7 restaurantes donde se puede comer muy bien y barato

Salir a comer afuera se volvió, para muchos argentinos, un lujo. Según el INDEC, en mayo el rubro “Restaurantes y hoteles” fue el segundo que más aumentó sus precios (3%), y una encuesta de Kantar reveló que el 76% de los consumidores redujo la frecuencia de sus salidas. Aun así, en la Ciudad de Buenos Aires hay excepciones que desafían la estadística: restaurantes que, contra todo pronóstico, siguen llenando sus mesas cada noche.
Algunos apuntan a un público ABC1 que no ajustó hábitos, pero otros lo logran con una fórmula simple y poderosa: cuidar el precio sin resignar calidad. “Siempre buscamos mantener una buena relación entre calidad y precio. Queremos que el costo de un plato o de un vino nunca sea un impedimento para que nuestros clientes disfruten, se animen a probar algo nuevo o simplemente pasen un buen momento. Por eso trabajamos con productos frescos y de estación, y hacemos de esa lógica una parte central de nuestra propuesta. Si notamos que algo se aleja de lo que nuestros comensales valoran, no dudamos en sacarlo de la carta”, explican desde Condarco, el restaurante de Chacarita que lidera el cocinero Pablo Fridman.
Allí, como en otros seis casos que se repasan en esta nota, el secreto está en los detalles, los productos de estación y una propuesta honesta que todavía seduce.
A continuación, siete restaurantes —entre bodegones, proyectos de autor y cocinas del mundo— que logran lo que muchos buscan: salones llenos en tiempos de bolsillos vacíos.
1- Condarco
Pablo Fridman comenzó cocinando a puertas cerradas en su casa de Paternal, sobre la calle que le dio nombre al proyecto. En 2021, el restaurante encontró su lugar definitivo en una esquina de Chacarita y desde entonces mantiene una clientela fiel. ¿La clave? Que los comensales puedan disfrutar sin preocuparse por la cuenta.
“Nos apoyamos en tres pilares: productos de temporada trabajados con técnica y creatividad, vinos bien elegidos para acompañar (o para llevar), y una buena relación entre calidad y precio“, resume Fridman.
Hoy sirven a unas 80 personas por día, con un ticket promedio que ronda los $27.000 por persona.
Dirección: Av. Dorrego 901, Chacarita.
Sirve 80 cubiertos diarios y mantiene precios accesibles con cocina de estación y vinos elegidos
2. Gordo Chanta
Durante la pandemia, Juan Carlos Ortíz improvisó un horno de barro en su casa y comenzó a vender pizzas por delivery. En 2022, el proyecto tomó forma definitiva con un local propio en Velasco y Darwin, pleno corazón del nuevo polo gastronómico de Villa Crespo.
En una ciudad con una tradición pizzera arraigada, Gordo Chanta buscó diferenciarse con masas cuidadas, ingredientes estacionales y una carta que va más allá de la clásica combinación con cerveza.
“Preferimos acompañar con vinos de pequeñas bodegas, ofrecer platitos que cambian según la temporada y hasta elaboramos nuestros propios helados”, cuenta Ortíz.
El ticket promedio ronda los $20.000 por persona y cada semana atienden entre 400 y 500 comensales.
Dirección: Juan Ramírez de Velasco 1200, Villa Crespo.

Con 500 comensales semanales, ofrece pizzas con masa casera, vinos boutique y helados propios
3. Olivera
Con milanesas que se roban el protagonismo y empanadas caseras que no se quedan atrás, Olivera es uno de esos bodegones que resisten. “Nuestra comida es la que uno espera cuando se sienta en un bodegón de barrio: sabrosa, generosa y sin pretensiones”, dice Leonardo Díaz, al frente de la cocina.
Ubicado en una esquina con historia —que en 1943 funcionaba como un cafetín de inmigrantes españoles—, hoy se define como un homenaje a la mejor cocina porteña: esa que combina tradición con algún giro sutil y precios cuidados.
El ticket promedio es de $20.000 por persona, con pensados platos para compartir, y cada semana despachan unos 400 cubiertos.
Dirección: Av. Olivera 901, Parque Avellaneda.

Bodegón de Parque Avellaneda con milanesas XXL y platos para compartir desde $20.000 por persona
4. Barra Chalaca
Cuando el reconocido chef peruano Gastón Acurio abrió Astrid y Gastón en Buenos Aires hace dos décadas, conquistó paladares exigentes con una propuesta de alta gama. Pero fue recién con Barra Chalaca —abierto en 2020— que logró democratizar esa excelencia culinaria en clave accesible.
Inspirado en el espíritu de las barras cebicheras limeñas, el local ofrece una carta repleta de sabores intensos y porciones generosas: tiraditos, cebiches, causas, piqueos, sándwiches y arroces, todo en formato street food, con platos pensados para compartir. La ambientación es relajada, con sillas de madera clara, paredes intervenidas con frases y objetos, y salsa como banda sonora.
Con un ticket promedio de $33.000 por persona, Barra Chalaca recibe alrededor de 1.300 comensales por semana. Entre los favoritos están el cebiche chalaco, las tortitas de choclo con cebiche cremoso, los wantacos rellenos de tartar de trucha y palta nikkei, y el arroz bachiche con ají amarillo, mariscos y pescado.
Direcciones: Arévalo 1392, Palermo; Montañeses 2599, Belgrano.

