León XIV, oficialmente el nuevo Papa, llamó a construir un mundo donde reine la paz | En la misa de entronización con más de 200 delegaciones

Desde Ciudad del Vaticano
León XIV es oficialmente el Pontífice número 267 de la Iglesia católica y obispo de Roma, luego de la ceremonia de “iniciación del ministerio petrino” que fue realizada este domingo en la plaza de San Pedro y contó con la asistencia de más de 200 delegaciones de otros países, de religiones y organizaciones internacionales además de unos 200.000 fieles. Y en la homilía de la misa llamó a todos los fieles a “estar unidos” y construir “un mundo nuevo donde reine la paz”.
La ceremonia comenzó antes de la misa, cuando el Papa se dirigió brevemente a la tumba de San Pedro, en las grutas vaticanas colocadas bajo el altar central de la Basílica de San Pedro, donde sus asistentes tomaron los dos elementos fundamentales de la ceremonia de inicio del Papado depositados tradicionalmente allí: el Palio y el llamado Anillo del Pescador. Luego el Papa y los cardenales partieron en procesión, atravesando la basílica por el pasillo central, hacia el altar colocado fuera de la basílica donde se celebró la misa.
Durante la misa y después de la lectura del Evangelio, León XIV recibió de manos de un cardenal de la Orden de los Diáconos, el Palio, es decir la banda de lana blanca con cruces negras que llevan sobre los hombros los Papas. El Palio recuerda a San Pedro que lleva sobre sus hombros a las ovejas perdidas. Tiene como decoración seis cruces negras y tres alfileres, que significan los tres clavos de la cruz de Jesús.
Fue un cardenal de la Orden de los Presbíteros, el cardenal filipino Luis Antonio Tagle (uno de los candidatos para el papado) el que luego le colocó el llamado “anillo del pescador”, un anillo con una imagen labrada del pescador San Pedro, las llaves del reino del cielo, y la red que usaba para pescar, símbolo de la “pesca milagrosa” que debe hacer la Iglesia. Internamente el anillo tiene grabado el nombre del Papa, León XIV. Cada Papa recibe este anillo el día de su asunción, pero será destruido, según la tradición, cuando el Pontífice muere, como sucedió recientemente con el de Francisco.
El Papa León XIV, que durante toda la ceremonia fue visto con una leve sonrisa de persona preocupada y luego muy emocionada cuando recibía el palio y el anillo, destacó en su homilía que fue elegido “sin tener ningún mérito y con temor y trepidación” pero con la esperanza del colegio cardenalicio de que “sepa afrontar los interrogantes, las inquietudes y los desafíos de hoy”.
“Vengo a ustedes como un hermano que quiere hacerse siervo de su fe y de su alegría, caminando con ustedes por el camino del amor de Dios, que nos quiere a todos unidos en una única familia”, añadió. “No se trata nunca de atrapar a los demás con el sometimiento, con la propaganda religiosa o con los medios del poder, sino que se trata siempre y solamente de amar como lo hizo Jesús”, dijo, sin ceder a la tentación de “ser un líder solitario o un jefe que está encima de los demás”.
“Miedo a lo diferente”
El nuevo Pontífice expresó su gran deseo de lograr “una Iglesia unida”. “En nuestro tiempo, vemos aún demasiada discordia, demasiadas heridas causadas por el odio, la violencia, los prejuicios, el miedo a lo diferente, por un paradigma económico que explota los recursos de la tierra y margina a los más pobres. Y nosotros queremos ser, dentro de esta masa, una pequeña levadura de unidad, de comunión y de fraternidad” (…) “Esta es la vía que hemos de recorrer juntos, unidos entre nosotros, pero también con las Iglesias cristianas hermanas, con quienes transitan otros caminos religiosos, con aquellos que cultivan la inquietud de la búsqueda de Dios, con todas las mujeres y los hombres de buena voluntad, para construir un mundo nuevo donde reine la paz. Este es el espíritu misionero que debe animarnos, sin encerrarnos en nuestro pequeño grupo ni sentirnos superiores al mundo” porque para que se realice esa unidad es importante que se “valore la historia personal de cada uno y la cultura social y religiosa de cada pueblo”, concluyó Papa León que recibió un fuerte aplauso de la multitud.
El Regina Caeli
Luego de la típica oración dominical, Regina Caeli, que después de la Pascua el Papa reza a medio día, León XIV leyó un breve mensaje dirigido al mundo y destacó que durante la misa había “sentido la fuerte presencia espiritual del Papa Francisco”. En estos difíciles tiempos, dijo además, no se puede olvidar a “hermanos y hermanas que sufren a causa de las guerras”. En Gaza, a causa del conflicto con Israel, “niños, familias y ancianos que han sobrevivido, están reducidos al hambre”. En Myanmar, las nuevas hostilidades “han destruido jóvenes vidas inocentes”. También se refirió a Ucrania que, dijo, “se espera finalmente que se puedan hacer negociados por una paz justa y duradera”, tal vez aludiendo a las negociaciones iniciadas en Turquía.
