el rincón mágico de Salta que no te podés perder

Salta es una de las provincias más elegidas por quienes buscan experiencias distintas, con paisajes imponentes y opciones de turismo de aventura en cada rincón. Entre tantas propuestas, hay una que suele pasar desapercibida pero sorprende a todo el que llega y es La Poma, un pequeño pueblo rodeado de cerros, ríos y tranquilidad.
Lejos de los destinos más promocionados, este lugar se destaca por su conexión con la naturaleza, sus caminos poco transitados y su fuerte identidad local. Ideal para quienes buscan desconectar y conocer otra cara del norte argentino.
Dónde se ubica La Poma
La Poma está ubicada en el norte de la provincia de Salta, a unos 190 kilómetros de la capital provincial. Se encuentra a más de 3000 metros de altura sobre el nivel del mar y forma parte del departamento homónimo. El paisaje que la rodea combina sierras, valles y formaciones rocosas que cambian de color con la luz del día.
Al estar dentro del corredor de los Valles Calchaquíes, forma parte de una de las zonas más atractivas del noroeste argentino para quienes disfrutan del turismo rural y los pueblos pequeños.
Qué se puede hacer en La Poma
La zona ofrece distintas actividades al aire libre, desde caminatas, cabalgatas y travesías por senderos que conectan con sitios arqueológicos y miradores naturales. Uno de los destinos imperdibles para el turismo es el Puente del Diablo, una formación volcánica que se puede recorrer con guías locales.
También es común que los viajeros se acerquen al Nevado de Cachi desde La Poma, ya que es uno de los accesos más tranquilos. Para los más aventureros, hay excursiones en 4×4 que cruzan ríos y caminos de ripio para descubrir parajes poco explorados.
Cómo ir hasta La Poma
Desde la ciudad de Salta, el acceso más directo es por la Ruta Nacional 51, hasta llegar a San Antonio de los Cobres, y luego continuar por la Ruta Provincial 27. El camino es de ripio en varios tramos, por lo que se recomienda circular con precaución y, si es posible, en vehículos altos.
También se puede llegar desde Cachi, aunque ese trayecto es más largo. En ambos casos, el viaje es parte de la experiencia ya que se recorren paisajes únicos, con cambios de altura, colores y climas que hacen que cada kilómetro valga la pena.