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Trump prohíbe a Harvard inscribir estudiantes extranjeros y exige expulsión de los actuales


La administración Trump revocó la certificación de Harvard para admitir estudiantes internacionales, acusando a la universidad de fomentar el antisemitismo y colaborar con el Partido Comunista Chino. La medida afecta a 6.800 alumnos extranjeros, que deben transferirse o enfrentar la pérdida de su estatus legal. Harvard calificó la decisión de ilegal y anunció acciones legales para proteger a su comunidad internacional.

La administración Trump revocó la certificación de la Universidad de Harvard para admitir estudiantes internacionales, diciendo que miles de estudiantes actuales deben transferirse o abandonar el país.

La medida marca una dramática escalada en la batalla de la Administración con Harvard , amenazando con afectar a una porción significativa del cuerpo estudiantil de la universidad y una fuente clave de sus ingresos.

Aproximadamente el 27% del alumnado de Harvard (unos 6.800 estudiantes) proviene de fuera de Estados Unidos, una cifra que ha aumentado de forma constante en la última década, según datos de matriculación de la universidad. Muchos de estos estudiantes pagan la matrícula completa, lo que contribuye significativamente al presupuesto anual de la universidad, que asciende a casi 6.000 millones de dólares.

La decisión sorprendió a estudiantes, profesores y líderes de la educación superior de todo el país. En una declaración, un portavoz de Harvard calificó la medida de la administración Trump de “ilegal” y escribió que la Universidad está “plenamente comprometida” con la admisión de estudiantes internacionales.

El campus de la Universidad de Harvard en Cambridge, Massachusetts, el 15 de abril de 2025

 

“Estamos plenamente comprometidos con mantener la capacidad de Harvard para acoger a nuestros estudiantes y académicos internacionales, provenientes de más de 140 países, quienes enriquecen enormemente a la Universidad y a esta nación”, declaró el portavoz de Harvard, Jason A. Newton. “Estamos trabajando con rapidez para brindar orientación y apoyo a los miembros de nuestra comunidad. Esta represalia amenaza con causar graves daños a la comunidad de Harvard y a nuestro país, y socava la misión académica y de investigación de Harvard”.

Esto es lo que debe saber sobre la acción de la Administración.

¿Qué significa la revocación?

La decisión de revocar la certificación, anunciada por el Departamento de Seguridad Nacional en una carta entregada a la universidad y posteriormente compartida públicamente por la secretaria Kristi Noem, despoja inmediatamente a Harvard de su autorización bajo el Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio (SEVP). La revocación impide a la universidad admitir nuevos estudiantes internacionales y obliga a los estudiantes extranjeros actuales a transferirse a otras instituciones o a perder su estatus legal en Estados Unidos.

“Le escribo para informarle que, con efecto inmediato, se revoca la certificación del Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio de la Universidad de Harvard”, escribió Noem en la carta.

¿Por qué la Administración revocó la certificación?

En su carta, Noem citó el fracaso de Harvard en cumplir con las solicitudes de registros, su uso de políticas de diversidad e inclusión y su manejo de las protestas pro palestinas en el campus como la motivación para la acción de la Administración Trump.

Partidarios de Palestina se reúnen en la Universidad de Harvard para protestar contra la guerra de Israel en Gaza. Foto de Joseph Prezioso / AFP

La Administración Trump ha afirmado que Harvard se negó a entregar documentos que, según el Departamento de Seguridad Nacional, están relacionados con posibles faltas de conducta y otros delitos por parte de estudiantes extranjeros. Noem también acusó a la universidad, sin ofrecer pruebas, de fomentar un ambiente universitario inseguro, hostil a los estudiantes judíos, que promueve simpatías hacia Hamás y aplica políticas racistas de “diversidad, equidad e inclusión”, así como de presunta coordinación con el Partido Comunista Chino.

“Deben tomarse medidas para enviar una señal clara a Harvard y a todas las universidades que desean disfrutar del privilegio de admitir estudiantes extranjeros: que la administración Trump hará cumplir la ley y erradicará los males del antiamericanismo y el antisemitismo en la sociedad y los campus”, escribió Noem.

La decisión de la Administración se suma a una creciente lista de sanciones federales impuestas a Harvard, incluyendo la pérdida de miles de millones de dólares en fondos federales para investigación y las recientes amenazas de retirarle a la universidad su exención de impuestos. A principios de esta semana, el Departamento de Salud y Servicios Humanos anunció que cancelaría subvenciones por valor de 60 millones de dólares a la universidad.

Un portavoz de la Casa Blanca dijo que “Harvard ha convertido su otrora gran institución en un semillero de agitadores antiamericanos, antisemitas y proterroristas”.

“Han fracasado repetidamente en tomar medidas para abordar los problemas generalizados que afectan negativamente a los estudiantes estadounidenses y ahora deben afrontar las consecuencias de sus acciones”, declaró la portavoz de la Casa Blanca, Abigail Jackson. “Matricular a estudiantes extranjeros es un privilegio, no un derecho”.

La batalla entre la Administración y Harvard surge en un momento en que el presidente Donald Trump ha buscado cada vez más ejercer control sobre las universidades de élite, a menudo presentando sus acciones como parte de un esfuerzo más amplio para eliminar lo que caracteriza como sesgo ideológico y extremismo en el campus. Sin embargo, los críticos afirman que la Administración está castigando a las instituciones académicas por motivos políticos y restringiendo el libre intercambio de ideas.

La Administración ha tomado medidas por separado para cancelar la legalización de los estudiantes internacionales en todo el país, incluyendo Harvard. Un juez federal impidió esta medida, dictaminando que el gobierno no puede arrestar, encarcelar ni trasladar a estudiantes a otro lugar en función de su estatus legal hasta que se resuelva otro caso al respecto.

¿Qué pasa después?

El Departamento de Seguridad Nacional ha dado a Harvard 72 horas para entregar los registros solicitados y así recuperar la certificación. Pero incluso si la universidad cumple, el plazo para la restitución sigue siendo incierto, y muchos estudiantes ahora se debaten entre decidir si deben abandonar el país.

Es probable que la medida también dé lugar a una impugnación legal. Harvard ya había presentado una demanda contra la Administración el mes pasado por los intentos del gobierno federal de imponer cambios en sus prácticas de admisión y contratación. (Fuente: TIME)

 

 

 

 

 





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