Las terapias CRISPR acaban de dar un salto sin precedentes: ya es posible insertar un gen entero

Una nueva técnica de edición genética basada en CRISPR ha logrado insertar genes completos con precisión en el ADN humano, marcando un hito en la búsqueda de terapias para erradicar enfermedades hereditarias y corregir defectos genéticos.
El método de edición genética CRISPR (siglas en inglés de Clustered Regularly Interspaced Short Palindromic Repeats) es una herramienta revolucionaria que permite modificar el ADN de organismos con alta precisión y eficiencia. Basado en un sistema inmunológico natural de bacterias, CRISPR utiliza una proteína a modo de “tijeras moleculares” para cortar secuencias específicas del genoma, permitiendo eliminar, añadir o modificar genes de forma controlada. Su bajo costo y versatilidad lo han convertido en un instrumento clave en investigaciones biomédicas, tratamientos genéticos y mejora de cultivos.
Así como existen diferentes formas de realizar un corte o reparar un error, también hay variantes de CRISPR. Una nueva forma de la técnica permite introducir instrucciones más completas, ahorrándose pasos del proceso habitual y reduciendo los riesgos asociados a las terapias de edición genética convencionales. Los resultados de la técnica se publicaron en un reciente artículo de la revista Science.
El equipo liderado por el bioquímico Samuel Sternberg de la Universidad de Columbia, Nueva York, propone la técnica CAST (CRISPR-Associated Transposase). Esta usa las enzimas transposasas, proteínas que naturalmente tienen la función de mover secuencias de ADN dentro del genoma humano. En condiciones normales, las transposasas reubican fragmentos de ADN para favorecer la variabilidad genética y la adaptación, aunque su descontrol podría causar inestabilidad genómica o mutaciones perjudiciales.
Actualmente, la técnica de edición genética más utilizada es CRISPR-Cas9, que corta la doble hélice del ADN para erradicar un defecto. Sin embargo, depende casi en su totalidad de la reparación celular para poder introducir instrucciones sencillas. A pesar de sus limitaciones, ha demostrado avances significativos, como en el reciente tratamiento de un bebé con una rara enfermedad metabólica.
CAST, en cambio, no realiza cortes en el ADN. Aprovecha la precisión CRIPSR para localizar las secuencias específicas, pero utiliza transposasas para “mover piezas” e insertar los genes deseados de manera más natural y menos invasiva. Según la revista Nature, los desarrolladores perfeccionaron CAST mediante un proceso de evolución dirigida: introdujeron los genes clave en virus que los heredaron a lo largo de varias generaciones, hasta lograr una enzima suficientemente eficiente y estable.
Al finalizar el experimento, el sistema enzimático logró integrar segmentos de más de 10,000 nucleótidos en distintas células humanas, asegurando además que los genes completos se insertaran en sitios seguros del genoma, donde el nuevo ADN no afectaría funciones celulares esenciales.
Los genes son la unidad básica de la herencia genética. Están formados por una secuencia específica de ADN, la cuál contiene instrucciones para producir proteínas o regular funciones celulares. Los genes determinan las características únicas de un organismo, desde el tipo de cabello hasta su predisposición a ciertas enfermedades. Cada célula de un ser humano contiene aproximadamente 20,000 genes, que conforman el genoma o también referido como “el manual de instrucciones de una persona”.