases bajo la tutela de sus tíos y nunca dejó de hacerlo.
Siguió con el legado de su familia y se convirtió en profesora en Yoga Ramamani Iyengar Memorial (RIMYI), el centro principal de este estilo de yoga, que está ubicado en Pune, India. Hoy desempeña un rol activo en el RIMYI, y es referente mundial en esta práctica.
–¿Qué es el Yoga Iyengar? ¿qué lo diferencia de otros?
–La respuesta a esta pregunta es otra pregunta, ¿puedes diferenciar? Porque lo que Guruji Iyengar dijo fue que el yoga es uno. Ahora, diferentes personas que aprendieron de él, querían decirle al mundo que aprendieron de esta persona. Entonces los estudiantes llamaron a esto Iyengar. Pero no era él mismo el que quería nombrarlo así. El Yoga es uno. Con el tiempo, como ahora surgieron tantas escuelas de Yoga, tantos estilos, la gente quiere poder identificarlo, diferenciarlo. Por eso seguimos llamándolo Yoga Iyengar. Yo nunca aprendí otros tipos de yoga, pero sí he hablado con personas que han aprendido otros estilos. La mayor característica de este método es que hay una directa acción. El yoga es la realización del sí mismo. Pero ¿dónde está el sí mismo? ¿Quién lo ha visto? ¿Alguien que ha visto el sí mismo lo puede identificar, lo puede describir? ¿Cómo nos asociamos con algo que está en abstracto? Las características de las enseñanzas de Guruji es que son como un mapa directo para alcanzar esta realización del sí mismo. El Yoga Iyengar tiene un mapa definitivo para llegar a este objetivo, y este mapa comienza con el cuerpo, sigue con la respiración, la mente y el sí mismo.
–En Occidente, en las redes sociales, lo que se difunde de distintos tipos de yoga es el yoga más físico, las asanas. ¿Qué piensa sobre esto?
–Cuando yo leo en las redes sociales, por ejemplo, acerca de Argentina, yo obtengo una percepción acerca de Argentina. Pero cuando verdaderamente vengo a Argentina, efectivamente vengo, tengo otra experiencia y es muy hermoso. El yoga es una materia que debe ser experimentada, hacer la experiencia, la esencia está en la experiencia.
–También se dice que el yoga es para mejorar la salud que es para relajarse. ¿Por qué se acerca la gente al yoga? ¿Qué es lo que percibe de su trabajo, de recorrida por el mundo?
–La mayoría se acerca al yoga para obtener salud. Y diría que es tanto salud física como salud mental. Hoy en día se habla abiertamente acerca de la salud mental. Pero hay tantos desarrollos en el mundo acerca de esto. Por ejemplo, ahora hay tantas horas de diferencia entre Argentina y India, pero si yo mando Whatsapp, llega en dos segundos. La comunicación con el mundo externo ha pasado tan rápido, tan fácil, pero no es tan eficiente en nuestra comunicación con nuestro mundo interno. Mientras mejoramos nuestra comunicación con el mundo exterior, estamos alejándonos cada vez más de esa comunicación con el mundo interior. El tema con la salud es que cuando uno tiene salud, no está muy preocupado por eso, pero es cuando perdés la salud que te preocupa. Es como la respiración. Como cuando respiramos, naturalizamos esa respiración y en el momento en el que tenemos, por ejemplo, la nariz tapada, notamos que esto es un problema. El yoga nos da esta salud, nos provee de salud y está bien que la gente comience con este objetivo. La gente viene a deshacerse de su dolor de espalda y a medida que pasan las clases se da cuenta de que tiene mucho más claridad mental. Tienen para solucionar un dolor de cuello, pero pasan algunos meses y se dan cuenta que ahora están mucho más calmos, mucho más pacíficos. Es un regalo especial, un don especial del yoga.
–¿Es por eso que su abuelo dijo: el dolor es mi gurú?
–El dolor es mi gurú es una frase que se aplica más a los profesores, porque si se lo aplicamos a los alumnos, van a creer que estamos sometiéndolos a auto sufrimiento. A los alumnos tenemos la responsabilidad de quitarles el dolor. Por eso el gurú dice que el yoga ayuda a curar lo que puede ser curado y a poder tolerar y soportar lo que no puede ser curado. El yoga nos da la fortaleza para enfrentarnos a la vida, porque no se va a poder deshacer de todos los problemas. Nos ayuda a fortalecer los nervios para aceptar aquellas cosas que no tenemos otra alternativa más que aceptar.
–Hice una investigación sobre el Yoga Ashtanga en la Ciudad de Buenos Aires y encontré que las mujeres tienen, sobre todo las mayores, más miedo cuando se acercan a ciertas asanas. En su experiencia, ¿encuentra alguna diferencia de género en la práctica?
