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El dólar oficial cerró la semana en $1.200 y se afianza la brecha negativa con el blue



El dólar minorista retrocedió cinco pesos este viernes y cerró a $1.200 en las pantallas del Banco Nación. En el mercado informal, el dólar blue también bajó diez pesos y se ubicó en $1.165. En el segmento financiero, el dólar contado con liquidación (CCL) avanzó 0,1% y alcanzó los $1.195, mientras que el dólar MEP se mantuvo estable en $1.192. Por su parte, el tipo de cambio mayorista cayó $5,50 y se negoció a $1.185,50.

En un contexto donde la necesidad de financiamiento externo vuelve a estar en el centro de la escena económica argentina y en el que el gobierno lanzó ayer la iniciativa legislativa para dar cobertura a los dólares del colchón, analistas relevados por iProfesional coincidieron en que el país comienza a dar pasos incipientes hacia un eventual retorno a los mercados internacionales. A partir de una reciente colocación de deuda en pesos para captar dólares, se abrió una alternativa novedosa que permite al Tesoro sumar divisas sin comprometer pagos en moneda extranjera. Esta operación no solo permitió testear el apetito de los inversores globales por riesgo argentino, sino que también representó una vía para afrontar vencimientos externos sin tensionar la política cambiaria vigente.

Los especialistas explicaron que este tipo de colocaciones, aunque no cuentan de inmediato para alcanzar las metas de reservas netas pactadas con el FMI, ofrecen una herramienta útil en la estrategia de financiamiento. Señalaron que el desafío no se limita a cumplir objetivos numéricos, sino que se vincula con generar señales de estabilidad macroeconómica y disciplina fiscal. En esa línea, se destacó que buena parte de los vencimientos previstos para este año ya se encuentran cubiertos, aunque la necesidad de divisas reaparecerá con fuerza en 2026.

Al evaluar las condiciones necesarias para reabrir el acceso al crédito internacional, los expertos apuntaron que la baja del riesgo país sigue siendo una barrera central. No obstante, indicaron que la clave no pasa únicamente por acumular reservas, sino por sostener un plan económico creíble y duradero. Para ellos, la sostenibilidad de la deuda está más relacionada con variables como el crecimiento, el superávit primario y la evolución de las tasas reales, que con el nivel puntual de reservas internacionales.

Asimismo, resaltaron que la mirada del mercado está fuertemente influenciada por el historial crediticio argentino, lo que exige un cambio de percepción más profundo. En este marco, los especialistas afirmaron que el rumbo político de los próximos años —especialmente las elecciones legislativas de 2025 y presidenciales de 2027— será determinante para validar la continuidad del programa económico. En definitiva, consideran que si el país logra mantener su rumbo fiscal y económico, existe una oportunidad para recomponer la confianza y mejorar gradualmente las condiciones de financiamiento externo.

Una operación innovadora con buenos resultados

Desde Econviews destacaron que el Tesoro logró una jugada estratégica al captar dólares frescos mediante la emisión de un bono en pesos, dirigido a inversores internacionales. Estos adquirieron el instrumento en moneda extranjera, aunque tanto el capital como los intereses se abonarán en pesos. Para los analistas de la consultora, esta operación no solo representa una forma creativa de atraer divisas, sino que también permite al Gobierno evitar la compra directa de reservas dentro de la banda cambiaria, manteniendo su compromiso en esa materia.

Para Econviews, lo más relevante de esta colocación es que representa un paso hacia el regreso de Argentina a los mercados internacionales. Si bien no se trata de una emisión tradicional de deuda en dólares, podría abrir la puerta a colocaciones más convencionales en un futuro cercano, algo que el país necesita para hacer frente a sus compromisos financieros externos.

No obstante, a pesar del ingreso de divisas que representó esta colocación, desde Econviews advirtieron que los fondos obtenidos no se contabilizan por ahora dentro de la meta de reservas netas pactada con el Fondo Monetario Internacional. Esto se debe a que los primeros u$s 1.500 millones captados de inversores privados del exterior ajustan el objetivo al alza, por lo que solo el excedente sobre ese umbral podría computarse a futuro.

La consultora estima que esta estrategia de financiamiento en pesos con suscripción en dólares continuará en las próximas semanas. Consideran que es una medida positiva, especialmente porque puede aliviar parcialmente la presión sobre las reservas sin violar los compromisos asumidos en el marco del acuerdo con el FMI.

