Un juez desestimó una demanda contra Meta por usar libros para entrenar a una Inteligencia Artificial | En Estados Unidos

Unl juez federal de Estados Unidos, Vince Chhabria, desestimó ayer una demanda de 13 escritores contra Meta Platforms por robar sus obras para entrenar a Llama, una de sus inteligencias artificiales. Este fallo fue el segundo de la semana en San Francisco que dio de baja reclamos de escritores frente a la industria de las nuevas tecnologías.
De todas formas, Chhabria justificó su decisión debido a que los escritores “hicieron los argumentos equivocados” pero advirtió que su fallo solo tomó en cuenta este caso y aseguró que “este fallo no representa la proposición de que el uso de materiales protegidos por derechos de autor por parte de Meta para entrenar sus modelos de lenguaje sea legal”.
Por lo tanto, el juez federal solo afirmó que los integrantes de la demanda “no desarrollaron un expediente para sustentar correctamrente la demanda”, pero no legitimó la actividad de Meta para entrenar a su IA.
El grupo de escritores demandantes estaba compuesto por Sarah Silverman, Jacqueline Woodson, Ta-Nehisi Coates, Richard Kadrey, Andrew Sean Greer, Rachel Louise Snyder, David Henry Hwang, Laura Lippman, Matthew Klam, Junot Díaz, Lysa TerKeurst, Christopher Golden y Christopher Farnsworth.
Estos expidieron un comunicado posterior al fallo donde consideraron que “el tribunal dictaminó que las empresas de IA que ‘alimentan con obras protegidas por derechos de autor sus modelos sin obtener permiso de los titulares de los derechos de autor o pagar por ellas’ están violando la ley”, a pesar del fallo favorable a la empresa tecnológica. “Respetuosamente no estamos de acuerdo con esa decisión”, finalizaron el escrito los autores.
En la vereda contraria Meta sí apoyó la definición judicial también mediante otra comunicación a través de sus redes sociales. “Los modelos de IA de código abierto están impulsando innovaciones transformadoras, productividad y creatividad para individuos y empresas, y el uso justo del material protegido por derechos de autor es un marco legal vital para construir esta tecnología transformadora“, comentaron al respecto.
Sin embargo, la devolución de Chhabria no debe ser únicamente un festejo para los desarrolladores de Inteligencia Artificial dado que el juez reconoce varias veces en el fallo que estas empresas son infractores seriales de los derechos de autor, tanto en referencia a libros como a otras obras artísticas y culturales de autoría humana. En el marco de que “se espera que estos productos generen miles de millones”, Chhabria advirtió que las empresas “encontrarán una manera de compensar a los titulares de derechos de autor por ello”.
La discusión judicial
En los argumentos previos al fallo, los escritores habían catalogado a Meta como el “responsable de una infracción masiva de derechos de autor” al haber obtenido sus libros ilegalmente y enviárselos a Llama para alimentarla. Estos pasajes literarios son necesarios para la IA ya que le enseñan a los chatbots los patrones del lenguaje humano. En la misima sintonía los abogados de la querella señalaron que “Meta podría y debería haber pagado” para comprar los escritos y sus licencias.
En respuesta la empresa tecnológica destacó que la ley de derechos de autor en Estados Unidos “permite la copia no autorizada de una obra para transformarla en algo nuevo”, como podría ser esta IA. A su vez, mencionaron que Llama es sumamente diferente a los libros tomados.
“Todavía no hay evidencia de que alguien haya usado Llama como sustituto para leer los libros de los demandantes, o que incluso pudiera”, esgrimieron los letrados para defender a sus clientes. Incluso explicaron que Llama no podría replicar los libros enteros ni siquiera si se lo pidieran, por lo que no puede convertirse por sí misma en fuente de plagio o algo similar.
Respecto a la ilegal adquisición de los libros, Meta razonó que “no tiene relación con la naturaleza y el propósito de su uso”, pero que el resultado sería el mismo que si hubiera conseguido los escritos vinculándose con bibliotecas. Esta explicación no dejó satisfechos a los abogados querellantes. Los representantes legales de los escritores respondieron que “robar obras protegidas por derechos de autor de Internet para beneficio propio siempre ha sido ilegal” y criticaron la facilidad con que la empresa de Mark Zuckerberg decide apropiarse ilegalmente de bases de datos pirateadas.
La jurisprudencia reciente
El pasado lunes el juez federal del Distrito Norte de California, William Alsup, determinó que la empresa propietaria de la IA Anthropic no violó la ley cuando entrenó a su chatbot, Claude, utilizando millones de libros protegidos por los derechos de autor.
En la ley norteamericana que una Inteligencia Artifical se apropie de centenares o miles de obras escritas para reutilizar sus fragmentos al producir textos a futuro está encuadrado dentro del “uso justo” que prevé la ley de derechos de autor. Alsup catalogó esto en su fallo como “esencialmente transformador” de las obras que consumió y no que solamente las replica.
El caso anterior había sido llevado adelante por la denuncia presentada en agosto de 2024 por parte de escritores como Andrea Bartz, Charles Graeber y Kirk Wallace Johnson. Sin embargo, Alsup se diferenció de su colega Chhabria y dictaminó que los poseedores de Anthropic si hicieron un uso legal de los libros que adquirieron de forma ilegítima. Por ese motivo esta empresa sí deberá ir a juicio por la ilegalidad con la que se apropió de esos libros.