León XIV había iniciado la jornada de este domingo paseando en el papa-móvil entre los miles de fieles que ya estaban concentrados en la Plaza de San Pedro antes de la ceremonia. León los saludaba agitando la mano, siempre sonriente, y hasta bendijo a dos bebés que los guardias que lo iban protegiendo le acercaron desde los fieles,. La gente gritaba “¡Viva el Papa! ¡Viva el Papa!? Y agitaban las banderas de distintos países.
Las delegaciones presentes
Entre las delegaciones presentes, las más numerosas fue la de Italia con 19 miembros, entre ellos el presidente Sergio Mattarella y la primera ministra Giorgia Meloni. En segundo lugar la delegación de Perú, país del que también es ciudadano el Papa León además de Estados Unidos, con 14 miembros, encabezada por la presidenta Dina Boluarte, a quien el Papa recibió en audiencia privada este domingo. En tercer lugar estuvo la delegación de Estados Unidos, con 7 integrantes, en primer lugar el vicepresidente y católico (bautizado en 2019) James David Vance, que apenas llegó a Roma, fue a visitar la tumba del Papa Francisco en Santa María Mayor. Vance sería recibido por el Papa el lunes, según distintas fuentes.
De parte Argentina se esperaba la presencia en San Pedro del presidente Javier Milei, pero no fue así. Según la lista de las 156 delegaciones difundida por el Vaticano, estuvo presente sólo el Ministro de Relaciones Exteriores, Gerardo Werthein.
Pero en la ceremonia no faltaron personajes como el presidente de Ucrania Vlodimir Zelenski, que después de la misa fue recibido por el papa León y le regaló una imagen grabada sobre madera, de la virgen que abraza al niño Jesús.. “El pontífice es un símbolo de esperanza y de paz”, escribió Zelenski en X. Y agregó: “La autoridad y la voz de la Santa Sede pueden desempeñar un papel importante para poner fin a la guerra. Agradecemos al Vaticano su disposición para servir como plataforma para las negociaciones directas entre Ucrania y Rusia. Estamos listos para dialogar”. Algunas agencias de prensa hablaron por otra parte de un encuentro de Zelenski con el vicepresidente Vance en la residencia estadounidense en Roma, que duró unos 30 minutos, antes de que el funcionario fuera a encontrase con la primera ministra Meloni.
De Rusia muchos esperaban alguna presencia en la ceremonia de asunción. Debía venir la Ministra de Cultura Olga Liubimova, pero, según se informó, por problemas con los vuelos no pudo viajar.
Latinoamericanos, europeos y otros
También estuvieron presentes varios reyes europeos, entre ellos el Rey de España, Felipe VI de Borbón. La esposa de Felipe, Leticia, como algunas de las otras reinas presentes, siguieron la vieja tradición vaticana de que sólo las reinas católicas podían vestirse de blanco y con mantilla, para las audiencias con el Papa. Todas las y los demás debían estar vestidos de negro o azul oscuro.
Otros jefes de estado participantes de la ceremonia fueron Gustavo Petro de Colombia, Daniel Noboa de Ecuador, Santiago Peña de Paraguay, Isaac Herzog de Israel además de los mandatarios de Polonia, Hungría, Irlanda, Portugal, Suiza, entre otros. En la lista de primeros ministros, ministros y miembros de los parlamentos difundida por el Vaticano, aparecen representantes de Francia, Reino Unido, Chile, Pakistán, Costa Rica, Arabia Saudita, y países africanos, entre otros, además de representantes de organizaciones internacionales como la Liga de Estados Árabes, la Unión Europea y organizaciones de Naciones Unidas.
A esta lista hay que agregar unas 50 delegaciones religiosas de numerosos países, de ortodoxos metodistas, luteranos, anglicanos, evangélicos, pentecostales, y un grupo de 13 exponentes judíos, muchos de ellos rabinos de distintos países y miembros de organizaciones internacionales como el International Jewish Committee for Interreligious Consultations Internacional (comité judío para las consultas interreligiosas internacionales). Pero también delegaciones musulmanas, hinduistas, budistas y sikh, entre otros.
Al concluir la ceremonia, el papa León XIV saludó personalmente a muchos de los presentes dentro de la basílica vaticana, dándoles la mano. A la única persona que se vio abrazar fue a su hermano, John Joseph Prevost, que estuvo presente con su esposa Deborah.