La tajante postura de la AFA ante el capricho de Marcelo Gallardo y River por robarle a Maxi Salas a Racing

River y Racing están a un paso de romper relaciones por el posible pase del delantero Maxi Salas de Avellaneda a Núñez.
Mientras el Mundial de Clubes avanza con una dinámica y una realidad totalmente distinta y distante al mercado de pases y lo que viven los clubes del fútbol argentino con el inicio de sus actividades de cara al segundo semestre, en River siguen encaprichados por robarse a Maxi Salas y que el delantero de Racing pase a la Banda en los próximos días.
Y mientras el futbolista todavía se encuentra en la pretemporada de la Academia en Paraguay, su cabeza ya voló por Núñez, desde donde le ofrecieron cuadriplicarle el dinero que gana por Avellaneda, pese a que el presidente de Racing Diego Milito ya le había prometido pasar a ser uno de los dos mejores pagos del plantel Albiceleste e, incluso, un resarcimiento de 2 millones de dólares en caso de que llegase a cumplir su nuevo contrato que lo vincularía con la entidad hasta el 2028.
Pero nada de eso podría llegar a prosperar porque Salas estaría dispuesto a incumplir su promesa de firmar el nuevo contrato con Racing, ya que se vio seducido por los dos llamados telefónicos que el Muñeco Gallardo le hizo desde los Estados Unidos.
A todo esto, la novela avanza a pasos agigantados entre engaños, falsas promesas, incumplimientos de pactos entre pares, ofensas, interrupción de diálogo y más condimentos, en la AFA siguen muy de cerca la cuestión y sería el propio Chiqui Tapia quien intercedería y buscaría convencer al Millonario para que desista de la operación, que se podría hacer siempre y cuando River o el propio delantero determinen ejecutar la cláusula de rescisión, acción que dejaría a Racing sin posibilidad de acción.
En ese sentido, Chiqui Tapia buscará reunirse en Estados Unidos con el empresario Jorge Brito, titular de River, a quien intentará convencer de que no avance con la idea de poner el dinero por la cláusula de salida, algo que rompería el consabido pacto al que habían llegado los clubes argentinos para impedir este tipo de situaciones.