Acciones argentinas y bonos suben, tras nuevas medidas de Caputo

Los mercados financieros argentinos iniciaron la jornada del martes 10 de junio con un doble foco de atención: por un lado, la inmediata reacción a la nueva estrategia económica del Gobierno, diseñada para fortalecer las reservas internacionales sin una intervención directa en el mercado de cambios; por el otro, la creciente expectativa por una inminente decisión de la Corte Suprema de Justicia respecto a la condena de la expresidenta Cristina Kirchner.
Esta combinación de factores genera movimientos significativos: acciones y bonos soberanos en dólares registran alzas, reflejando una combinación de optimismo y mesura por parte de los inversores. Así, el índice Merval registra una suba del 2,7% este martes. En el panel líder, se destacan las subas de YPF (+4,5%), Metrogas (+4,1%) y Telecom (+3,3%).
El optimismo también alcanza a las acciones argentinas que cotizan en Wall Street. Los ADRs muestran mayoría de alzas, con YPF (+4,9%), Grupo Financiero Galicia (+3,7%), y Loma Negra (+3,2%) entre las primeras.
Con la misma tónica, en el segmento de renta fija, los bonos soberanos en dólares operan mayormente al alza, con el Global 2046 liderando las ganancias con una suba del 2,1%, seguido por el Bonar 41, con un incremento de 1,1%. En tanto, los títulos ajustados por CER en pesos muestran leves avances de hasta el 0,1%, con el TX26 a la cabeza de ese grupo.
Nuevos anuncios para fortalecer las reservas
Los recientes anuncios del Banco Central de la República Argentina (BCRA) y el Ministerio de Economía delinean un nuevo esquema financiero y monetario, que busca revertir la tendencia negativa y generar confianza en un entorno de alta incertidumbre. La iniciativa oficial, que no contempla, al menos por el momento, la compra directa de divisas en el mercado oficial, ha sido interpretada como una señal de prudencia y apego a las recomendaciones de organismos internacionales, buscando evitar distorsiones.
En lugar de la intervención directa, el Gobierno apuesta por mecanismos indirectos y más sofisticados para apuntalar las reservas, lo que ha generado cierto alivio en el sector financiero. Entre las medidas más destacadas, se encuentra la emisión de una nueva serie de Bonos para la Reconstrucción de una Argentina Libre (Bopreal), un instrumento diseñado específicamente para absorber pesos excedentes y, de esa manera, descomprimir la presión sobre el tipo de cambio y sobre la base monetaria.
Asimismo, se observa el regreso a operaciones de deuda en moneda extranjera bajo acuerdos REPO, tanto para el BCRA como para el Tesoro, lo que abre una vía adicional y flexible para la obtención de financiamiento en divisa dura, un recurso siempre escaso en el país.
Con la implementación de estos instrumentos, el Gobierno busca transmitir señales claras de disciplina fiscal y financiera, elementos cruciales para la sostenibilidad de cualquier programa económico a largo plazo.
Los mercados, que ya están evaluando con lupa cada paso de la administración, aguardan para ver si estas medidas logran consolidar un sendero de estabilidad y crecimiento, en un momento en que la economía argentina enfrenta desafíos significativos en varios frentes, no solo los puramente financieros, sino también los que se desprenden del complejo entramado político-judicial que atraviesa el país.
Estrategia de blindaje y política monetaria
La estrategia conjunta del BCRA y el Tesoro está claramente enfocada en la acumulación de reservas mediante la emisión de deuda y la optimización de los mecanismos de transmisión de la política monetaria, un pilar fundamental para la credibilidad económica. Para facilitar la entrada de divisas y ampliar la base de inversores, se ha habilitado la suscripción de subastas de bonos del Tesoro en dólares tanto para inversores locales como extranjeros, con un límite mensual de u$s 1.000 millones. Esta medida busca atraer capital fresco al país y aliviar la presión sobre el balance del Banco Central, que históricamente ha luchado por mantener niveles adecuados de activos externos.
Además, en un movimiento que ha sido bien recibido por el sector financiero, se ha eliminado el período de retención de seis meses para la deuda en moneda local que regía para los inversores extranjeros. Esta decisión busca dinamizar el mercado de capitales local y hacerlo más atractivo para la inversión foránea, removiendo una traba que generaba distorsiones. Esta flexibilización, largamente demandada por los participantes del mercado, podría incentivar un mayor flujo de fondos hacia instrumentos denominados en pesos, contribuyendo a la estabilidad financiera y a la profundización del mercado local.
En un paso estratégico para el fortalecimiento de las reservas y en línea con los compromisos asumidos, el BCRA anunció que el miércoles se realizará una operación de repo (préstamo con bancos) por u$s 2.000 millones. Esta acción está en concordancia con lo acordado en el programa con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y representa un paso significativo hacia el cumplimiento de las metas de acumulación de reservas, un hito clave para la revisión de las metas. Aunque este monto es considerable, se estima que el Banco Central aún necesita otros u$s 3.000 millones en reservas, adicionales a los fondos del repo, para alcanzar sus objetivos y consolidar la posición externa del país, lo que indica que el camino hacia la estabilidad aún requiere de esfuerzos adicionales.