–Los diferentes géneros tienen sus propias tendencias, su naturaleza, el yoga es para todos sin importar el género. Pero la manera en la que abordamos el yoga va a ser diferente, no sólo en relación al género, por ejemplo en función de tu edad, las experiencias que atravesaste. La respuesta de una chica de veinte años, un hombre de cuarenta va a ser diferente. Un varón y una mujer de veinte años también van a responder distintos por sus propias tendencias. Y dos mujeres de la misma edad también van a responder diferentes en función a sus condiciones de vida. No se puede restringir a que se trata de una cuestión de género, aunque sí, bueno, hay algunas diferencias en relación. Un practicante de yoga tiene que tener la sensibilidad de poder responder en función de esa situación, de la situación particular en la que están. Y puede que no estén seguros, así que en en esos casos, el profesor se convierte en un prop, en un auxiliar. Por eso es bueno aprender esta materia impartida por un profesor.
–El yoga es practicado en mayor parte por mujeres. ¿Por qué cree que pasa? ¿Está cambiando? ¿Hay más practicantes varones en los últimos tiempo? ¿Observa algo en cuanto a las identidades de género diversas?
–En la población general, si les preguntan sobre yoga, ellos piensan que hay que ser flexibles para yoga. Y por la naturaleza, sí, hay mujeres que suelen tener cuerpos más flexibles. Y quizás los hombres piensan que el yoga no puede ser hecho por ellos porque no son flexibles. Ellos pueden pensar que es una cosa de mujeres, no es una cosa de hombres, pero eso no es lo que es en India. Porque en India, en las clases generales, están iguales. En India es parejo, el número de hombres y el número de mujeres, así que en India esto no pasa.
–¿Hay que hacer clases específicas para mujeres? Lo pregunto pensando en los libros que escribió Geeta Iyengar, que dan indicaciones de práctica para las mujeres durante la menstruación, el embarazo, la menopausia…
–Igualdad de género no quiere decir que hay igualdad en las cosas que hacemos, sino que hay igualdad de oportunidades. Solo porque queremos igualdad de género no quiere decir que vamos a poder decir que los hombres tienen que embarazar. La naturaleza le da determinadas cosas a los hombres y determinadas cosas a las mujeres. Ser honesto y sincero con la propia naturaleza y armonioso, tener una relación armoniosa con nuestra propia naturaleza, de eso se trata el yoga. En nuestra práctica, es sobre ser armoniosos con quién somos. Si la clase es diferente, es una cuestión de logística. Logísticamente, si es más fácil para las mujeres, es algo que pueden usar; si es más práctico a nivel logístico que se apunten las mujeres para transmitir algo en especial, entonces, se hace de ese modo. Una segunda parte de la pregunta es si se ha cambiado. Los principios son los mismos. Los principios que él fundó hace muchas décadas están vigentes aún hoy.
–El avance de la tecnología, la inteligencia artificial, parecería ir en un sentido de alienación de las personas en relación a esas tecnologías. Y paralelamente también se da un crecimiento importante del yoga. ¿Encuentra alguna relación?
–Patanjali, hace miles de años dijo que cualquier cosa de la naturaleza te puede conducir en dirección a lo bueno o en la dirección contraria. Una navaja se usa tanto como por un asesino como por un cirujano. La energía nuclear puede usarse para dar energía a cosas buenas, necesarias y también se usó para la bomba atómica. La tecnología de la misma manera nos puede llevar hacia algo positivo o algo negativo depende del usuario. La práctica de yoga nos vuelve sensibles para entender qué estamos haciendo. Por eso puede ser una gran ayuda. Te va a volver una mejor persona en lo que haces. Te puedes volver un mejor profesor, pensador, un mejor escritor, deportista, lo que sea que hagas porque te ayuda a conectarte mejor, con conectarse con uno mismo. En relación a la alienación en el avance de la tecnología moderna, es verdad que hay tanto avance de internet y teléfonos celulares y redes sociales que la gente ni se habla, no se habla entre las personas. Internet nos puede dar toda la información, pero no nos puede tocar el corazón. No hay alternativa al amor. No hay inteligencia artificial que pueda sustituir esa emoción genuina de la amabilidad, del amor, de la amistad. Aquí el rol del yoga es profundo. Te hace ver quién sos. Cuando te ves en un espejo, te permite verte a vos mismo. Una vez que puedes verte en ese espejo mental, vas a ser un ser humano más íntegro y completo. Lo que quiere hacer es integrarse con una persona más íntegra. Una vez que logras eso, vas a ser una mejor persona para vos mismo. Vas a ser un mejor amigo, un mejor compañero. Y eso hace que todo en la sociedad sea mejor. Si el yoga es la respuesta, sí, definitivamente sí.