El recuerdo de “un compañerazo” | Homenaje a Hugo Soriani, el martes en la Feria del Libro

“Fue nuestro amigo, nuestro compañero, uno de los nuestros”. “Se fue un compañerazo”. Las palabras de Estela de Carlotto y de Taty Almeida resumen el sentir de muchas y muchos al recordar la figura de Hugo Soriani, director general de Página/12, que murió el 11 de abril pasado, a los 71 años. Por su trabajo como periodista y por su rol en este diario, del que fue uno de los fundadores, por su militancia y por su historia, Hugo deja un legado que es reconocido y valorado en ámbitos diversos. Lo que hizo y lo que fue será recordado el próximo martes 6 de mayo, a las 20.30, en la sala José Hernández de la Feria del Libro. Junto a Estela y Taty, participarán León Gieco, Víctor Hugo Morales, Francisco “Paco” Olveira, Nora Veiras, Luis Bruschtein y Paula Español. El ingreso a la feria después de las 20 será gratuito, y además el evento se transmitirá en directo por la web de Página, www.pagina12.com.ar.
Además de como “un gran amigo, un gran compañero”, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo recuerda a Hugo como “una de esas personas que llevamos en el corazón”. “Él era un amigo, siempre nos ayudó, siempre nos acompañó en nuestra tarea, de todas las maneras que pudo. Realmente fue un pérdida muy grande y prematura, porque para nosotras era joven, era uno de ‘los muchachos”, lo ubica Estela. Tras pasar diez años como preso político -fue detenido en diciembre de 1974, mientras cumplía con el servicio militar obligatorio, y liberado en diciembre de 1983- Soriani se ligó de diversas maneras al movimiento de derechos humanos. Estela destacó los recordatorios como marca distintiva de este diario (el de su hija Laura fue el primero que Página/12 publicó, en 1987), inaugurando una forma de recordar a aquellos que no fueron encontrados nunca más. “Así fuimos ayudadas a demostrar que éramos víctimas, a recordar fechas, poner nombres y caras, y algunas palabras para darnos aunque sea el consuelo de decir: los recordamos, fueron luchadores, estos fueron sus sueños”.
“No hay forma de no recordar con una sonrisa a nuestro querido Hugo, un compañerazo”, dice Taty al evocarlo, efectivamente, con una sonrisa. “El siempre se reía, decía que teníamos muchas cosas en común: él en el ERP, Alejandro en el ERP, su padre milico, mi padre milico. Fue una pérdida tremenda, pero Hugo siempre, siempre, va a seguir ¡presente!”.
De la relación de Hugo Soriani, aquel joven militante, con ese padre “milico” dejó testimonio él mismo en el entrañable Las cartas del Capitán, todo un reconocimiento a través de la correspondencia que recibió de su padre, oficial de infantería -se llamaba Hugo, como él, pero ha quedado en el recuerdo de todo aquel que haya leído el libro como “el Capitán Soriani“, como lo nombra su hijo-. Fueron cartas que, aún en la diferencia y sobre todo desde la diferencia, lo sostuvieron a lo largo de los diez años que pasó en distintos penales como preso político, siendo trasladado a Magdalena, Caseros, Rawson, Devoto, desde sus 21 recién cumplidos hasta sus 30 años. “Quiero dar testimonio a través de mi viejo de todo lo que nos bancaron los familiares”, dijo alguna vez Hugo.
Las historias que vivió en esas cárceles también aparecen en su libro Los días eran así, donde Soriani abre paso a La cárcel, la política, el periodismo, el fútbol y el rock contados desde la última página. O sea, desde las contratapas de este diario, donde también dejó testimonio y creó además al mozo Osvaldo, una figura con la que supo pintar crónicas del presente político y social argentino, marcadas por el humor y por las palabras de otra época que atesoraba.
León Gieco, su gran amigo desde un tiempo que no recuerda ni le importa fijar, estará en el homenaje con su guitarra y su armónica. Seguramente formará parte del repertorio compartido a modo de homenaje “Hombres de hierro”: “Era la canción que Huguito escuchaba cuando estaba preso, me lo dijo mil veces. Significaba mucho para él”, contó.
“Hugo era una cantera de anécdotas, encontrarse con él era revivir momentos que, si eran muy trágicos, él les hacía el moño y los transformaba en algo gracioso”, lo recuerda Nora Veiras, directora del diario. “Hugo está siempre y cada día, en este loop permanente que es hacer un diario. Todo el tiempo, con Viki (Victoria Ginzberg), con Ernesto (Tiffenberg), con nuestros compañeros editores, sale la frase: uy, qué diría Hugo de esto. Esto le encantaría a Hugo, esto no le va a gustar nada. Fueron muchos años de 24 x 7. Y aunque suene grandilocuente, su presencia y su legado, es permanente”
“Hugo era un luchador. No se daba por vencido ni aunque estuviera contra las cuerdas. De esos que uno quiere tener siempre en el equipo. Fue un exponente genuino de una generación que dio todo, que puso el cuerpo y lo pagó muy caro”, lo evoca Luis Bruschtein, que también se sumará al homenaje.