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cambios clave en sueldo y en indemnización y sus efectos en el bolsillo



El Gobierno de Javier Milei impulsa una profunda transformación del sistema laboral argentino, con el objetivo declarado de fomentar la contratación formal y reducir los costos que enfrentan las empresas al desvincular personal. La iniciativa de esta reforma laboral, que forma parte del DNU 70/2023 y fue reglamentada por el Decreto 847/2024, modifica aspectos centrales de la legislación laboral vigente y plantea nuevas formas de calcular y pagar las indemnizaciones por despido.

Entre los cambios más destacados figuran la ampliación del período de prueba, la posibilidad de reemplazar la indemnización tradicional por un sistema de fondo de cese laboral y la redefinición de los componentes salariales que se tienen en cuenta al momento de calcular una desvinculación.

Reforma laboral: el cambio en el sueldo al que apunta el Gobierno

La reforma laboral es una de las condiciones estructurales que impuso el Fondo Monetario Internacional (FMI) a la Argentina en el último acuerdo firmado en abril. Incluye reformas laboral, impositiva y previsional y un nuevo esquema de coparticipación.

El organismo puso como condición que se implementen una serie de flexibilizaciones para negociar salarios y simplificar los vínculos entre las empresas y sus trabajadores. En un informe, el Fondo sostuvo la necesidad de una reforma laboral integral “para fomentar la competencia y el empleo formal” del país.

En este contexto, el oficialismo tiene en carpeta en el Congreso un proyecto que busca para modificar, entre otras cuestiones, la ley de contrato de trabajo. Uno de quienes habló sobre el tema fue el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger. 

El funcionario planteó, en su momento, algunas de las cuestiones que le interesa establecer al Ejecutivo. Puso el foco sobre la “rigidez laboral” que existe en el país y comparó la situación con otros estados como Alemania. Así, deslizó que se debería modificar la negociación del sueldo, tomando como parámetros las regiones y la productividad.

“Argentina tiene un arreglo salarial que es el mismo para todo el territorio nacional y eso le impone al mercado laboral una rigidez que no permite ni siquiera tomar en cuenta las condiciones regionales o de productividad”, dijo en una reunión ante empresarios.

El  funcionario comparó a la Argentina con Alemania, que tiene negociaciones salariales que son regionales. De este modo, dejó en claro que “en algún momento esta rigidez la tendremos que plantear”, y habló de la reforma laboral que está frenada por la justicia.

“Argentina tiene negociaciones salariales que son sectoriales nacionales. Alemania tiene negociaciones salariales que son regionales. Otro país que tiene el mismo sistema que Argentina es Italia”, explicó el funcionario. En este sentido, el Gobierno pondría bajo análisis los actuales convenios colectivos de trabajo. 

El nuevo modelo: fondo de cese laboral en lugar de indemnización por despido

Uno de los puntos centrales de la reforma que afecta el bolsillo del trabajador es la creación de sistemas alternativos a la tradicional indemnización por despido. A partir de ahora, los convenios colectivos podrán establecer regímenes diferentes, como un fondo de cese laboral o un seguro privado que cubra el costo de la desvinculación.

La Comisión Nacional de Valores (CNV) reglamentó el nuevo Sistema de Cese Laboral, el que refleja el direccionamiento que el Gobierno le quiere dar al mercado laboral.

El sistema permite a los empleadores y trabajadores sustituir la indemnización por antigüedad prevista en el artículo 245 de la Ley de Contrato de Trabajo N° 20.744, así como otros rubros indemnizatorios. Se establecerá por medio del Convenio Colectivo de Trabajo y deberá administrarse a través de Fondos Comunes de Inversión Abiertos (“FCI”) o Fideicomisos Financieros (“FF”).

La modalidad que busca impulsar Milei consiste en una suerte de seguro de despido o desempleo. Este esquema impactaría en los empleados que fueron contratados luego de la aprobación de la reforma laboral en julio del año pasado. En este cambio se toma como modelo el fondo de cese laboral de la industria de la construcción, donde el porcentaje del aporte llega al 12% del salario bruto del trabajador durante el primer año de duración del contrato y es del 8% a partir del segundo.

Este sistema supone que el empleador debe contribuir con una suma adicional acordada en una negociación entre la empresa y los sindicatos. El monto, plazos y modalidades de las indemnizaciones por despido dependerán de lo que se acuerde en este nuevo sistema.

Además, los trabajadores podrán realizar aportes adicionales en el Sistema de Cese Laboral. No hay ninguna garantía mínima respecto del monto de la indemnización por despido.

El Sistema de Fondo de Cese se establecerá por medio del Convenio Colectivo de Trabajo y deberá administrarse a través de Fondos Comunes de Inversión Abiertos o Fideicomisos Financieros.

En el texto se establece la suscripción de cuotapartes provendrá exclusivamente de aportes de empleadores y/o trabajadores. Además, se limitará la concentración de inversiones por industria a un máximo del 30% del patrimonio neto del fondo, y no se permitirá invertir en valores emitidos por los propios empleadores aportantes.

Cómo impacta en el bolsillo de un trabajador este nuevo sistema

Para entender la diferencia entre el modelo tradicional y el fondo de cese, vale la pena observar un ejemplo concreto:

Un trabajador con un sueldo bruto de $1.000.000 y 5 años de antigüedad:

Con indemnización tradicional:

  • Recibiría 5 sueldos por año trabajado
  • $1.000.000 × 5 = $5.000.000 (sin contar aguinaldo ni adicionales, ya excluidos del cálculo por la reforma).

Con fondo de cese laboral (8% mensual):

  • La empresa habría aportado $80.000 por mes (8% de $200.000).
  • En 60 meses: $4.800.000, a lo que podrían sumarse intereses si el fondo genera rentabilidad.

En la práctica, las cifras pueden ser similares, pero con una diferencia clave: la indemnización tradicional se paga en un solo acto al momento del despido, mientras que el fondo de cese se construye mes a mes y da mayor previsibilidad a la empresa.

Para el trabajador, dependerá de la estabilidad del sistema y de los intereses que se acumulen a lo largo del tiempo.

Una reforma que se definirá en los convenios

Aunque el DNU establece el marco general, su implementación dependerá en gran medida de las negociaciones colectivas. Los gremios y las cámaras deberán acordar si adoptan estos nuevos mecanismos o si mantienen el esquema indemnizatorio tradicional. Lo que está claro es que el Gobierno busca promover un mercado laboral más “dinámico”, con menos costos asociados al despido y un régimen más previsible para los empleadores.

Mientras tanto, la discusión en torno a la reforma sigue abierta, tanto en el plano político como en el judicial, donde ya se han presentado presentaciones en contra del DNU. Pero más allá de los debates, el modelo que plantea el oficialismo ya empieza a delinear un nuevo escenario para las relaciones laborales en Argentina.





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