Los analistas de Econviews son escépticos respecto al cumplimiento de la meta de reservas establecida para el 13 de junio, que exige un incremento neto de u$s 4.700 millones. Aun con nuevas colocaciones, consideran que el objetivo es difícil de alcanzar en el plazo estipulado. De todos modos, remarcaron que el aporte de estas emisiones resulta útil desde una perspectiva más amplia, ya que ayuda a reforzar el frente externo en un año en el que Argentina enfrenta vencimientos importantes de deuda en moneda extranjera.

Vencimientos por cubrir y desafíos por delante

Los especialistas de la consultora explicaron que Argentina aún debe afrontar pagos en moneda extranjera por casi u$s 8.600 millones durante lo que resta del año. En ese contexto, las recientes colocaciones le permitieron al Tesoro sumar aproximadamente u$s 4.000 millones, lo que prácticamente cubre los compromisos previstos para julio.

Gran parte de los pagos pendientes corresponden a organismos multilaterales y al propio Fondo Monetario Internacional. Sin embargo, Econviews advierte que a partir de enero de 2026 comenzarán nuevamente los vencimientos de bonos, lo que implicará la necesidad de obtener dólares adicionales en ese momento.

La estrategia de financiarse en pesos con ingreso de divisas externas podría aliviar la carga inmediata, pero no resuelve el problema estructural de acceso al financiamiento internacional en condiciones más favorables. En ese sentido, los analistas consideran que esta colocación representa apenas un primer paso dentro de un camino más largo.

El regreso a los mercados tradicionales, con emisiones en moneda extranjera, requerirá no solo creatividad financiera sino también una mejora sustancial en los fundamentos macroeconómicos del país. Sin una trayectoria clara hacia la estabilidad, las condiciones para emitir deuda a tasas razonables seguirán siendo un desafío.

La importancia de acumular reservas

Desde Econviews remarcaron que más allá de los esfuerzos del Tesoro, es clave que el Banco Central logre acumular reservas de manera sostenida. Si esto no sucede, será difícil reducir significativamente el riesgo país, lo que a su vez limita las posibilidades de conseguir financiamiento externo a tasas competitivas.

Según la visión de la consultora, si bien el equilibrio fiscal es un avance importante, no alcanza por sí solo para estabilizar la economía. En un contexto de cuenta corriente deficitaria, Argentina necesita reforzar su posición externa y no puede depender exclusivamente de los flujos financieros.

Los analistas advierten que depender excesivamente de emisiones para cubrir vencimientos o sumar reservas puede ser riesgoso. El objetivo de fondo debe ser iniciar un círculo virtuoso donde una mayor acumulación de reservas permita reducir el riesgo país, lo que abarataría el costo del financiamiento y facilitaría un acceso más sostenible a los mercados.

Econviews concluye que, si bien la reciente colocación fue una señal positiva y muestra cierto margen de maniobra financiera, el verdadero desafío es lograr una dinámica de crecimiento y estabilidad que no requiera de soluciones transitorias. Para ello, será indispensable mejorar la confianza en las políticas económicas y avanzar en una mayor integración con el sistema financiero internacional.

El riesgo país y las comparaciones internacionales

Desde Schroders señalaron que, para que Argentina pueda volver a acceder a los mercados de deuda internacional y refinanciar sus vencimientos, la condición principal es una baja del riesgo país. Este indicador es clave porque define, en gran medida, la tasa de interés a la que un país puede endeudarse. En ese sentido, remarcaron que naciones con calificaciones similares o incluso peores que Argentina han logrado colocar deuda a tasas más bajas, lo que deja en evidencia el castigo adicional que enfrenta el país por su historial crediticio.

Para ilustrar la diferencia, los expertos de la sociedad de bolsa mencionaron que Egipto, con una calificación de B-, pudo emitir deuda a ocho años a una tasa de 9,5%, mientras que Colombia, con un rating superior (BB+), lo hizo a 8,75% a diez años. En contraste, los bonos soberanos argentinos rinden actualmente alrededor del 11%, lo que implica que una compresión de entre 150 y 225 puntos básicos podría permitir al país regresar al mercado voluntario de deuda.

En ese contexto, los analistas destacaron que la clave no está solamente en bajar el riesgo país en términos numéricos, sino en modificar la percepción que los inversores tienen sobre Argentina. A su juicio, existe un sesgo negativo estructural hacia el país, debido al mal historial de pagos y a la recurrencia de crisis financieras, lo cual obliga a mirar más allá de los indicadores tradicionales.

