La extraordinaria vida de Ibelin, el avatar de un niño que vivió dentro del universo de World of Warcraft

Con demasiada frecuencia se tacha a los videojuegos de distracciones infantiles, reducidos injustamente a una sombra sin profundidad, como si no fueran más que diversiones triviales. La percepción común los vincula inseparablemente a prejuicios muy arraigados que los ven como alimentadores de la agresividad o promotores de la alienación. Sin embargo, esta visión es miope: los mundos virtuales encierran un potencial mucho más profundo. Imaginación, estrategia, narrativa y, para quienes se adentran en ellos, una oportunidad para reflexionar, aprender y crecer.
En su nuevo documental La extraordinaria vida de Ibelin, Benjamin Ree nos transporta a una historia conmovedora, capaz de emocionar al público de Sundance y ya lista para llegar al corazón de un público aún más amplio en Netflix. Mats Steen, nacido con distrofia muscular de Duchenne, vivió toda su vida con una rara afección genética que lo arrancó de sus seres queridos con tan solo veinticinco años.
A pocos días del décimo aniversario de su muerte, sorprende descubrir que lo que sus padres creían que se le había negado (una juventud con amigos, la adolescencia y sus rituales, los paseos de verano, las risas en el patio del recreo) en realidad le pertenecía a él, pero de una forma diferente, lúdica y virtual. Porque Mats también era Ibelin, el rubio pícaro y bigotudo que se movía con fuerza y gracia por las tierras de World of Warcraft viviendo aventuras épicas, formando amistades sinceras y encontrando su lugar en el mundo. Una doble existencia, la de Mats e Ibelin, que desafía toda frontera entre lo real y lo virtual y que cuenta (sin pietismo pero con mucha empatía) lo profundas, tangibles y auténticas que pueden ser las vidas que vivimos, sea cual sea la forma y dimensión en que se desarrollen.
La primera parte del documental se centra esencialmente en el viaje existencial de Mats a través de los testimonios vibrantes y vulnerables de los miembros de su familia, una narración entretejida con imágenes de la vida cotidiana que prepara el terreno para una historia mucho más profunda. Entonces, todo cambia de tono y de aspecto e irrumpe en una realidad diferente, aterrizando en una apasionante reconstrucción de la vida digital de Mats Steen dentro del universo de World of Warcraft. El director armoniza hábilmente animaciones in-game y entrevistas con sus amigos y, a través de este tejido narrativo, emerge un fresco conmovedor de una existencia llena de pasiones y vínculos, en la que Ibelin es el protagonista absoluto que ha encontrado una comunidad cariñosa y sincera dentro de un gremio de Warcraft conocido como Starlight.
El avatar de una existencia entera dentro de World of Warcraft
Cortesía
Las palabras que resuenan en el documental fueron extraídas, con escrupulosa fidelidad, de las conversaciones auténticas que Ibelin y sus compañeros de aventuras virtuales intercambiaban durante sus sesiones de gaming. Estos diálogos, albergados en un vasto archivo en línea de 42,000 páginas de todo lo que Max hacía y decía en línea a través de su personaje, no solo revelan la trama de sus interacciones sino que también ponen de manifiesto las complejas emociones que animan a los distintos personajes, siguiendo la tradición de los juegos de rol en línea. Las grabaciones de estas interacciones dan así forma y sustancia a las secuencias animadas de la película, que reverberan visualmente e hilan palabras, discursos, amores, amistades, enfrentamientos, celos y aventuras, así como a los momentos en que los jugadores se enfrentan a criaturas fantásticas, completan misiones apasionantes y tejen lazos con otros jugadores de todos los rincones del planeta.