La Comisión de Bolsa y Valores demanda a Musk por violar el plazo de compra de X

Con el tiempo corriendo en contra de la administración Biden, la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por sus siglas en inglés) de EE UU demanda a Elon Musk ante un tribunal federal. Aunque el recurso en cuestión es sencillo, el momento de la demanda es especialmente complicado.
La demanda de la SEC se centra en la adquisición de acciones de Twitter por parte de Musk a principios de 2022. Según la denuncia, Musk nunca notificó a la agencia que había comprado más del 5% de las acciones ordinarias de la compañía en un plazo de 10 días hábiles. De ser cierto, este retraso violaría las leyes federales de seguridad. “Como resultado, Musk pudo comprar acciones a precios muy bajos, lo que le permitió pagar de menos 150 millones de dólares por bonos que compró después de que venciera su informe de propiedad efectiva”, alega la SEC, misma que ha solicitado un juicio con jurado.
Un perfecto mal momento
“Parece un caso sencillo sobre una clara violación de una norma bien establecida por la SEC. O presentas la documentación en un plazo de 10 días o no lo haces”, expresa James Park, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) especializado en regulación de valores y derecho de sociedades. La Comisión afirma que el magnate solo adquirió suficientes acciones para cruzar ese umbral el 14 de marzo de 2022 y reveló su propiedad hasta el 4 de abril. Técnicamente el retraso fue de 11 días, ya que siguió adquiriendo acciones hasta el 24 de marzo.
Sin embargo, la SEC tardó casi tres años en presentar una demanda. “La pregunta es por qué lo hace ahora. La única respuesta plausible es que quieren hacerlo antes de que cambie la administración”, refuta David Rosenfeld, ex codirector de la oficina de aplicación de la SEC en Nueva York y actualmente profesor en la Facultad de Derecho de la Universidad del Norte de Illinois. Rosenfeld señala que no revisó a profundidad la denuncia de la SEC.
El relevo en el poder ejecutivo que se producirá en menos de una semana, crea un entorno regulatorio más favorable para Musk, quien donó cientos de millones de dólares a comités de acción política pro-Trump, y según los informes, fue el estrecho asesor del presidente elector durante el período de transición. Es probable que el actual presidente de la SEC, Gary Gensler, sea sustituido por el candidato de Trump, Paul Atkins, ampliamente considerado partidario de una regulación menos estricta.
El abogado de Musk, Alex Spiro, declara que la denuncia es un golpe de despedida: “A medida que el presidente de la SEC se retira y deja el cargo, la campaña de acoso de varios años contra el Sr. Musk concluye con la presentación de una demanda de un solo cargo”, escribió en un correo electrónico.
Musk alargó lo inevitable
Aunque la presentación se produce justo antes de la toma de posesión de Trump el 20 de enero, la investigación que condujo a este recurso ha estado años en fabricación. La agencia citó a Musk en mayo de 2023 para recoger su testimonio, no obstante, el empresario les canceló dos días antes de la cita programada en septiembre. Un tribunal federal confirmó a decisión anterior de obligarle a testificar en mayo de 2024; los abogados volaron para entrevistarlo el 10 de septiembre, pero los dejó plantados una vez más para asistir a un lanzamiento de SpaceX.
Es decir, que la razón por la que esto ha llevado tanto tiempo es, al menos en parte, la habilidad de Musk para alargarlo. Y aunque la presentación de la demanda al final del mandato de Biden parece sospechoso, según Adam Pritchard, coautor del libro Securities Regulation: Cases and Analysis (Regulación del mercado de valores: Casos y análisis) y profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Michigan “No es nada raro que se inicien acciones de aplicación después de unas elecciones con un cambio de administración en el horizonte. Muchos abogados querrán renunciar, y quieren emprender acciones antes de irse”.
¿Y ahora que la SEC emprendió el camino del litigio? No esperemos que Atkins le proporcione necesariamente una rampa de salida. “Me sorprendería que la nueva administración abandonara por completo el caso. Es posible que la nueva administración llegue a un acuerdo por una cantidad simbólica, pero eso sería problemático porque mostraría favoritismo y demostraría que se pueden violar las normas importantes de la SEC sin sanción alguna”, complementa Park.
Pritchard argumenta la improbabilidad de que se llegue a un acuerdo sobre el caso precisamente porque es muy sencillo: “No se trata de una situación en la que se pueda pensar que la División de Cumplimiento se ha extralimitado”. Rosenfeld concluye que en circunstancias normales, la gran mayoría de los casos de la SEC se resuelven; pero dado que Musk parece poco dispuesto a hacerlo hasta ahora, el primer caso de alto perfil de la SEC bajo un segundo mandato de Trump bien podría resultar ser contra su “benefactor más importante”.
Artículo originalmente publicado en WIRED. Adaptado por Alondra Flores.