El ayuno intermitente podría ser una solución a la disminución del deseo sexual

Además de la pérdida de peso, el ayuno intermitente tiene una amplia gama de efectos en nuestro organismo. Entre ellos, se cree que también puede producir un aumento del deseo sexual. Así lo han comunicado investigadores del Centro Alemán de Enfermedades Neurodegenerativas DZNE, quienes, junto con un equipo de la Universidad de Qingdao y la Universidad de Ciencias de la Salud y Rehabilitación, han demostrado (hasta ahora solo en ratones) cómo el ayuno disminuye la concentración de serotonina en el cerebro, aumentando así la libido. Un mecanismo que, según la hipótesis de los investigadores en su estudio publicado en Cell Metabolism, podría ser similar en los humanos y representar así un enfoque potencial para tratar la indeseada caída de la libido.
Ayuno intermitente
El objetivo inicial de los investigadores era conocer los efectos del ayuno intermitente en el envejecimiento. “Utilizando ratones como modelo estudiamos los mecanismos biológicos subyacentes”, explicó Dan Ehninger, uno de los autores del estudio. “Nuestro objetivo es obtener información que también pueda ser relevante para los humanos”. En concreto, el estudio contó con un grupo de ratones macho, a partir de los 2 meses de edad, que fueron sometidos a un modelo específico de ayuno intermitente: se les permitió comer durante 24 horas, seguidas de otras 24 en las que solo tuvieron acceso al agua. Solo al final del régimen de ayuno, que en un grupo duró 22 meses, en otro 6 meses y en otro solo unas semanas, los ratones macho entraron en contacto con las hembras.
Aumentar la libido
A partir de experimentos posteriores, el equipo observó que los ratones macho de más edad tenían un número particularmente elevado de crías. “Es una cuestión de comportamiento”, señaló el experto. “En otras palabras, estos animales tenían una frecuencia de apareamiento inusualmente alta y, en consecuencia, un número de crías inusualmente alto para su edad. Su conducta de apareamiento compensaba con creces las limitaciones fisiológicas relacionadas con la edad”. El aumento de la actividad sexual también se observó en ratones macho más jóvenes que habían seguido el ayuno durante seis meses, pero estuvo completamente ausente en otros grupos de ratones, tanto jóvenes como viejos, que lo habían seguido solo durante unas semanas. “Para que el ayuno intermitente aumente la libido se necesita cierto tiempo“, agregó Yu Zhou, coautor del estudio. “Según nuestros experimentos, la duración mínima parece estar entre seis semanas y seis meses”.
Bajos niveles de serotonina
Al contrario de la hipótesis inicial de que este fenómeno se debía a los efectos del ayuno intermitente sobre los órganos reproductores, los autores demostraron que el aumento de la libido en realidad estaba relacionado con la deficiencia de triptófano, un aminoácido esencial que ni los ratones ni los humanos pueden sintetizar por sí mismos, sino que debe ser ingerido a través de los alimentos. El triptófano es responsable de la producción en el cerebro de serotonina, un neurotransmisor generalmente asociado a efectos inhibidores que estaba presente en los ratones macho en niveles inusualmente bajos. “Los ratones estaban, por así decirlo, sexualmente desinhibidos”, aclaró Ehninger. “La falta de serotonina era claramente resultado del ayuno”. Por el momento, sin embargo, “no está claro si la reducción de los niveles de serotonina está relacionada con nuestra dieta específica o si también se produciría con otros tipos de ayuno”, añadió Zhou, sugiriendo que el efecto también podría darse en una dieta en la que la comida esté siempre disponible, pero en cantidades reducidas.
¿Ocurre lo mismo en humanos?
También sabemos que los mensajeros químicos desempeñan un papel importante en la regulación del comportamiento sexual en los seres humanos. “Esto es especialmente cierto en el caso de la serotonina”, explica Ehninger. “Creo que es muy plausible que el deseo sexual en los humanos pueda verse afectado por el ayuno, quizá no solo en los hombres sino también en las mujeres, ya que la serotonina también afecta a su libido”, concluyó el experto. Agregó que, aunque se necesitan más investigaciones, el ayuno intermitente podría añadirse potencialmente a los tratamientos ya disponibles para tratar la reducción del deseo sexual.
Artículo originalmente publicado en WIRED Italia. Adaptado por Andrea Baranenko.