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Sin gas en 7 provincias: el Gobierno extiende el corte de GNC | Prorrogan por 24 horas más la interrupción del suministro



El termómetro se desplomó, pero las tensiones suben. En plena ola polar, miles de usuarios de distintas provincias quedaron sin Gas Natural Comprimido (GNC) y con severas restricciones en el suministro domiciliario. El gobierno nacional, lejos de ofrecer explicaciones claras o una conferencia pública, prorrogó por 24 horas más el corte de GNC, mientras las estaciones de servicio y la industria lidian con el parate.

La medida, dispuesta originalmente por 24 horas, se extendió sin previo aviso y mantiene en vilo a Mendoza, Córdoba, Cuyo, La Pampa, Río Negro, Neuquén y el norte argentino. Desde el Ente Nacional Regulador del Gas (ENARGAS) y CECHA –la cámara de expendedores– confirmaron que la decisión busca sostener el abastecimiento domiciliario, que explotó en consumo por la ola de frío polar.

El miércoles, el país rozó un récord histórico de demanda prioritaria, con 100 millones de metros cúbicos diarios. La crisis energética se profundizó por una combinación peligrosa: falta de inyección desde Vaca Muerta, problemas en el sistema de transporte y el impacto de la obra pública paralizada.

Taxistas y ciudades al límite

Los más afectados son los transportistas que dependen del GNC. En Córdoba, Mendoza y Neuquén, los taxistas debieron parar o hacer colas de más de dos horas para cargar combustible. Mar del Plata atraviesa su propio drama: se cortó incluso el gas domiciliario, una medida extrema pocas veces registrada.

Desde CECHA, su titular Isabelino Rodríguez advirtió que aunque el sistema “se va restableciendo de a poco”, el panorama sigue incierto. “Habrá corte hasta mañana, pero todo depende de la temperatura”, explicó. Algunas estaciones de servicio ya retomaron parcialmente la carga, pero otras esperan decisiones del Comité de Crisis.

El silencio oficial

Lo llamativo es la ausencia de una voz oficial que explique el alcance de la situación. Sin partes diarios ni conferencias, la información llega a cuentagotas. La incertidumbre crece junto al frío, mientras en las ciudades se multiplican los reclamos.

Mientras desde el gobierno rezan para que suba la temperatura y afloje la demanda, los ciudadanos siguen esperando respuestas concretas en medio de temperaturas extremas y sin certezas sobre cuándo volverá el servicio. Lo que sí quedó claro, una vez más, es la fragilidad del sistema energético y el impacto de la obra pública paralizada. Como cada invierno, el país se congela, pero esta vez también por el silencio oficial.

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