En el ámbito de la política monetaria, el BCRA también anunció la recompra de “puts” emitidos sobre deuda en pesos, cuyo stock subyacente se estima en ARS 7 billones, una medida clave para reordenar la hoja de balance del ente monetario. Asimismo, se dispuso un aumento en los encajes para depósitos en pesos y un canje de instrumentos overnight (LEFIs) por Letras del Tesoro a corto plazo (LECAPs), buscando una gestión más eficiente de la liquidez bancaria. También se informó sobre una nueva emisión de Bopreal, diseñada para captar stocks de pesos provenientes de dividendos retenidos, lo que permitirá al BCRA manejar la liquidez en el corto plazo. Se espera que estas medidas generen una caída en las tasas del mercado monetario y de repos, mientras que las tasas de largo plazo podrían experimentar un incremento, en un proceso de reacomodamiento de la curva de rendimientos.
El factor judicial: el impacto del fallo contra Cristina Kirchner
Paralelamente a los movimientos económicos, el ojo de los mercados está firmemente puesto en la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que se reúne este martes en su acuerdo semanal para abordar temas de alta trascendencia. Sobre la mesa del máximo tribunal se encuentra la posibilidad de confirmar la condena contra la expresidenta Cristina Kirchner en el expediente conocido como “Vialidad”. Este caso, que investigó el presunto direccionamiento de obras viales en Santa Cruz en favor del empresario Lázaro Báez, no solo tiene implicaciones legales profundas, sino que su resolución se espera que tenga un impacto considerable en el panorama político y, por extensión, en la percepción de riesgo del país, afectando la confianza de los inversores.
La Corte Suprema debe resolver si confirma o revoca la condena a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos que fue dictada por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 2 en diciembre de 2022 y posteriormente confirmada por la Sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal en noviembre de 2023. Si bien el máximo tribunal no tiene plazos perentorios para expedirse, el fallo podría ser inminente y, según las fuentes judiciales, resultaría en una confirmación de la condena.
De confirmarse el fallo de Casación, la condena quedaría firme y en condiciones de ser ejecutada, un hito en la historia judicial argentina para una figura de semejante envergadura política. Esto significa que la expresidenta, actual titular del Partido Justicialista, se enfrentaría a la inhabilitación para ocupar cargos públicos, lo que sin duda alteraría el tablero político de cara a futuras elecciones y generaría un fuerte debate sobre la capacidad de liderazgo dentro de su espacio.
La trascendencia de este veredicto no solo radica en sus implicaciones legales directas, sino también en el mensaje que enviaría a la ciudadanía y a los inversores sobre la institucionalidad, la independencia de poderes y el respeto por el estado de derecho en Argentina, factores que son cruciales para la atracción de capitales.
La intersección de la política y la economía
La dinámica de los mercados argentinos, en este martes crucial, se nutre de una compleja interacción entre las decisiones de política económica y los desarrollos del ámbito judicial, donde el fallo contra la expresidenta Cristina Kirchner emerge como un evento de alto impacto. Los inversores, tanto locales como extranjeros, no solo evalúan la efectividad de las nuevas medidas del BCRA y el Tesoro para estabilizar la macroeconomía, sino que también sopesan el impacto que una condena firme podría tener en la estabilidad política y la percepción de riesgo del país. En este escenario, la certeza jurídica y la previsibilidad institucional se convierten en activos tan valiosos como las propias reservas internacionales.
Las señales de orden fiscal y monetario que busca transmitir el Gobierno son cruciales para generar confianza, especialmente en un contexto de alta volatilidad y desconfianza histórica. Sin embargo, estas medidas económicas se ven inmersas en un ambiente político cargado, donde la resolución de causas judiciales de alto perfil puede generar ondas expansivas. Una condena firme contra una figura política de la talla de Cristina Kirchner podría ser interpretada por algunos sectores del mercado como una señal de mayor institucionalidad y un fortalecimiento del estado de derecho, lo que en teoría podría resultar en una mejora de la percepción de riesgo.
No obstante, otros analistas advierten que la judicialización de la política también puede generar inestabilidad y confrontación, lo que a su vez podría disuadir inversiones y exacerbar la incertidumbre. La forma en que se maneje la implementación de la condena, si esta es confirmada, y las reacciones políticas que genere, serán determinantes para los próximos movimientos del mercado. El desafío para el gobierno será demostrar que, a pesar de los vaivenes políticos, existe un sendero claro y sostenible hacia la estabilidad económica y la predictibilidad jurídica.
En definitiva, la jornada del martes 10 de junio no es una más para la economía argentina. Es un día donde las cifras y los indicadores financieros se entrelazan indisolublemente con los destinos de la política y la justicia. Los ojos del mercado están puestos no solo en la evolución de los bonos y acciones, sino también en el veredicto de la Corte Suprema, sabiendo que la conjunción de estos eventos definirá, en gran medida, el rumbo de Argentina en los próximos meses.