Muy poco, casi nada | Diario Crónica

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Huracán y Jorge Newbery empataron sin goles en el Estadio “César Muñoz”, en el partido que integró la 16° fecha del Torneo Apertura de la Categoría “A”.
El juego no pasó de discreto, con escasas situaciones cerca de las área. Fue expulsado Gastón Barrientos, en el comienzo del complemento.
Empataron y el análisis inmediato podría referir a que no hubo vencedores ni vencidos. Pero en realidad, hubo cientos de derrotados, son los estoicos y valientes que fueron a la cancha con la esperanza de ver algo mucho más superador de lo que mostró la realidad.
Pero no tuvieron esa fortuna. Entre el frío, la cancha que poco permitía y el espíritu de “no perder” ante el clásico rival, se combinaron para que los derrotados fueran los que no tenían incidencia directa en el destino del clásico.
En los 47 minutos que duró el primer tiempo, lo más cercano a una emoción fue un “casi gol” en contra. Porque en una pelota cerca del área chica de Huracán, Gadiel Domínguez intenta una media chilena, la pelota se desvía en Ernesto Armoa y casi se le mete en un ángulo a Marcos Funes, quien la terminó desviando al tiro de esquina.
Sólo eso pasó como una posibilidad de gritar un gol. Porque a Huracán le quedó lejísimo el arco rival como para preocupar a Lucas Rodríguez.
Ya en el complemento, fue el Globo el que se posicionó con un poquito de ambición ofensiva. Un remate de Diego Benito que Rodríguez desvió al corner y un anticipo de Rodrigo Ledesma que Alex Aguirre desvió en la línea, casi le dan la alegría al Globo.
Y en ese contexto, con Huracán arañando la diferencia, sobrevino la expulsión de Gastón Barrientos, quien volvió a excederse en eso de jugar siempre al límite.
Pero Huracán no supo sacarle provecho a la diferencia numérica. Se equivocó mucho en los metros decisivos, conceptualmente no estuvo a la altura de lo que pedía el partido y se fue apagando en arrestos cada vez menos incisivos.
Ya como para decorar la imagen, el Globo siguió insistiendo, reclamando dos buenas intervenciones de Lucas Rodríguez.
Enfrente, Newbery en desventaja numérica armó el sistema para no perder y resignó mucho en presencia ofensiva. Salvo un par de tiros de esquina, no olfateó del gol desde cerca.
En definitiva, un clásico más de esos que quedan plenamente en deuda, con el fútbol y especialmente con los simpatizantes que sintieron que les dolió muchísimo los ojos y no precisamente por la sensación térmica bajo cero.