se desploman las reservas y hoteles entran en alerta

La salida del cepo y la estabilidad del dólar dejaron casi sin turistas extranjeros a la Ciudad de Buenos Aires. De hecho, a tan solo dos semanas del comienzo de las vacaciones de invierno, la ocupación hotelera porteña no alcanza al 30%, la mitad del registro de 2024.
A este hecho, se suma el incremento de viajes al exterior por parte de los turistas argentinos, lo que limita aún más el movimiento de turismo local durante el receso invernal. “Los números son preocupantes. Hay una ocupación de entre el 20% y el 30% en la primera semana de julio. Es alarmante, teniendo en cuenta que hay provincias como Mendoza, Córdoba o Santa Fe que ya iniciaron el receso escolar y que, la semana pasada, comenzaron las vacaciones en Uruguay”, resaltó Gabriela Ferrucci, presidente de la Asociación de Hoteles de Turismo (AHT) y dueña del Regente Palace Hotel.
El turismo interno y externo en caída
El INDEC informó que, en el primer cuatrimestre del año, hubo un déficit turístico récord, con un saldo negativo de 5,1 millones viajeros. Esta cifra surge de comparar los 3,2 millones que ingresaron al país y los más de 8,4 millones que salieron al extranjero.
“Hay dos situaciones que explican este fenómeno: la caída del turismo externo y la del interno. Por un lado, competimos con destinos fuera de la Argentina, que se vuelven más atractivos por el tipo de cambio y que combinan la posibilidad de hacer compras y descansar”, añadió Ferrucci.
En la lista de los destinos más elegidos, están el Caribe y Brasil, pero también Chile. Este último ofrece la posibilidad de hacer compras en Santiago y esquiar en las afueras de la capital chilena.
Buenos Aires, lejos de ser el destino más elegido para vacacionar en invierno
Entre enero y abril, hubo una disminución del 25,4% en la llegada de visitantes extranjeros. En contrapartida, creció 67,6% la cantidad de argentinos que viajaron fuera del país, precisó el INDEC. “En esta misma época, pero el año pasado, teníamos una ocupación del 60%. Preocupa el escenario en torno a las tarifas de los hoteles. Cuando empezás con baja ocupación, hay que tener precios atractivos y es muy difícil llegar a un punto de equilibrio. Esto hará que los márgenes de los hoteles sean muy ajustados”, añadió Ferrucci.
Según datos de la AHT, la ciudad de Buenos Aires cuenta con un total de 50.000 plazas, distribuidas entre hoteles de una a cinco estrellas. Son más de 22.000 habitaciones. “La oferta es muy grande. Por eso, el impacto también es tan fuerte”, apuntó. Para muchos hoteleros, la demanda se activará cerca de la fecha, aunque admiten que estará muy lejos de los niveles de ocupación de 2024.
“Para las semanas de vacaciones de invierno, el que siempre mejor se posiciona es Loi Flats Bs. As., porque son departamentos de uno, dos y tres ambientes, con desayuno y recepción 24 horas. Vemos menos demanda. Pero pensamos que habrá reservas de último momento”, comentó Rocío González Oliver, gerente comercial de la cadena hotelera Loi Suites.
“Sin dudas, es un año muy distinto al anterior. Pero siempre generamos propuestas atractivas y con alternativas de financiación para atraer a los turistas”, añadió González Oliver, quien en la actualidad reporta una ocupación promedio del 60 por ciento. En ese sentido, Roberto Amengual, presidente de Amérian Hoteles, remarcó que a nivel general, la proyección de ocupación cayó en la mayoría de los destinos, con una ocupación que “no supera el 50% para las vacaciones de invierno, cuando en otras épocas se encontraban próximos al 70%”. Además, dijo que Buenos Aires apenas está en un 45% de ocupación.
“El mercado internacional se redujo en un 55%. Esto, combinado con un corporativo que viene cayendo hace 18 meses, y un mercado nacional que es casi exclusivamente emisivo, termina en una fórmula absolutamente inviable para la hotelería”, agregó.
Turismo: el sector reclama una baja de impuestos
El reclamo no es nuevo, pero ante la crisis que atraviesa el sector, se convierte en un llamado casi urgente. “La carga impositiva es muy alta. Por eso, necesitamos que el Gobierno trabaje sobre esto para mejorar nuestros márgenes de ganancia”, mencionó Ferrucci.
En ese punto, los impuestos nacionales, provinciales y municipales explican el 45% del precio que paga el huésped. “De cada u$s 100 facturados, u$s 45 se destinan a impuestos, lo que limita considerablemente la rentabilidad del sector”, concluyó.