El sarampión resurge de manera histórica en EE UU en medio de polémicas declaraciones de Kennedy

Estados Unidos enfrenta su peor epidemia de sarampión en más de tres décadas, según un estudio realizado por la Universidad Johns Hopkins. El informe señala que la mayoría de los casos se presenta en personas no vacunadas. Los especialistas advierten que el perfil antivacunas de Robert F. Kennedy Jr., titular del Departamento de Salud, podría agravar aún más la crisis sanitaria.
Hasta el pasado 7 de julio, se habían registrado 1,281 casos de sarampión en el país, una cifra que supera los 1,274 contagios reportados durante todo 2019. Estos datos provienen del US Measles Tracker, una herramienta de monitoreo desarrollada por el Centro Internacional de Acceso a Vacunas (IVAC) de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de Johns Hopkins.
La enfermedad fue declarada eliminada en Estados Unidos en el año 2000. No obstante, el número de infecciones actuales representa el nivel más alto desde 1992.
En lo que va del año, al menos tres personas han fallecido a causa del virus, entre ellas, dos menores de edad. La última muerte infantil provocada por esta infección en territorio estadounidense se había reportado en 2003, tres años después de que el sarampión fuera oficialmente erradicado gracias a las campañas de inmunización.
La mayoría de los casos se concentra en Texas, particularmente entre personas no vacunadas o con un historial de vacunación desconocido. Los contagios afectan a personas de diferentes grupos etarios, lo que sugiere que el brote se ha desarrollado durante varios años debido a deficiencias persistentes en los programas de vacunación, según el análisis del estudio.
“El brote actual subraya la importancia de mantener niveles adecuados de cobertura vacunal. Estados Unidos corre el riesgo de perder su estatus como país libre de sarampión si los casos continúan aumentando a este ritmo. Ante el debilitamiento de la confianza en las vacunas, la inmunización es más crucial que nunca para controlar esta emergencia y evitar futuros brotes”, advirtió William Moss, codirector del proyecto US Measles Tracker.
Un brote de sarampión histórico y las dudas sembradas por RFK Jr.
El sarampión es una infección viral considerada una de las más contagiosas a nivel mundial. Se transmite por contacto con secreciones respiratorias infectadas o por vía aérea. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el virus puede permanecer activo en el aire o en superficies contaminadas hasta por dos horas. Una persona infectada puede contagiar a nueve de cada 10 contactos cercanos que no estén inmunizados.
Si bien cualquier persona no vacunada puede adquirir la enfermedad, los niños son los más vulnerables. El virus afecta inicialmente las vías respiratorias. Los síntomas comienzan con fiebre alta, tos persistente, abundante secreción nasal y una erupción cutánea que se extiende por todo el cuerpo.
No existe un tratamiento específico contra el sarampión. La atención médica se enfoca en aliviar los síntomas y prevenir complicaciones. En algunos casos, se administran antibióticos para combatir infecciones secundarias. La vacunación masiva sigue siendo la herramienta más efectiva para prevenir la enfermedad. Sin embargo, la disminución de la cobertura vacunal a nivel global ha contribuido al resurgimiento del sarampión en distintas regiones.
Esta tendencia resulta particularmente alarmante en Estados Unidos, debido a las posturas contradictorias expresadas por las autoridades gubernamentales de salud. Robert F. Kennedy Jr. ha reconocido que las vacunas “sí previenen infecciones” y ha recomendado su uso en comunidades con baja cobertura, como los menonitas.
No obstante, sostiene que la vacunación debe ser una decisión personal y no una obligación impuesta. El funcionario ha difundido reiteradamente información falsa sobre la seguridad de los biológicos. En relación con la vacuna triple viral contra sarampión, paperas y rubéola (MMR, por sus siglas en inglés), afirmó que es peligrosa y la vinculó sin fundamento con el autismo y el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), debido, según él, a agentes tóxicos presentes en su composición.
Encima de eso, Kennedy ha promovido la llamada “inmunidad natural”, es decir, la protección adquirida tras haber contraído la enfermedad, argumentando que es más duradera que la inmunidad inducida por la vacunación. Asimismo, ha anunciado que el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés) llevará a cabo ensayos clínicos con tratamientos no validados científicamente para combatir el sarampión, entre ellos un esteroide (budesonida), un antibiótico (claritromicina) y aceite de hígado de bacalao. Aunque Kennedy asegura que estos métodos han generado “recuperaciones milagrosas e instantáneas”, no existen pruebas científicas que respalden su eficacia para controlar la epidemia o erradicar la enfermedad.