La orden ejecutiva de Trump para designar a los cárteles como organizaciones terroristas podría implicar riesgos significativos para Estados Unidos

La orden ejecutiva de Donald Trump que designa a los cárteles como organizaciones terroristas podría otorgar a su administración mayores facultades para imponer sanciones económicas, restringir viajes y, potencialmente, llevar a cabo acciones militares en el extranjero. El lunes, al firmar la orden ejecutiva en el Despacho Oval, Trump dijo que probablemente “México no estará contento”. Pero, la propuesta no es nueva. El presidente intentó ya en su primer mandato imponer la designación a los cárteles, pero finalmente fue disuadido por las autoridades mexicanas, que se comprometieron a cooperar con Estados Unidos para combatirlos.
La idea de designar a los cárteles como terroristas tiene décadas. “Esto comenzó a discutirse en los años 80, durante el gobierno de Ronald Reagan, cuando el narcotráfico empezó a asociarse con la amenaza a la seguridad nacional. Desde entonces, tanto demócratas como republicanos han promovido el concepto de ‘narcoterrorismo’; que no es exclusivo de los republicanos”, explica a WIRED Oswaldo Zavala, autor de Los cárteles no existen. Narcotráfico y Cultura en México.
Ahora, el Gobierno de Claudia Sheinbaum, quien ha sostenido que la relación bilateral debe basarse en la cooperación y no en la subordinación, está obligado a tratar el tema de la migración y el narcotráfico con pinzas, en una relación que se anticipa complicada. “Nuestra relación con Estados Unidos será de iguales”, dijo presidenta de México, Claudia Sheinbaum. La mandataria señaló que espera que pronto se dé un diálogo entre ambos países. “Entraremos en comunicación y sabemos que va a haber un acuerdo en los distintos temas… llegar a acuerdos en temas migratorios, de reconocimiento del trabajo de los mexicanos y mexicanas en Estados Unidos, de narcotráfico, de armas que cruzan de Estados Unidos a México y también temas culturales y, por supuesto, los temas comerciales. Siempre como iguales”, dijo la presidenta.
México es uno de los mayores socios comerciales de Estados Unidos. Fracturar la relación podría tener repercusiones económicas, incluso sobre millones de empleos estadounidenses.
En la orden emitida este lunes, Trump mencionó específicamente a dos grupos criminales que operan dentro de Estados Unidos: el Tren de Aragua, de origen venezolano, y la MS-13, de origen salvadoreño. Utilizando la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional, su administración podría implementar medidas adicionales para desmantelar las redes financieras de estas organizaciones.
La narrativa de extorsión del gobierno estadounidense sobre el mexicano ha venido tanto de demócratas como de republicanos. Una de las defensoras de esta idea fue Hillary Clinton, la candidata demócrata que perdió contra Donald Trump en su primer mandato. “Clinton representaba una postura intervencionista. Este enfoque se caracteriza por una visión hostil y militarista hacia Latinoamérica. En este contexto, Donald Trump parece estar continuando, de manera más agresiva, la ya de por sí violenta política antidrogas de Estados Unidos. A lo largo de las décadas, esta política se ha vuelto progresivamente más violenta y hostil. En los años 40, las acciones militares se enfocaban en erradicar cultivos como la marihuana y el opio. Sin embargo, en los años 80, comenzó una lucha más sistemática contra las supuestas organizaciones criminales, y para los 90, se consolidó una colaboración más estrecha entre el ejército y las policías, lo que llevó a una creciente militarización de la vida pública en México”, dice el también doctor en Filosofía, Oswaldo Zavala. “Mi preocupación es que el concepto de narcoterrorismo amplifica el poder de presión, chantaje y . En última instancia, esta noción podría inaugurar una nueva era de violencia política justificada por este discurso”.