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Luis Rubiales va al banquillo por un beso no consentido | Empieza el juicio al exmandamás del fútbol español



Luis Rubiales llegó a ser el patrón del fútbol español en 2018, pero el beso en la boca sin consentimiento a la jugadora Jenni Hermoso tras la final del Mundial femenino lo hizo caer en desgracia tras un mandato marcado por las polémicas.

“Rubi”, como le dicen sus amigos, se sentará en el banquillo a partir del lunes por presunta agresión sexual y coacciones contra Hermoso, delitos por los que la Fiscalía pide 2,5 años de cárcel.

Presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF) desde mayo de 2018, Rubiales rehusó irse tras el escándalo del beso forzado. Pese a los expedientes disciplinarios abiertos por la FIFA y la justicia deportiva española, él alegaba que el gesto fue “espontáneo, mutuo, eufórico y consentido”. Pero ante la enorme indignación tanto nacional como internacional, claudicó y dimitió en septiembre de 2023, dos semanas después de los hechos.

Así cerró una carrera en el fútbol que comenzó a los 14 años al unirse al club de la pequeña ciudad de Motril, en la costa sur de España.

Nacido en Las Palmas hace 47 años, Luis Manuel Rubiales Béjar se crió en este municipio granadino, desde donde emprendió una discreta carrera en equipos de divisiones inferiores antes de colgar las botas en Escocia, en el Hamilton Academical en 2009.}

Jugó en el Levante entre 2003 y 2008, cuando se erigió en defensor de sus compañeros en la lucha por sus derechos ante los impagos del club, sacando una vena activista tal vez heredada de su padre, del mismo nombre, alcalde socialista de Motril a mediados de los años 1990.

Los jugadores cobraron sus salarios, un éxito que lo catapultó al sindicato de futbolistas AFE, del que fue presidente entre 2010 y 2017.

Rubiales, licenciado en Derecho, divorciado y padre de tres niñas, mostró arrogancia desde su elección como presidente de la RFEF, antes de la cual dijo a los periodistas: “Luego vengo, porque voy a ganar seguro”.

Su comportamiento generaba comentarios, como el de la presidenta de la liga femenina de fútbol Beatriz Álvarez, quien dijo haber vivido “su actitud prepotente y de agresividad gestual, su conducta impulsiva y maleducada”.

El escándalo se produjo el 20 de agosto de 2023, cuando la selección femenina española se proclamó por primera vez campeona del mundo en Sídney.

En el palco de honor, Luis Rubiales se mostró eufórico y, a menos de dos metros de la reina de España, Letizia, y de la infanta Sofía, se agarró los genitales como gesto de celebración.

En la ceremonia de entrega de medallas, Rubiales agarró la cabeza de Hermoso, la número 10, y la besó en los labios, una imagen que se hace viral y empieza a generar indignación.

Desde los vestuarios, Hermoso, aunque sonriente, dice del beso: “¡No me ha gustado, eh!”. Posteriormente, en un documental de Netflix, dijo que se encontraba en shock y que lloró en el autobús de regreso.

Unas horas después, la Federación Española divulgó unas declaraciones atribuidas a la jugadora según las cuales se trató de “un gesto mutuo totalmente espontáneo”. Hermoso dirá luego que la presionaron para desdeñar el escándalo.

La mañana del 21 de agosto de 2023, Rubiales habló de “un pico de dos amigos” y calificó a sus críticos de “idiotas“, “estúpidos” y “tontos del culo“.

Horas después, ante la creciente irritación, dice que el gesto no tuvo “mala fe” y pide disculpas “si hay gente que se ha sentido (…) dañada”.

– “Gesto inaceptable” –

El 22 de agosto, el presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, denuncia el “gesto inaceptable” de Rubiales. Las condenas se multiplican, desde la Asociación de Futbolistas Españoles pasando por entrenadores, dirigentes de clubes o jugadoras, como la emblemática Megan Rapinoe. La liga profesional española femenina de fútbol reclama la dimisión de Rubiales.

– “Falso feminismo” –

El 25 de agosto, con la presión para que abandone el puesto en aumento, Rubiales se muestra desafiante durante una asamblea general extraordinaria de la Federación Española. Rehúsa dimitir, reitera que el beso a Hermoso fue “mutuo” y “consentido” y se declara víctima de un “falso feminismo”.

Tras esas declaraciones, Hermoso abandona el silencio y afirma en un comunicado ser “víctima de una agresión, un acto impulsivo, machista, fuera de lugar y sin ningún tipo de consentimiento” por su parte.

La gran mayoría de las integrantes de la Roja anuncian que no volverán a jugar si no hay cambios profundos y lanzan la etiqueta #SeAcabó.

– Dimisión –

Ante la resistencia de Rubiales, el Gobierno español lo denuncia ante al Tribunal Administrativo del Deporte (TAD). El 26 de agosto, la FIFA lo suspende por 90 días.

Para defender a su hijo, la madre de Rubiales inicia el 28 de agosto una huelga de hambre dentro de una iglesia. Una protesta que dura menos de tres días y termina con una breve hospitalización.

La presión sobre Rubiales es máxima. Los presidentes de las federaciones regionales le piden dimitir y el seleccionador femenino Jorge Vilda, figura cercana a Rubiales, es despedido el 5 de septiembre.

Finalmente, el 10 de septiembre, claudica y anuncia que dimite, en una entrevista con el periodista inglés Piers Morgan y en una carta a la Federación.

– Proceso judicial –

La fiscalía española presenta el 8 de septiembre de 2023 una querella contra Rubiales, después de que Hermoso presentara formalmente una denuncia.

En enero de 2024, tras escuchar a Hermoso, que reiteró que el beso no fue “en ningún momento consentido”, el juez de instrucción dio vía libre para juzgar a Rubiales al considerar que el gesto “fue una iniciativa unilateral y sorpresiva”.

En marzo de ese año, la fiscalía solicitó 2,5 años de cárcel para Rubiales por agresión sexual, por el beso en sí, y coacciones, por haber presionado a Hermoso para que lo justificara.

El juicio contra Rubiales, que insiste en su inocencia, tendrá lugar en Audiencia Nacional del 3 y el 19 de febrero.



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