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El Papa Francisco ha muerto. ¿Qué pasa cuando muere el Papa?


El Papa Francisco ha muerto. La noticia de la muerte del pontífice fue confirmada oficialmente por la Oficina de Prensa del Vaticano.

Vida del Papa Francisco

El Papa Francisco ha fallecido a la edad de 88 años. Nació el 17 de diciembre de 1936 en Buenos Aires, Argentina, en el barrio de Flores. Sus padres eran de origen piamontés y ligur. Tras licenciarse como técnico químico, tomó el camino del sacerdocio, ingresando como novicio en el seminario de Villa Devoto, en la capital argentina. En 1958 ingresó en el noviciado de la Compañía de Jesús y completó sus estudios de Humanidades en Chile en 1963, licenciándose en Filosofía. También se licenció en Teología y fue ordenado sacerdote en 1969.

El 20 de mayo de 1992 fue nombrado obispo por Juan Pablo II en Buenos Aires y ordenado el 27 de junio del mismo año. El 3 de junio de 1997 fue nombrado arzobispo de Buenos Aires y el 21 de febrero de 2001 fue ordenado cardenal por Juan Pablo II. El 13 de marzo de 2013 fue elegido Papa después de que Benedicto XVI renunciara al trono pontificio.

Encíclicas y viajes del Papa

El papa Francisco ha firmado cuatro encíclicas en su pontificado. La primera, de 2013, pocos meses después de ser elegido, fue Lumen fidei, que coincidió con el Año de la Fe.

La segunda, de 2015, es Laudato si’, una clara referencia al Cántico de las Criaturas de San Francisco, el santo al que el Papa Bergoglio debe el nombre elegido para su elección como pontífice, e inmediatamente señala el mal que el ser humano ha hecho a “nostra matre Terra“, asemejándose cada vez más a “un inmenso depósito de basura”. Está claro, de hecho, que lo del Papa Francisco es un reconocimiento flagrante de la contribución humana al calentamiento global, un reconocimiento de “la raíz humana de la crisis ecológica” y de un “exceso antropocéntrico”. Se lee, a este respecto: “numerosos estudios científicos indican que la mayor parte del calentamiento global de las últimas décadas se debe a la gran concentración de gases de efecto invernadero (dióxido de carbono, metano, óxido de nitrógeno y otros) emitidos principalmente debido a la actividad humana”. Es esta encíclica la que le granjeó al Papa Francisco la simpatía de una parte del mundo del activismo ecologista, por su conexión con cuestiones relacionadas con la crisis climática y la responsabilidad atribuida a las actividades humanas.

La tercera encíclica, de 2020, año de la pandemia mundial de covid, se titula Hermanos todos. Los temas centrales son la fraternidad y la amistad social, y de nuevo no se puede dejar de reconocer un vínculo con la falta de socialización que sufrió la población mundial en esos meses debido a las medidas de bloqueo. La cuarta encíclica, Dilexit nos, sobre el amor humano y divino del Corazón de Jesucristo es del pasado mes de octubre. A pesar del bloqueo de viajes durante 2020 y 2021, durante su pontificado el Papa Francisco realizó 47 viajes apostólicos a 66 países diferentes y 40 visitas pastorales a 49 ciudades o aldeas distintas de Italia.

El Papa Francisco y la tecnología

El Papa Francisco se posicionó a menudo sobre la tecnología. En relación con el desarrollo de la inteligencia artificial, pidió que se controlen los”objetivos e intereses de los propietarios y desarrolladores de inteligencia artificial”, advirtiéndoles de los peligros que pueden suponer para “nuestra casa común”, la Tierra, y “para nuestra supervivencia”. El Papa calificó de “causa de gran preocupación ética” la investigación de “tecnologías emergentes en el ámbito de los llamados sistemas de armas autónomas letales dotados de inteligencia artificial”, que “nunca pueden ser sujetos moralmente responsables”. Por lo tanto, es “imperativo garantizar una supervisión humana adecuada, significativa y coherente” de estos sistemas, porque “la capacidad humana única de juicio moral y de toma de decisiones éticas es más que un complejo conjunto de algoritmos, y esta capacidad no puede reducirse a la programación de una máquina”. Además, es precisamente el mismo Papa fue víctima de un deepfake en el que aparecía con una chaqueta de plumón de Balenciaga, que circuló ampliamente por todo el mundo. En 2014, Francisco reconoció la importancia de internet y de la red, escribiendo: “la red digital puede ser un lugar rico en humanidad, no una red de cables, sino de personas”.

¿Qué ocurre cuando muere el Papa?

La noticia de la muerte de un pontífice es un acontecimiento muy delicado dentro de los mecanismos de la Iglesia católica. En efecto, el final de la vida del Pontífice es comparable no solamente a la partida de un Jefe de Estado, sino a la pérdida del líder espiritual de una de las comunidades religiosas más numerosas y antiguas del mundo. Desde el momento de la muerte hasta el Cónclave, del que saldrá el nombre del nuevo sucesor de Pedro al trono papal, existe una liturgia muy antigua y meticulosa que observa estrictamente los ritmos y los tiempos de la fase de transición.

