Enrique Peña Nieto responde a señalamientos de que aceptó sobornos vinculados a Pegasus

Dos empresarios israelíes habrían entregado 25 millones de dólares a Enrique Peña Nieto, presidente de México de 2012 a 2018, esto con el fin de obtener varios beneficios del gobierno mexicano, entre ellos, un contrato con la firma de ciberseguridad NSO Group Technologies, creadora del spyware Pegasus. El exmandatario rechazó los señalamientos publicados en un reportaje de TheMarker, un medio de Israel.
Bajo el título “Invertimos 25 millones de dólares en el presidente”, el reportaje revela que las conexiones financieras se dieron a conocer en medio de una disputa legal entre Avishai Neriah y Uri Ansbacher, los empresarios que habrían servido como intermediarios y facilitadores al servicio de diversas entidades comerciales originarias de Israel frente al gobierno mexicano durante el sexenio de Peña Nieto.
Uno de los contratos más lucrativos que negociaron fue la venta de Pegasus, el software espía desarrollado por NSO y diseñado para infiltrarse en teléfonos inteligentes sin que el usuario lo note. Aunque la empresa afirmó que su uso estaba destinado exclusivamente para estrategias de combate contra el terrorismo y el crimen organizado, varias investigaciones y filtraciones de documentos confidenciales han evidenciado que Pegasus fue utilizado por el gobierno mexicano para espiar a periodistas, opositores políticos, defensores de los derechos humanos y organizaciones no gubernamentales.
Aunque el uso de Pegasus inició durante el sexenio de Felipe Calderón, el spyware también fue adquirido durante el mandato de Peña Nieto para ser utilizado por la Procuraduría General de la República (PGR) y el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), argumentando prácticas de seguridad nacional.
Los empresarios que se repartieron México
Avishai Neriah y Uri Ansbacher llegaron a México a inicios de la década del 2000 como emisarios de la comunidad judía. Su inicio como comerciantes de defensa empezó con la importación de chalecos militares a México, pero fue a partir de 2012 cuando empezaron a disfrutar de acceso privilegiado a las más altas esferas del poder mexicano. Los empresarios llegaron a un acuerdo mutuo, el cual estableció que Ansbacher tendría “pertenencia” de una parte de las autoridades gubernamentales y Neriah de otra, incluyendo, presuntamente, al titular del Poder Ejecutivo, aunque los documentos jurídicos nunca mencionan a Peña Nieto por su nombre.
El medio israelí reportó que “una decisión provisional emitida en el proceso de arbitraje y presentada ante el tribunal describe una ‘personalidad’ por la que los dos empresarios solicitaron cuantiosas sumas de dinero”. Esta “personalidad” por la que se inició una “inversión conjunta (de Neriah y Ansbacher)” es descrita en el laudo arbitral como “una figura de alto rango” y también como “el N”; incluso se le describe como “el N electo” en registros de 2012. El laudo arbitral también indica que el “mandato de N” llegó a su fin en diciembre de 2018, fecha en la que Peña Nieto entregó el mandato a Andrés Manuel López Obrador.
La junta de arbitraje reconoció que “ambas partes (Neriah y Ansbacher) se beneficiaron enormemente y llegaron a altos cargos en los círculos de poder y a funcionarios de las más altas esferas gubernamentales, gracias a sus vínculos con la personalidad”.