Recibe 1.300 comensales por semana con platos peruanos intensos, generosos y para compartir
5. Mondongo y Coliflor
Hace un par de años, Mondongo y Coliflor irrumpió en Parque Chacabuco, un barrio con poca oferta gastronómica salvo algunas excepciones. Este proyecto es liderado por un grupo de cuatro amantes de la cocina tradicional porteña que se unieron para rescatar clásicos olvidados como el guiso de mondongo. “Creemos que la belleza está en el sabor y no en acomodar las cosas con pinzas. Apuntamos a ser una cantina de barrio que expresa, a través de su comida sencilla, la esencia de la gastronomía porteña”, explica el conocido guionista argentino y actor, “Cabito” Massa Alcántara.
Ubicado en una esquina con más de 100 años de historia como bar y restaurante, ofrece un ticket promedio de $25.000 y atiende entre 900 y 1.000 comensales semanales. Los platos más elegidos son el osobuco de cerdo braseado con puré de papas para compartir, la carne al horno con papas y batatas, la entraña, la ternera a la napolitana y, por supuesto, las famosas empanadas de mondongo, que son un hit todo el año.
Además, de lunes a viernes, el menú del día con postre y bebida cuesta $13.500, una opción popular entre los vecinos.
Dirección: Del Barco Centenera 1698, Parque Chacabuco.

Cantina porteña con menú del día a $13.500 y más de 900 cubiertos semanales en Parque Chacabuco
6. Liliana Helueni
Desde hace 23 años, Liliana Helueni ofrece cocina árabe con raíces sefardíes en Monserrat. Su historia está ligada al oficio: su abuelo tenía un almacén de frutas secas y especias, y su padre abrió un local de cocina árabe cuando ella era niña, donde fue aprendiendo el oficio que hoy la identifica.
El restaurante, ubicado en Santiago del Estero y Alsina, es atendido actualmente por Liliana y su hija Mariel. En un ambiente sencillo y sin pretensiones, ofrecen una variedad de platos. El menú ejecutivo, favorito indiscutido, cuesta $12.500 e incluye bebida y una entrada entre opciones como boios de verdura, sembuzak, knishes o tabulé, además de un plato principal.
Los fines de semana, la picada árabe es la estrella: un festín de bocaditos con aceitunas, falafel, pepinos, pan pita y niños envueltos, que no supera los $20.000 por persona.
Dirección: Santiago del Estero 244, Monserrat.

Desde hace 23 años sirve cocina árabe casera; su menú ejecutivo cuesta $12.500 con bebida incluida
7. Tony Wu
Tony Wu es parte del boom de la cocina asiática en Buenos Aires. Es la última apertura de José Delgado y Thomás Nguyen, el equipo detrás del exitoso restaurante vietnamita Cang Tin. Esta cantina china moderna se destacó rápido entre el público foodie gracias a su respeto por la tradición, combinada con una propuesta fresca y actual.
“Quisimos recuperar esos sabores milenarios tan conocidos en todo el mundo y ofrecerlos en platos bien elaborados, con ingredientes de calidad y a precios accesibles”, explica José Delgado, también dueño del izakaya Yakinilo. “Desde el inicio, Tony Wu fue pensado para un público amplio, para que todos puedan conocerlo. Buscamos generar una experiencia equilibrada que combine lo mejor del producto, un servicio cuidado y una ambientación atractiva, todo a un precio accesible“.
Agrega que la idea fue crear “un restaurante con espíritu de bar, que le dé a la salida ese valor agregado de vivir dos experiencias en una: un híbrido donde vas a cenar, pero también te sentís en un plan más nocturno y relajado. Queremos que quienes vengan tengan una experiencia cuidada y completa, sin precios excluyentes“.
Hoy reciben alrededor de 90 comensales diarios, con un ticket promedio de $38.000 por persona.
Dirección: Loyola 851, Villa Crespo.

Cantina asiática moderna con 90 comensales diarios y una propuesta sabrosa, nocturna y accesible
Salir a comer afuera en la Ciudad de Buenos Aires puede ser un desafío para el bolsillo, pero estos siete restaurantes demuestran que es posible encontrar propuestas atractivas y accesibles. A través de una cuidadosa selección de productos, atención a los detalles y un equilibrio entre precios y calidad, logran mantener sus salones llenos aún en tiempos difíciles.