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Descubren ritual oculto de Dionisio en Pompeya


Un fresco monumental revela los misteriosos rituales dionisiacos de las bacantes y sátiros, que permanecieron sepultados durante más de dos mil años.

El reciente descubrimiento de un excepcional fresco en Pompeya ha arrojado nueva luz sobre los secretos del culto a Dionisio, el dios del vino y la locura. En una sala de banquetes de una domus, los arqueólogos han encontrado un gran ciclo de frescos que representan al séquito de Baco (Dionisio), con escenas de rituales ocultos y orgías que fueron reservadas a los iniciados. Este hallazgo ha sido calificado como un “documento histórico extraordinario” por el ministro italiano de Cultura, Alessandro Giuli, quien destacó la importancia de este descubrimiento para la arqueología mundial.

Los frescos, datados entre los años 40 y 30 a.C., se extienden por los tres muros de la sala y están dedicados a los misterios dionisiacos. La estancia ha sido bautizada por los arqueólogos como la Casa del Tíaso, en referencia a la comitiva que rendía culto al dios del vino a través de orgías nocturnas y bacanales. Los frescos muestran a las bacantes, seguidoras del dios, representadas tanto como bailarinas extáticas como cazadoras que sostienen cabritos sacrificados o espadas. También se observa a sátiros, figuras mitológicas de orejas puntiagudas, tocando la flauta o realizando libaciones (sacrificios con vino).

En el centro de la escena, destaca una figura femenina acompañada de un anciano con una antorcha, posiblemente una joven mortal que participa en un ritual nocturno para ser iniciada en los misterios de Dionisio. Este fresco también presenta un detalle importante: la representación de la caza, que no solo se muestra a través de las bacantes cazadoras, sino también en una pintura secundaria donde se ven animales vivos y muertos, como cervatillos y jabalíes, lo que amplía la visión de los rituales iniciáticos dionisiacos.

Gabriel Zuchtriegel, director del Parque Arqueológico de Pompeya, explicó que la caza de las bacantes de Dionisio se convirtió, con el paso de los siglos, en una metáfora de la vida desenfrenada y extática que el dios representaba. Según Zuchtriegel, el mito de Dionisio reflejaba el “lado salvaje e indomable” de las mujeres, quienes abandonaban el orden masculino para adentrarse en los misterios y vivir de manera libre, alejada de la sociedad convencional.

Pompeya, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, sigue siendo un tesoro arqueológico mundial. En 2024, la antigua ciudad romana recibió más de 4 millones de visitantes, convirtiéndose en el segundo sitio turístico más visitado de Italia. La erupción del Vesubio en el año 79 d.C. sepultó Pompeya bajo cenizas volcánicas, lo que ayudó a preservar de manera única muchos de sus edificios y frescos, permitiendo que los arqueólogos desvelen poco a poco los secretos de esta fascinante civilización.

 

Fuentes EFE Y AFP





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