Qué sucede cuando muere el Papa, los primeros momentos

En el momento de la muerte del Pontífice, es el camarlengo quien desempeña un papel fundamental en la fase que conduce al nombramiento de su sucesor. Esta figura, normalmente ostentada por un cardenal o arzobispo (y no como en Ángeles y Demonios de Dan Brown, por un simple sacerdote) es la que gestiona los asuntos del Papa en su ausencia y, por tanto, también durante el período denominado sede vacante. El camarlengo también tiene la tarea de gestionar las finanzas de la Santa Sede y presidirla en espera del nombramiento de un nuevo Papa. El periodo de sede vacante se abre oficialmente con la constatación de la muerte del Papa: una operación que el camarlengo realiza en presencia del Decano del Colegio Cardenalicio, del Maestro de las Celebraciones Litúrgicas y de los eventuales familiares del Papa. En el pasado, el camarlengo, para cerciorarse de su muerte , le llamaba tres veces por su nombre de bautismo, golpeando la frente del difunto con un martillo de plata en el que estaba grabado el escudo papal. Al no recibir respuesta, pronunciaba la frase: “Vere Papa mortuus est”. Hoy, sin embargo, la liturgia se ha racionalizado y el camarlengo, tras comprobar en persona que el Papa está efectivamente muerto, se limita a cubrirle el rostro con un velo. En ese momento, se quita del dedo anular de la mano derecha el anillo del pescador, uno de los símbolos que decretan el poder temporal del pontífice: cada Papa tiene uno personal y tras su muerte se rompe o se graba de forma que quede “anulado” (como ocurre desde Juan Pablo II), lo mismo sucede con el plomo con el que el pontífice rubricaba sus cartas. Después, el camarlengo coloca los sellos en las habitaciones del pontífice, desde el estudio hasta el dormitorio, antes de anunciar el fallecimiento al cardenal vicario de Roma, encargado de dar a conocer la noticia al mundo. Inmediatamente después, se cierra una de las puertas de la basílica de San Pedro y las campanas repican en señal de duelo.

La Sede Vacante

Según el ritual vigente hasta hoy, el luto por la muerte de un pontífice dura nueve días: durante tres de ellos, el cuerpo se expone a los fieles. El cuerpo del difunto se viste con los ornamentos pontificios (la mitra blanca, la casulla roja, el palio de lana blanca con cruces negras), mientras los cardenales celebran el Novenario durante nueve días, en sufragio de su alma. Durante este período, comienzan los preparativos del solemne funeral del Papa, que tiene lugar durante la llamada Missa poetientialis en el altar papal de Bernini en San Pedro. Sin embargo, los últimos funerales de Benedicto XVI y Juan Pablo II tuvieron lugar en el parvis de la Basílica. El féretro del Papa se guarda en tres ataúdes de ciprés, plomo y otra madera de nogal o roble. Una vez sellado, el féretro se entierra en las Grutas Vaticanas, bajo la Basílica de San Pedro, donde están enterrados muchos pontífices del pasado y donde también se encuentran los restos de San Pedro, el primer pontífice de la Iglesia católica. Por último, se sortean los tres cardenales asistentes del camarlengo entre los que han llegado para asistir al próximo Cónclave. Uno por cada orden eclesiástico (Obispos, Presbíteros, Diáconos) para formar la congregación particular.

¿Qué cambios hizo el Papa Francisco en su funeral?

Aquello es lo que ha sucedido hasta hoy. Sin embargo, en 2024 Bergoglio introdujo algunos cambios en este rito. En más de una ocasión, el Papa ha explicado que ha hecho nuevos arreglos relacionados con su funeral (y, por tanto, con el de todos los papas posteriores a él), que pretenden agilizar y simplificar el largo ceremonial del que hemos hablado hasta ahora. El Ordo exsequiarum Romani Pontificis, el organismo que establece la liturgia de las exequias del Papa, ratificó los cambios en abril de 2024. Entre los cambios está el relativo a la constatación de la muerte: ya no en la habitación del difunto, sino en la capilla. Además, el cuerpo de Bergoglio ya no será depositado sobre un catafalco, como fue el caso de Benedicto XVI, sino que será colocado directamente dentro del ataúd abierto que estará expuesto a los fieles. Tampoco habrá los tres ataúdes de ciprés, plomo y roble. En cuanto a la sepultura, Francisco también ha optado por algunos cambios: su cuerpo, de hecho, será enterrado en la basílica de Santa María la Mayor, ya que es devoto de Nuestra Señora Salus populi romani, ´icono presente en el interior de la iglesia.

Artículo originalmente publicado en WIRED Italia. Adaptado por Mauricio Serfatty Godoy.



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