Una aerolínea que vuela a Argentina se declaró en convocatoria de acreedores

La compañía brasileña comenzó un proceso de reestructuración financiera, que incluye una financiación provisional de u$s1.600 millones
28/05/2025 – 18:47hs
La aerolínea brasileña Azul solicitó este miércoles acogerse al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos, iniciando un proceso de reestructuración financiera que incluye una financiación provisional de u$s1.600 millones.
Así, se convierte en la tercera gran compañía aérea de Brasil en pedir protección judicial ante la presión de sus acreedores, en un contexto donde el sector todavía arrastra los efectos económicos de la pandemia y enfrenta un escenario macroeconómico complejo.
Una aerolínea que vuela a Argentina, con problemas económicos
Con operaciones esporádicas hacia Argentina -principalmente vuelos estacionales a Bariloche durante la temporada de esquí-, Azul buscará ahora reducir su pasivo en más de u$s2.000 millones y atraer cerca de u$s950 millones en nuevos aportes de capital al salir de la reestructuración. Parte de ese dinero se inyectará a través de una futura oferta pública de acciones por hasta u$s650 millones, respaldada por socios estratégicos.
Entre ellos, aparecen nombres de peso: tanto United Airlines Holdings como American Airlines Group se comprometieron a invertir hasta u$s300 millones en capital accionario, según informaron documentos presentados por la firma. “Estos acuerdos marcan un importante avance en la transformación de nuestro negocio, que nos permite emerger como líder del sector en los principales aspectos de nuestra actividad”, destacó el CEO de Azul, John Rodgerson, al anunciar el proceso.
Sin embargo, el anuncio golpeó con fuerza en los mercados. Los ADR de Azul en Nueva York llegaron a hundirse hasta un 40% en la rueda previa a la apertura y fueron momentáneamente suspendidos. Luego, la caída se moderó. En la Bolsa de São Paulo, la acción bajaba más de 12%, mientras que los bonos en dólares profundizaban su desplome.
Azul venía intentando contener la crisis desde hace meses. Renegoció contratos de leasing, canjeó deuda por nuevas condiciones y obtuvo capital en efectivo. También exploró nuevas emisiones de acciones para reforzar su estructura de capital. Pero los esfuerzos no alcanzaron. Según analistas, las tasas de interés en Brasil -las más altas en más de 20 años- y la volatilidad cambiaria debilitaron aún más su posición financiera.
Los resultados están a la vista: las acciones de Azul acumulan una caída del 70% en lo que va de 2025, marcando mínimos históricos tanto en São Paulo como en Wall Street. Sus bonos con vencimiento en 2028 han perdido un 62% de su valor, el peor desempeño entre las empresas de mercados emergentes, según datos de Bloomberg.
La calificadora S&P Global Ratings rebajó recientemente la nota crediticia de Azul a CCC-, con perspectiva negativa. “La compañía enfrenta una quema de caja significativa y gastos financieros y de arrendamiento muy elevados”, señaló un informe liderado por la analista Amalia Bulacios, fechado el 20 de mayo. “Creemos que su acceso a nuevo financiamiento está muy limitado, después de dos procesos previos de reestructuración”.
Con esta decisión, Azul se suma a otras aerolíneas latinoamericanas que atravesaron procesos similares en los últimos años. En enero de 2024, Gol Linhas Aéreas inició su propia reestructuración bajo el Capítulo 11, de la que espera salir en junio. En 2020, Latam Airlines, Avianca Holdings y Grupo Aeroméxico también se declararon en quiebra en medio del colapso global provocado por el COVID-19.
Hoy, el sector aéreo de la región sigue transitando un camino accidentado. Aunque la demanda de vuelos muestra signos de recuperación, los costos operativos —especialmente en combustible y leasing—, el acceso limitado al crédito y la fragilidad cambiaria en países como Brasil, Colombia o Argentina condicionan seriamente la salud financiera de las compañías. Azul, con esta jugada, intenta evitar un colapso total y ganar tiempo para reposicionarse en un mercado que, si bien se reactiva, sigue volando bajo.