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Era estudiante de enfermería, invirtió 20 dólares en criptomonedas y se hizo billonario, pero fue todo un insólito error


En cuestión de horas, su cuenta pasó de estar casi vacía a tener más ceros de los que podía contar pero lo que parecía un golpe de suerte, al final no lo era.

El universo de las criptomonedasse convirtió en un escenario donde es tan fácil multiplicar una inversión mínima como perderlo todo en un abrir y cerrar de ojos. La descentralización, la volatilidad y la falta de regulación convierten a este mercado en una especie de ruleta digital donde algunos pocos consiguen ganancias millonarias y otros tantos se quedan mirando cómo desaparece su dinero.

Historias de jóvenes que, con poca experiencia y algo de suerte, se volvieron ricos de la noche a la mañana abundan. Bitcoin, Ethereum y otras monedas digitales fueron el paso correcto para quienes supieron entrar en el momento justo. Así surgieron figuras como Vitalik Buterin o Erik Finman, adolescentes que encontraron en lo cripto una vía rápida al éxito económico.

Uno de esos nombres es Christopher Williamson. Estudiante de enfermería, trabajador a tiempo parcial y sin demasiada experiencia en finanzas, decidió probar suerte en el universo de las finanzas digitales. Con una inversión de tan solo 20 dólares, vivió una experiencia tan sorprendente como frustrante.

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La inversión de Christopher Williamson

Christopher Williamson, residente de Manchester, Georgia (EE.UU), no era un experto en criptomonedas. Como tantos otros, se sintió atraído por las posibilidades que ofrecía este universo alternativo de inversiones. En una noche cualquiera de 2021, ingresó a una plataforma de compraventa de cripto activos llamada Coinbase y decidió invertir 20 dólares en una criptomoneda desconocida llamada Rocket Bunny.

La moneda no figuraba entre las más populares del mercado, pero su nombre llamativo y su bajo costo le resultaron atractivos. Williamson realizó la compra sin demasiadas expectativas, casi como una prueba. La sorpresa fue cuando se fue a dormir y al despertarse se encontró en su cuenta una cifra que parecía irreal: más de un billón de dólares estadounidenses.

Su reacción fue inmediata. Christopher empezó a contactarse con sus amigos que sabían más del tema en busca de poder vender las monedas digitales con el sueño de comprarse un yate gigante en forma de pingüino. Pero su ilusión comenzó a esfumarse cuando se dió cuenta de que cada vez que ingresaba a la plataforma sus ingresos cambiaban.

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La fortuna de Williamson duró poco

Lo que parecía una ganancia sin precedentes era, en realidad, un error de visualización en la plataforma. Coinbase había tenido un error en el sistema que multiplicaba de forma errónea los montos visualizados, sin representar el dinero real disponible para retirar o intercambiar.

Christopher decidió contactarse con la empresa vía Twitter (actual X), donde les pedía una respuesta a su fortuna cambiante. Coinbase reconoció el error públicamente pero no ofreció una mayor explicación que sus programadores “están intentando solucionar el error”. Es por eso que el saldo de Williamson volvió rápidamente a su valor original.

Aunque el joven intentó capitalizar la viralidad del momento vendiendo su historia con frases como “billonario por un día” o demandando una mejor atención por parte de Coinbase, su sueño de riqueza tendrá que esperar a una sorpresa realmente duradera.





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