Trasplantar para vivir: un ex trabajador de LU4 aguarda un milagro en Buenos Aires

Raúl Cárcamo, de 58 años y oriundo de Comodoro Rivadavia, permanece internado y, junto a su esposa, aguarda un trasplante en situación de urgencia. “Donar órganos es un acto de amor que puede salvar hasta siete vidas”, dice ella.
Desde hace casi ocho años, Raúl, un ex trabajador de LU4 Radio Nacional Patagonia, permanece junto a su esposa en Buenos Aires a la espera de un trasplante bipulmonar. Ambos son de Comodoro Rivadavia, y dejaron todo en la ciudad para instalarse en la capital, en busca de una segunda oportunidad de vida.
Su esposa, en diálogo con Crónica, relató el duro camino que vienen transitando. “No podemos volver sin esa operación, estamos esperando hace años y Raúl ahora está en situación de urgencia”, expresó con angustia. La situación se agravó esta semana cuando él sufrió una recaída y debió ser internado durante cuatro días en terapia intensiva. “Contrajo una bacteria hospitalaria, y eso lo descompensó. Pero gracias a Dios ya volvió a piso, con muchos cuidados”, contó.
Hasta ese momento, Raúl venía con una vida casi normal, realizaba ejercicios físicos, caminatas, bicicleta y rehabilitación con kinesiólogos. Su cuadro había mejorado, pero la infección cambió el panorama.
Actualmente, se encuentra en lista de espera del INCUCAI, el organismo nacional encargado de coordinar los trasplantes de órganos. “Nos dijeron que está en operativo, que puede pasar en una hora, una semana o un mes. Hay que esperar”, explicó su esposa.
Un mensaje de conciencia
En medio de la espera, ella insiste en la importancia de la donación de órganos: “Cuando una vida se va, puede dar esperanza a otras. Donar es un acto de amor que puede salvar hasta siete personas. En la fundación se ven casos desgarradores de niños y bebés que también esperan. Por eso pedimos conciencia, hablarlo en familia, decidir donar”.
Están solos en Buenos Aires. La familia, que permanece en Comodoro, los visita cada tanto, “cuando se puede”. Han pasado cumpleaños, navidades y fechas especiales lejos de casa, aferrados a la fe y la esperanza de ese milagro que aún no llega.
Raúl tiene 58 años y trabajó en LU4 desde los 18, hasta que una indicación médica lo obligó a dejar la ciudad para poder acceder al tratamiento que necesita. Su esposa recuerda con orgullo ese recorrido:
“La radio fue su vida. Hoy, espera poder volver a vivir gracias a un acto solidario de alguien más”.