condominios ganan terreno versus casas en barrios cerrados

La demanda habitacional en zonas suburbanas viene atravesando una transformación significativa. Cada vez más personas buscan viviendas prácticas, seguras y con amenities, pero sin los altos costos de mantenimiento que supone una casa en un barrio cerrado. En este nuevo contexto, el crecimiento sostenido de la oferta de departamentos no es casual: responde a la evolución de los distintos submercados y a la necesidad de opciones más accesibles, alineadas con nuevos estilos de vida que cobraron fuerza tras la pandemia.
El interés por propiedades de mediana densidad proviene de distintos perfiles: jóvenes que crecieron en familias que se mudaron al Gran Buenos Aires y, ya independizados, eligen seguir en la zona por su calidad de vida; familias que se reorganizan tras la partida de sus hijos o por divorcios; y trabajadores de sectores como salud, educación y servicios, que buscan habitar cerca de sus empleos, cada vez más descentralizados hacia el conurbano.
Versus las casas, entre las ventajas más valoradas de los departamentos se destacan la menor inversión inicial y los gastos fijos reducidos. “El ticket es más accesible y se achican los costos de mantenimiento y expensas”, señala Ignacio O’Keefe, director de la inmobiliaria O’Keefe. Con el plus de contar con seguridad y amenities como piscina, gimnasio o incluso playa, sin asumir las complicaciones en la gestión.
“Los departamentos de muchos emprendimientos suelen estar estratégicamente ubicados, con vistas privilegiadas y proximidad a áreas comunes. Esto permite disfrutar del entorno con un estilo de vida más relajado y eficiente, sin renunciar al confort”, suma Esteban Edelstein Pernice, socio de Castex. Un ejemplo claro es Greenville Spring, en la zona sur del GBA, donde los departamentos parten desde los u$s138.280. El emprendimiento ofrece unidades de hasta 4 ambientes y 282 m², con la posibilidad de acceder a precios especiales por pago al contado.
Casas en barrios versus departamentos en condominios: ¿qué conviene?
Con los mismos metros cuadrados, pero propuestas muy diferentes, las casas y los condominios, tanto dentro como fuera de los barrios cerrados, presentan contrastes marcados en términos de inversión, mantenimiento y estilo de vida.
Entonces, ¿qué conviene más: una casa de 250 m2 con pileta propia o un departamento del mismo tamaño en un complejo con amenities compartidos? La respuesta depende del presupuesto, las prioridades y el uso que cada familia proyecta para su vivienda.
Una casa de ese tamaño con piscina en un barrio cerrado “puede estar en un rango cercano a los u$s500.000, dependiendo del lote, las terminaciones y el emprendimiento”, detalla Edelstein. En contraste, un departamento de tres dormitorios en un complejo con amenities “requiere aproximadamente la mitad de esa inversión”.
Por citar un ejemplo concreto, en el barrio cerrado de Hudson, “una casa de cuatro ambientes puede conseguirse a partir de u$s470.000, mientras que un departamento con igual cantidad de habitaciones parte desde u$s360.000“, puntualiza O’Keefe. Esta diferencia refleja no solo el costo inicial, sino también los gastos asociados y el modo de vida que ofrece cada opción.
En materia de conservación, los costos suelen ser comparables, aunque con diferencias en la gestión. Mientras que en los departamentos los gastos individuales por jardinería o pileta quedan cubiertos por las expensas, que incluyen el cuidado de las áreas comunes, en las casas existen muchas más variables, tanto en el mantenimiento regular como en reparaciones extraordinarias por fallas o daños.
Factores que impulsan la elección de departamentos
Hoy, el público que demanda viviendas en el área suburbana es mucho más diverso que hace 30 años, cuando la construcción de las autopistas impulsó el crecimiento inicial de estas zonas alrededor de Buenos Aires. Actualmente, los suburbios se han consolidado como ciudades desarrolladas y, en muchos casos, funcionan como núcleos urbanos autónomos, independientes de la capital.
Hay un cambio cultural y demográfico en curso. “Los departamentos en barrios privados permiten vivir rodeados de verde, con seguridad y amenities, pero sin los desafíos de mantener una casa. También se suman inversores que buscan productos con buena rentabilidad y liquidez, o familias que eligen esta opción como primera vivienda o segunda propiedad para el fin de semana“, suma Edelstein Pernice .