Para Schroders, no basta con replicar las condiciones externas de otros países similares. La verdadera diferencia está en los fundamentos internos y en cómo se percibe la sostenibilidad económica en el mediano y largo plazo. En ese sentido, el foco no debe limitarse a acumular reservas, como suele sostenerse en el análisis convencional.

Las reservas, un factor importante pero no determinante

Los especialistas del bróker detallaron que, si bien la acumulación de reservas es una variable relevante para los mercados, no creen que sea una condición indispensable para que Argentina vuelva a financiarse a tasas razonables. En este punto, explicaron que el fortalecimiento reciente de las reservas, en parte impulsado por desembolsos del FMI y otros organismos, así como por la revaluación de activos como el oro y el yuan, ya ha brindado una base de respaldo inicial.

Además, indicaron que el actual esquema de flotación cambiaria dentro de bandas reduce la necesidad de acumular reservas en comparación con un sistema de tipo de cambio fijo o con controles estrictos. Esta menor dependencia permite pensar que el acceso al mercado no está atado exclusivamente a los niveles de reservas internacionales.

En tercer lugar, los analistas apuntaron que lo esencial para evaluar la sostenibilidad de la deuda es la permanencia del actual plan económico. En su visión, la consistencia de las políticas y su continuidad en el tiempo son más relevantes que el stock de reservas acumuladas. De ahí que otorguen más peso a factores como la estabilidad política y el resultado de los próximos procesos electorales.

En ese marco, desde Schroders subrayaron que tanto las elecciones legislativas de 2025 como las presidenciales de 2027 jugarán un rol determinante. Consideran que los inversores internacionales observarán con atención esos hitos, ya que el compromiso político con el rumbo económico será un factor decisivo para que el país recupere la confianza perdida.

Las verdaderas claves: crecimiento, superávit y tasas reales

Los expertos de Schroders explicaron que, al evaluar la capacidad de un país para refinanciar su deuda, lo central es analizar el crecimiento económico, el superávit primario y la tasa de interés real. Estas tres variables están interconectadas y se retroalimentan: un mayor crecimiento facilita el superávit fiscal, y ambos elementos permiten reducir las tasas reales exigidas por los inversores.

En el caso de Argentina, los analistas remarcaron que tanto el crecimiento como el resultado fiscal apuntan en la dirección correcta. Si esta tendencia se mantiene, debería impactar de forma positiva en la tasa de interés real, facilitando el acceso al financiamiento y mejorando la percepción del riesgo.

Desde la sociedad de bolsa agregaron que este escenario de mayor sostenibilidad fiscal y económica debería traducirse, eventualmente, en una caída del rendimiento exigido por los mercados para los bonos soberanos. Esto fortalecería la tesis de inversión actual sobre los títulos argentinos, que todavía ofrecen una prima importante frente a otros países con calificación similar.

De acuerdo con Schroders, si Argentina lograra una convergencia hacia países comparables con calificación promedio B- en los próximos 12 meses (cuando actualmente se encuentra en CCC+), los bonos soberanos en dólares podrían generar un retorno total superior al 20% en moneda dura. Esto refuerza, según su análisis, la idea de que la relación riesgo-retorno sigue siendo atractiva para los inversores con horizonte de mediano plazo.

Un horizonte condicionado por la política

Para Schroders, el retorno al mercado de deuda está profundamente condicionado por el plano político. A diferencia de otros actores que priorizan variables técnicas como la acumulación de reservas, los analistas de la sociedad de bolsa otorgan un peso significativo al resultado de los próximos procesos electorales, ya que entienden que la estabilidad política es clave para mantener el rumbo económico actual.

La continuidad del programa económico actual y su validación en las urnas será, a su juicio, un elemento determinante para que los inversores internacionales vuelvan a confiar en el país. Más allá de la coyuntura macroeconómica, los mercados valoran la previsibilidad y la permanencia de las políticas públicas en el tiempo.

La posibilidad de contar con acceso a financiamiento externo permitiría al país relegar la acumulación de reservas a un rol secundario. Si los mercados reabren sus puertas, la necesidad de contar con un alto colchón de divisas se reduce, ya que los vencimientos pueden ser refinanciados en mejores condiciones. Finalmente, sus expertos recordaron que los mercados son sensibles a señales políticas claras y consistentes. En ese sentido, consideran que Argentina aún tiene margen para construir un camino hacia la normalización financiera, pero ello dependerá en gran parte de la capacidad del gobierno actual y los futuros de consolidar un entorno económico y político confiable.



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