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Mentir para vaciar los Sitios de Memoria | Las maniobras del gobierno para aplicar el negacionismo 



El Gobierno nacional redobla a diario su embestida contra los derechos humanos. Luego de despedir a trabajadores y vaciar de recursos a los espacios de memoria que funcionan en lugares que, durante la dictadura cívico militar, fueron centros clandestinos de detención, tortura y exterminio, buscan ponerle fin a los proyectos que funcionen emplazados en esos lugares. Es el caso del medio cooperativo El Grito del Sur, cuya redacción tiene base desde hace casi una década en el Espacio de Memoria que funciona en lo que fue el centro clandestino Virrey Cevallos, y que Javier Milei quiere desalojar.

Tras semanas de amenazas, el vocero presidencial, Manuel Adorni, aseguró en conferencia de prensa que la Secretaría de Derechos Humanos denunció penalmente a les trabajadores de El Grito del Sur con el objetivo de echarlos del espacio. “No vienen por nosotros, vienen por los espacios de Memoria y por la libertad de expresión”, advirtió Yair Cybel, uno de los periodistas que conforman el colectivo que, dicho sea de paso, ninguno de sus integrantes es empleado estatal.

“Virrey Cevallos” es uno de los tantos espacios para la memoria que sufrió el vaciamiento arrasador que el Presidente, representado por la gestión de Mariano Cúneo Libarona en el Ministerio de Justicia y Alberto Baños en la Secretaría de Derechos Humanos, aplicó desde su arribo al gobierno sobre toda política pública de memoria, verdad y justicia. Los despidos masivos a través de la eliminación de cientos de contratos de trabajo vinculados a estas temáticas que encabezó Baños durante todo el año pasado y lo que va de éste dejaron a este espacio con la mitad de trabajadores que contaban para sostener su funcionamiento.

En el marco de ese avasallamiento, y del encono que Milei y su séquito tienen contra el periodismo que se exprese crítico de las políticas de ajuste aplicadas por su Gobierno, es que les trabajadores de El Grito del Sur encuadran las amenazas de desalojo que recibieron en las últimas semanas, y que denunciaron públicamente, y las declaraciones del vocero presidencial sobre su presencia en Virrey Cevallos. “Buscan echarnos de porque lo que quieren es vaciarlo de participación comunitaria para cerrarlos más fácilmente”, sostuvo Cybel en declaraciones a Página|12. “No vienen por nosotros, vienen por Virrey Cevallos, por la libertad de expresión. No nos van a amedrentar, n nos asustan. Vamos a seguir sosteniendo las banderas de la memoria, la verdad y la justicia y a continuar construyendo comunicación popular, que es la única forma de hacer oír los reclamos del pueblo postergado”, completó.

Lo que cuenta el Gobierno

Adorni dedicó dos minutos de la conferencia de prensa que ofreció el miércoles pasado  en la sala de conferencias de la Casa Rosada a dar una versión oficial, pero sobre todo sesgada, del funcionamiento de El Grito del Sur en el espacio de memoria. Contó que “luego de una inspección” en el espacio “se encontró que funcionaba desde el 2018 una redacción de un medio digital que se definía como un medio popular, transfeminista y millennial hecho por y para les jóvenes y les trabajadores”, comentó con tono burlesco sobre todo al pronunciar la “e” y los términos “popular” y “transfeminista”. Sostuvo que aquello “era una ocupación ilegal que se sostenía gracias a los acuerdos políticos promovidos por la gestión anterior” y que implicaba “la utilización de instalaciones, mobiliario, electricidad, Wi-Fi, entre otros recursos del Estado que nada tenían que ver con los fines para lo que fue creado el espacio de la memoria, el cual tanto veneraban”.

“Bajo el paraguas de los derechos humanos financiaban su editorial partidaria kirchnerista con el presupuesto nacional”, indicó Adorni y mencionó, en tono de denuncia aunque sin demostrar un solo documento, que “solo en sueldo se gastaban 16millones de pesos por mes, efectivamente con plata de todos los argentinos”. Por último, advirtió que la Secretaría de Derechos Humanos ya se hizo la denuncia correspondiente ante la fiscalía que está investigando los hechos”.

No hubo preguntas de partes de les periodistas acreditades en Casa Rosada, quienes sí indagaron por la actitud del asesor presidencial Santiago Caputo ante el fotógrafo de Tiempo Argentino, a cuya credencial de reportero gráfico le sacó una foto.

Inmediatamente después, a través de su cuenta de X, Cúneo Libarona insistió en la línea argumental: “Una redacción kirchnerista usurpó ilegalmente el Espacio de la Memoria Virrey Cevallos: lo convirtieron en un búnker partidario que le costaba $210 millones de pesos a los argentinos, solo en sueldos”, publicó en un posteo que cerró con la acusación a les trabajadores del medio cooperativo de “delincuentes” que “usaron un inmueble público para montar operaciones políticas partidarias” y la mención de una supuesta denuncia que, hasta el momento no fue confirmada.

Lo que es

La redacción de El Grito del Sur funciona en Virrey Cevallos desde 2018, cuando la cooperativa y el Espacio, a través de su coordinador de entonces, el sobreviviente Osvaldo López, firmaron un convenio enmarcado en la Ley de Sitios de Memoria. Entonces, el secretario de Derechos Humanos era Claudio Avruj y el presidente era Mauricio Macri. En ese sentido, López, cuyo contrato fue discontinuado en 2024, advirtió que el Gobierno nacional “miente, luego miente, y luego vuelve a mentir impunemente”. También indicó que “Clarín reproduce aumentando la mentira”, en relación a la cobertura que el medio realizó de los ataques y la amenaza de desalojo. “Cevallos, como espacio de Memoria es un blanco a eliminar por el gobierno, vaciar, cambiar sus contenidos, de un relato histórico sobre el genocidio a una legitimidad del mismo. Esa es la razón que subyace en esto”, completó el sobreviviente, quien recordó que previo al intento de desalojo de la redacción del medio cooperativo, la gestión negacionista desalojó “la escuela primaria para adultos” que funcionaba dentro del Espacio para la memoria. “No sé puede mentir a todos, todo el tiempo, ya se aprenderá”, concluyó.

En tanto, Cybel desmintió que les trabajadores de la cooperativa de comunicación cobraran sueldos públicos. “No recibimos ningún sueldo estatal. Adorni confunde a propósito: ese presupuesto que señala es para trabajadores del sitio, guías, mantenimiento, conservación, comunicación del sitio. Nadie de ellos labura para el Grito”, dijo a este diario.

A través de un artículo periodístico publicado en el sitio web del medio cooperativo, sus trabajadores explicaron, además, que a excepción del suministro de electricidad, el medio se sostiene con “recursos económicos propios”. “El cuarto donde se instaló la redacción periodística estaba completamente abandonado y en pésimo estado, con lo cual nos ocupamos de refaccionar el espacio y ponerlo en valor. También compramos todo el mobiliario y pagamos mes a mes el servicio de Internet para poder trabajar allí”, completaron. 



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